Antonio Horta-Osório, el cambio de chip del financiero infatigable

Su prestigio se fue larvando en el Santander, pues encabezó su filial británica, en vista de que el Reino Unido ha sido en las últimas décadas el campo de acción de este lisboeta de perfil sofisticado. Claro que, con anterioridad, ya había estado vinculado en suelo portugués a la entidad que entonces comandaba Emilio Botín.

Su formación ulterior en Harvard sirvió de base para su proyección imparable, tal cual se confirmará cuando tome las riendas de Crédit Suisse, según está previsto que ratifique la próxima junta general de accionistas de la firma suiza , que se celebrará el 30 de abril de 2021.

Después de casi una década en Lloyd’s, Horta-Osório dijo marcharse con la impresión de experimentar «emociones mezcladas», quién sabe si haciendo referencia a aquellas ‘Mixed emotions’ que The Rolling Stones incluyeron como una de las canciones más destacadas de su álbum «Steel wheels». «Me ha honrado desempeñar mi parte en la transformación de gran parte de nuestro negocio. Sé que, cuando deje el grupo el próximo año, tendrá ya la fuerza estratégica, operativa y de gestión para desarrollar aún más su posición de líder en el mercado», ha señalado el ejecutivo.

Mira ya, por tanto, hacia el futuro cercano don Antonio (como lo llaman algunos a su alrededor): «Espero trabajar en estrecha colaboración con la junta directiva y el equipo de gestión para aprovechar las muchas fortalezas del grupo. Este es un momento de gran oportunidad para el grupo, su gente, sus clientes y sus accionistas».

A lo largo de todos estos años, ha venido desarrollando una capacidad de trabajo obsesivo que hasta asombraba a los adictos a la tendencia «workaholic». En realidad, tuvo que apretarse los puños en la jungla de la City porque el Gobierno de David Cameron dio el visto bueno a su desembarco cuando el Estado británico todavía era dueño de un 40% de Lloyd’s. El resultado arrojó un dato espectacular hace solo tres años: la privatización del banco terminó con un beneficio superior a los 900 millones de euros.

Ahora, sin embargo, le llega un cambio de ‘chip’ en esas cumbres elevadas en las que se mueve Horta-Osório. Sí, porque Crédit Suisse se centra en la vertiente de la inversión. Si salió de Londres en pleno estallido del covid-19, ahora tomará posiciones en un contexto completamente distinto, cuando aún permanecen en el aire los rumores que apuntaban a una hipotética fusión con la también compañía helvética UBS, dirigida desde hace poco por Ralf Hamers.

Horta-Osório, quien habla español, es un gran aficionado al tenis y, de hecho, una de sus grandes referencias es Rafael Nadal. Pero, claro, llega a la patria de Roger Federer y él lo sabe perfectamente, pues la raqueta lo ayuda a descongestionarse. Tanto es así que le encantó el brillante ensayo del fallecido David Foster Wallace bajo el significativo título de «El tenis como experiencia religiosa», un libro breve pero muy evocador sobre ese deporte a un nivel tan alto como la esfera laboral que constituye el hábitat cotidiano del banquero portugués.