Caruana admite que la actuación del Banco de España durante su mandato fue «insuficiente»

A lo largo de su exposición, el exgobernador del Banco de España ha evitado hacer autocrítica y ha repasado de forma descriptiva los factores que influyeron en la crisis, subrayando los factores externos sobre los que «ni las entidades ni las autoridades tenían control». En este sentido, Caruana ha sostenido que se pudo actuar de otra manera después de su salida, señalando sin nombrarlo a su sucesor, Miguel Ángel Fernández Ordóñez . En concreto, el exgobernador ha reseñado que la adopción de los criterios de solvencia de Basilea II debería haberse hecho «de forma más rápida». Estos criterios se adoptaron en 2008 en lugar de en 2007. «Creo que la economía tenía margen de maniobra y más opciones», ha mencionado al referirse al periodo posterior a su partida.

Donde Caruana sí ha recordado su mandato ha sido al valorar las provisiones anticíclicas, que el organismo creó en 1999 e introdujo en 2000 bajo su batuta. Este instrumento obligó a las entidades españolas a provisionar unos 26.000 millones de euros durante la etapa de vacas gordas, lo que permitió que afrontaran la posterior crisis en mejores condiciones. Pese a ello, en su comparecencia, Caruana admitió también que fueron « insuficientes » aunque ayudaron a « mitigar » el riesgo crediticio.

Caruana fue nombrado gobernador durante el segundo Gobierno de José María Aznar y prosiguió hasta 2006, ya con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente. El economista ha definido como « excelentes » las relaciones con ambos ejecutivos, aunque ha recordado las presiones de los bancos para quitar las provisiones. «No recibí ninguna llamada del señor Rato o del señor Solbes ni para que hiciéramos más, ni para quejarse por las provisiones. Recibí muchas llamadas de entidades quejándose de que con ellas se estaba perdiendo competitividad frente a sus homólogos europeos. Y nos quedamos cortos», ha reseñado Caruana.

Caruana también ha introducido otro culpable en su discurso: las cajas de ahorro. «En el Banco de España, con nuestras actuaciones y y publicaciones, advertimos de los problemas específicos de las cajas de ahorro. A la vista de los resultados, la gobernanza de las cajas fue particularmente deficiente », ha lamentado el exgobernador.

El portavoz socialista, Pedro Saura, ha reprochado que el servicio de estudios del organismo, que entonces dirigía José Luis Malo de Molina, alertó de la sobrevaloración del mercado inmobiliario desde 2002, mientras la institución no pudo limitar el incremento de crédito, que subió un 20% de media entre 2000 y 2007 en concesión de hipotecas y un 29% en financiación a empresas constructoras. Caruana ha señalado que advirtió «personalmente» de esta sobrevaloración del mercado inmobiliario y de los desequilibrios de la economía española. Caruana ha defendido que solo en 2005 el Banco de España remitió a entidades de crédito 110 escritos con 473 recomendaciones, observaciones y requerimientos sobre política crediticia y riesgos de crédito.

En mayo de 2006, la asociación de inspectores del organismo, se quejó al vicepresidente económico Pedro Solbes de la «pasividad» de Caruana ante el riesgo de una burbuja inmobiliaria y la dependencia de la financiación exterior. Una misiva que han recordado varios diputados, entre ellos Francisco de la Torre, de Ciudadanos. «La carta decía lo que ya había denunciado el organismo, aunque con otro tono», ha criticado veladamente el exgobernador.

Caruana ha justificado además que el Banco de España no recomendara adoptar una normativa más dura para prevenir los desequilibrios que destapó la crisis. «Nos hubiéramos desviado de la normativa europea», ha afirmado para añadir que el Banco de España «no contaba con las herramientas suficientes» para prevenir el posterior estallido de la burbuja inmobiliaria.

«Si hubiéramos recurrido a provisiones anticíclicas superiores a las que adoptamos, los bancos españoles que cotizaban en Nueva York no hubieran podido seguir », ha aseverado. También ha valorado que la supervisión española fue bastante estricta lo que dio lugar a que no se concedieran hipotecas «basura» como en EE.UU. «No había razones para la complacencia», ha sentenciado Caruana.

El exgobernador ha reseñado que en porcentaje del PIB, «el coste del contribuyente está en términos similares a los de otros países europeos pero se ignora que la recesión no fue tan grande», recordando que en Portugal e Irlanda «la recesión fue mayor pero el coste de la asistencia financiera también fue superior para el erario público», lo que, en sus palabras, «demuestra que la resistencia del sector financiero español era apreciable».

«En julio de 2006, cuando dejé el cargo, la deuda estaba por debajo del 40%, España tenía la máxima nota crediticia, y los ratios de capital se situaban holgadamente por encima de los niveles internacionales», ha resumido, para recordar un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2005 en el que definía al sistema financiero español como «altamente competitivo», «bien regulado» y con «instituciones bien capitalizadas y gestionadas». «Obviamente, la situación era diferente », ha zanjado Caruana.