La CNMV echa el resto ante la explosión en pleno Covid de los chiringuitos financieros
Impulsada por los avances tecnológicos, la institución ha lanzado este año 388 alertas sobre entidades de inversión no autorizadas, un 20% más
«Sencillamente, son estafadores». Sin rodeos, así califica la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a los llamados chiringuitos financieros , entidades que ofrecen y prestan servicios de inversión sin estar autorizados para ello. Delincuentes que encontraron en la anterior crisis ... el calor suficiente para desarrollarse y que han terminado por explotar en los últimos dos años; todavía más en un año como este, de crisis sanitaria y económica con multitud de familias con el agua al cuello y sin esperanza de una pronta recuperación. Las alarmas en el supervisor están disparadas ante su sencilla expansión y complicada detección a través de internet. Pero poco a poco van estrechando el cerco.
En 2010, la CNMV apenas dio la alerta sobre diez empresas de este tipo. La preocupación estaba contenida, aunque con los años llegaron los incrementos a doble dígito de las advertencias. En 2018 se alcanzaron los 63 avisos . Ahí ya el supervisor llevaba tiempo intensificando su labor de rastreo, igual que la Policía Nacional. En cuestión de ocho años el dato se había multiplicado por más de seis veces.
El año pasado el incremento fue el mayor de la historia. Las alertas ascendieron a 323 , lo que equivalía a un 412,7% más en interanual. La tendencia parecía clara, y ya en 2020 se ha confirmado que la explosión de los chiringuitos financieros ha llegado para quedarse. Este ejercicio se ha advertido sobre 388 entidades , según datos recopilados por ABC, es decir, un 20,1% más en interanual. Los estafadores han surgido como setas en el campo de la delincuencia en el peor momento de la economía, con la mayor crisis vista en varias generaciones.
Desde la CNMV reconocen que este año el problema ha ido a mucho más con el paso de los meses. El Covid no ha frenado la sed de robar fondos; es más, desde la institución han puesto el foco recientemente en los nuevos métodos que vienen utilizando los chiringuitos financieros desde el estallido de la pandemia. El supervisor alerta de que han recibido testimonios de inversores que se han visto estafados utilizando «dos herramientas que las condiciones derivadas de las medidas adoptadas con motivo del Covid-19 han popularizado: el software de acceso remoto (como AnyDesk, LogMeIn, TeamViewer, etc.) y las redes privadas virtuales (servicios de VPN)». La primera, para tomar el control de las cuentas de valores de la víctima; la segunda, para ocultar su información y ubicación geográfica y evitar ser incluida así, en las distintas «listas negras» por no tener autorización para operar.
Asimismo, en el supervisor han llegado a detectar en los últimos meses que ya hay estafadores que están adaptando su estrategia para suplantar la identidad e imagen de la CNMV. Concretamente, a través del envío de correos electrónicos similares a los de la institución o respondiendo a teóricas consultas de inversores falsificando firmas de responsables del organismo.
Lo cierto es que es habitual, de hecho, que estas plataformas usurpen identidades de otras empresas para actuar. Sin ir más lejos, este 2020 se ha alertado sobre el riesgo de operar con entidades llamadas Bankia Finance, Goldmans Banc o Royal Banc, entre otras. Unas firmas que nada tienen que ver con las entidades financieras reales, esto es, Bankia, Goldman Sachs o Royal Bank of Scotland .
Estrategia prioritaria
Pese a que todas estas operativas suponen un riesgo creciente por su aumento en número, el enorme alza de las alertas obedece también, en buena medida, a la labor que viene realizando la CNMV para luchar contra ellas. Según confirman desde la institución, hay equipos internos dentro del supervisor destinados a rastrear internet en busca de este tipo de estafas. Los técnicos de la institución se introducen, por ejemplo, en foros o redes sociales para detectar estas prácticas y poder lanzar las advertencias. En muchos casos dan con los chiringuitos de manera autónoma, pero en otros llegan hasta ellos guiados por los propios inversores que han sido engañados y deciden ponerse en contacto con la CNMV para que inicie su investigación, así como con la Policía.
Asimismo, fuentes financieras señalan que en el supervisor se utilizan distintas herramientas para detectar de manera masiva a las entidades no autorizadas. Esto son, por ejemplo, el big data, que permite recabar y analizar multitud de datos, cruzarlos, establecer patrones... Un cúmulo de herramientas tecnológicas que sirven al organismo para hacer más sencillo su trabajo . Esto se traduce en que, con más posibilidades de detección tecnológica, su capacidad de acierto para localizar chiringuitos es cada vez mayor.
Estas entidades han llegado a suplantar la identidad de la CNMV, Bankia y Goldman Sachs
Este empeño por luchar contra estas prácticas viene de lejos, del mandato de Sebastián Albella, que fijó cercar los chiringuitos financieros como uno de sus grandes objetivos. Con Rodrigo Buenaventura , el nuevo presidente, la idea es seguir profundizando en la batalla contra estas entidades no autorizadas; ahondar en que el esfuerzo siga incrementándose para que esto se convierta en una de las líneas maestras, como confirman en la CNMV.
Ante este escenario, dada su proliferación, en el supervisor siempre se remiten a su guía para ayudar a los inversores a detectar los chiringuitos y su decálogo de prevención . Entre sus principales consejos están: verificar que donde vamos a confiar el dinero sea una entidad autorizada y sobre la que no pese ninguna advertencia; si hay dudas, preguntar cuanto sea necesario y tratar de obtener la información por escrito; desconfiar de ciertas señales de alarma como la exigencia de invertir cuanto antes; desconfiar de altas rentabilidades sin riesgo; contrastar la información que proporcionen las entidades; desconfiar si la plataforma no le realiza un test de idoneidad o conveniencia...
Toda precaución es poca cuando una sociedad no tiene la autorización pertinente porque la mayoría de ellas son estafas. Y nadie está exento de convertirse en víctima. Ni aquellos con formación superior. A la vista está que hace unos años al exministro y actual Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell , le estafaron 150.000 euros.