Banco Sabadell tantea una fusión con BBVA o Abanca ante la presión del BCE

El Sabadell ha contratado al banco de inversión Goldman Sachs para tantear las posibilidades que tiene la entidad en España, según adelantó «Bloomberg». Un trabajo para sondear el mercado en busca de una oportunidad que satisfaga a los gestores y, especialmente, a los accionistas, que han visto muy devaluada su inversión. De hecho, durante la crisis del Covid, la firma dirigida por Josep Oliu ha sido la que más se ha dejado en Bolsa hasta haber bajado incluso de los 30 céntimos por acción durante la etapa de confinamiento. El viernes cerró en los 37 céntimos, habiendo repuntado un 14,4% desde que el nombre de Sabadell apareciera en las quinielas de fusión hace diez días.

Más allá de la contratación de Goldman, varias fuentes financieras explican que ya ha habido tanteos muy informales con BBVA y Abanca para cerrar una posible operación. Por separado, ya que el Sabadell no se cierra a nada ni a nadie. Sin embargo, es con este segundo con quien el trato ha sido más cercano. Nada de negociaciones ni conversaciones oficiales aún, pero el camino de la fusión ya está cogido. Desde la entidad niegan que haya algo en marcha, a cualquier nivel; BBVA se mantiene al margen; y Abanca se pronuncia en estos términos: «No comentamos operaciones corporativas. No vamos a decir nada más por ahora» . Discreción y silencio por el momento, como ocurrió con el anuncio de negociaciones entre Caixabank y Bankia. Más allá de ello, fuentes consultadas por ABC detallan que Abanca tiene en la mira al Sabadell y vería con muy buenos ojos iniciar conversaciones. Su posición financiera es buena para afrontar una operación de esta índole.

En el baile del Sabadell, asimismo, podría colarse también la propia «Caixabankia». Fuentes financieras explican que el Sabadell no vería con malos ojos integrarse en la sociedad resultante, pero para eso sería necesario esperar al menos otros seis meses hasta que la operación estuviera ejecutada. «La duda sería si llegaría a tiempo para ello porque Sabadell necesita una alternativa rápidamente», dicen en el sector bancario. Y está por ver si «Caixabankia» estaría dispuesta a lanzarse a una nueva operación tras culminar la suya, que todavía no está cerrada. Primero, firmar su fusión actual y, luego, ya verían.

Es ahora cuando a la entidad de Oliu le entran relativas prisas. Sus ratios de solvencia y liquidez son sólidos, de ello no hay ninguna duda. Tanto el Banco Central Europeo (BCE) , como la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y el Banco de España reconocen en cada intervención que los bancos españoles tienen una mejor salud que en la anterior crisis, en esos ratios. El de liquidez (LCR) del Sabadell está en el 214% y el de solvencia (CET 1 fully loaded) en el 11,9%.

En términos de rentabilidad ya es otra historia. No es ningún secreto que las entidades financieras viven una crisis de rentabilidad, y el Sabadell no es una excepción sino que se ha visto especialmente golpeado durante la pandemia. Su ROE (retorno financiero) quedó en 1,96% a cierre del primer semestre , cuando un año antes estaba en el 6,85%. Y esto no gusta a los supervisores, que cada vez ejercen más presión sobre bancos como el Sabadell para que aceleren su consolidación con otros en busca de recortar costes, ganar eficiencia y mejorar su rentabilidad. El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos , fue el más agresivo al hablar hace dos semanas de que se necesitaban fusiones de manera urgente y rápida. Esta misma semana volvió a pronunciar un mensaje similar. A base de repetir, su discurso va calando. Igual que el del gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que tiene más tacto en público con sus palabras.

Asimismo, las fuentes consultadas por ABC explican que el Sabadell lleva tiempo ya moviéndose en el mercado en busca de un socio con el que aliarse, en vista del golpe del Covid-19 . El banco había puesto estos meses el ojo en tantear a los cuatro grandes bancos españoles pero ninguna puerta se abrió. «Podemos decir que iba arrastrando los pies», explican. En otras palabras, sin demasiado ahínco por buscar y encontrar una fusión, pese a las conversaciones que hubo en su momento.

La intervención de los supervisores para que la concentración se acelere es clara. Lo han dicho de todas las maneras posibles. Fuentes financieras consultadas por este periódico van más allá y aseguran que la intención del BCE es que las fusiones en España se aceleren para intentar que solo queden en nuestro país dos grandes bancos de los denominados sistémicos, los «demasiado grandes para dejarlos caer».

En este caso, nuestro país ya tiene a Banco Santander como principal entidad española y único banco considerado como sistémico de nuestro país, después de que en 2015 se excluyera al BBVA de esa denominación. Así las cosas, ganaría tamaño Caixabank tras sumar a Bankia, lo cual alumbraría una firma de 664.000 millones de euros a nivel de grupo y de unos 630.000 millones a nivel nacional. Incluso, «Caixabankia» se colocaría como el primer banco por activos en España, superando a sus dos principales competidores (Santander y BBVA). En el caso de que Sabadell terminara integrándose con Abanca daría lugar a un banco de unos 300.000 millones en activos, y si lo hiciera con BBVA la entidad resultante estaría cerca del billón de euros en activos. Lejos aún del Santander, pero la lucha por esa consideración de segundo banco sistémico español estaría servida entre las que son ahora la segunda y tercera entidad de nuestro país.