Las algas se ponen de largo como alternativa para el sector textil

Como explica Pilar Tejada, directora de marca de la compañía, las algas, ya se estaban utilizando en el sector farmacéutico y cosmético por sus altos beneficios para la salud. Lo que hacen es eliminar la oxidación de las células de la piel, es decir, evitan su envejecimiento prematuro. Gracias a su alto nivel de antioxidantes, estos vegetales marinos protegen el cuerpo de los elementos que dañan las células de nuestra piel.

«Es un material natural que deja transpirar la piel a la par que la hidrata y la protege, por lo que es una tecnología que para la piel sensible es altamente beneficiosa», cuenta Xenia Rosales, fundadora y diseñadora de Leser Yoga, otra de las marcas españolas que trabajan con estos materiales, y que comenzó su andadura, entre otros motivos, porque sufría reacciones alérgicas con la ropa deportiva.

«El tipo de materiales con los que se hacen algunas prendas pueden ser muy dañinos tanto para las personas como para los recursos de tierra, por lo que decidí investigar en recursos naturales con los que poder crear artículos buenos no solo para las personas sino también para el medio ambiente», explica Rosales. La fundadora de Leser Yoga cuenta que una de las ventajas es que las fibras con las que trabaja se extraen de algas marinas de Islandia, a través de un proceso manual que no daña la flora marina de la zona puesto que solo elimina la parte de alga que se puede regenerar.

Asimismo, como pone de relieve Ana Criado, autora de la memoria «Fibras textiles a partir de algas: Sostenibilidad en la industria textil, producción y aplicaciones», publicada por la Universidad Politécnica de Valencia, es un material que abunda mucho, por tanto no se llega a despoblar los mares de algas. Para la autora el principal beneficio de las algas en España «sería su proximidad, ya que está al alcance de nuestra mano».

El uso de las algas en el textil también puede aportar un valor ecológico que llega en ocasiones por el camino más insospechado. Es el caso de Eldaplant. Conocedores de la amenaza que supone la alga invasora asiática –reconocida desde 2020 dentro del catálogo nacional de Especies Exóticas Invasoras– para el ecosistema marino, vieron, tras diferentes análisis, que la «mejor alternativa para eliminar una plaga es dar valor para incentivar su explotación y eliminación». De esta manera han conseguido crear Seasoft, unas plantillas elaboradas a partir de estas algas con las que pretenden contribuir a eliminar una amenaza «ecológica real y latente» en el Mediterráneo, de la mano de la Asociación Algas del Estrecho.

«Los consumidores quieren ser partícipes de este cambio y de estas iniciativas, demandan productos de calidad que cumplen y convergen con sus convicciones y valores. Saber que comprando unos zapatos ayudas a proteger el Mediterráneo y a muchas personas nos gustaría a todos», cuenta su director comercial, Ginés García, quien explica que lo que querían era «dar una segunda oportunidad a un residuo que en la mayoría de casos supone un problema en su gestión y eliminación».

La vida útil de estos productos es muy similar a la de cualquier otro artículo fabricado con otros materiales tradicionales o sintéticos, con la diferencia de que cuando llega a su fin no tarda millones de años en deshacerse puesto que es «totalmente biodegradable», lo que la convierte en una prenda respetuosa con el medio ambiente, una de las características por la que, según Rosales, son cada vez más los clientes que se interesan por este tipo de artículos. «Tenemos que volver a concienciarnos que lo natural es lo mejor para nosotros, para nuestra piel y el entorno, y es el cliente quien más está demandándolo», añade Xenia Rosales. Es una de las opiniones que comparten desde Pyratex, donde apuntan que se ha incrementado «muchísimo las peticiones que reciben pidiendo tejidos sostenibles».

Así, en esta compañia consideran que la siguiente etapa que

demandará el cliente será la funcionalidad. «Una vez cubierta la necesidad de responsabilidad con el planeta vamos a ir hacia la responsabilidad de comprar una camiseta que tenga un efecto, por ejemplo, antiirritación», señalan. Es decir, que la prenda haga sentir bien al usuario. Útil y sostenible. Por todo ello, Ana Criado lo tiene claro: «El alga es la fibra del futuro».