Las aerolíneas buscan alianzas con el tren ante la persecución de los vuelos cortos

El acercamientro entre ambos modos de transporte se explica fundamentalmente por dos razones. Para empezar, la liberalización ferroviaria ya ha echado a rodar; Ouigo ya compite con Renfe, el año que viene se sumará a ellos Ilsa y la puerta sigue abierta a nuevos operadores. Por otra parte, el Gobierno ya ha anunciado que también en 2022 sacará al mercado l os primeros pliegos para llevar el AVE a Barajas , con el objetivo de que el proyecto esté ya listo para 2024.

La nueva línea supondrá una oportunidad de negocio para las líneas aéreas. Hasta ahora, las compañías aéreas mantienen abiertas determinadas rutas nacionales que son deficitarias porque necesitan alimentar con ellas sus vuelos de largo radio. Trayectos que, además, están ahora en entredicho por el impacto medioambiental que generan. Con la llegada del AVE a Barajas , estas rutas podrían ser sustituidas -acuerdos mediante- por trayectos de alta velocidad, que cuenta con más capilaridad que el avión. Incluso se estudia que en la ecuación también entre el autobús.

También en el sector ferroviario ven una oportunidad. Si bien por ahora solo hay adjudicada capacidad a Ouigo e Ilsa en el AVE a Barcelona , el AVE a Levante (Valencia y Alicante) y el AVE al sur (Sevilla y Málaga) , Adif insiste en que la liberalización afecta a toda la red, por lo que todo apunta a que en el futuro Renfe también tendrá competencia en los trazados del norte . La conectividad de esta región se verá impulsada en los próximos años, cuando se espera que finalicen las obras del AVE a Galicia (ya este 2021) y la ‘Y’ vasca, prevista para 2026.

Hay ya movimientos para posicionarse en este nuevo mercado. Renfe tiene como uno de sus objetivos el impulso de la intermodalidad desde hace años. Y, además, Ilsa, uno de los principales impulsores del AVE a Barajas , ha mantenido conversaciones preliminares con el sector aéreo para estudiar posibles alianzas, según ha podido saber este periódico. El tercero en discordia, Ouigo, asegura que por el momento su apuesta es ofrecer un servicio ferroviario de bajo coste, pero tampoco se cierra a llegar a acuerdos en el futuro.

Todos ellos confían en que el transporte ferroviario de pasajeros se ensanche en los próximos años en detrimento del avión y el coche. Que el pastel que se reparta sea más grande. Según un estudio realizado por Arthur D.Little para Ilsa al que ha tenido acceso este periódico, existe la oportunidad de captar alrededor de 6 millones de pasajeros de avión en el medio plazo en las rutas desde Barajas si se potencian las líneas de alta velocidad en construcción. Según el informe, la conexión al aeropuerto permitirá sustituir entre 100 y 150 vuelos diarios por trayectos de alta velocidad.

Esta disminución de los trayectos aéreos reduciría, según el informe, hasta 835.000 toneladas de emisiones de CO2 al año en España. Iberia, que no ha descartado clausurar determinadas rutas nacionales cuando esté lista la conexión de la alta velocidad con Barajas, calcula que esta ruta permitiría al aeropuerto capturar 500.000 pasajeros anuales que por el momento viajan desde España hacia Iberoamérica y otros destinos de larga distancia a través de otros aeropuertos europeos.

El Gobierno apuesta por este cambio de modelo, y de hecho ya ha advertido al sector privado de que se nutrirá de los fondos europeos para impulsarlo. Mientras el Ministerio de Transportes prevé realizar pingües inversiones en el tren -unos 6.250 millones, según el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia-, el de Hacienda asegura a Bruselas que retomará su plan para imponer un nuevo impuesto a los billetes de avión.

El Ejecutivo, además, estudia iniciativas como el veto a los vuelos cortos impulsado recientemente en Francia . En el plan 2050 presentado hace un par de semanas se incluía la prohibición de las rutas en avión nacionales cuando exista una alternativa vía tren que tarde menos de dos horas y media. Por el momento, esta medida solo afectaría a cinco recorridos (las conexiones de Madrid con Alicante, Valencia, Málaga, Sevilla y Barcelona), pero se espera que en el futuro esta lista crezca con las inversiones previstas en la red de alta velocidad.

La primera reacción de las aerolíneas fue de rechazo, pero en el sector empiezan a aceptar que la hoja de ruta de España no pasa por potenciar los viajes en avión. Para muestra, un botón. La ampliación del aeropuerto de El Prat en Barcelona está siendo torpedeada por el Ayuntamiento de la Ciudad Condal, liderado por Ada Colau , y la Generalitat por el impacto medioambiental que tendrá el proyecto, valorado en 1.700 millones de euros y concebido antes de la pandemia como uno de los ejes del plan estratégico de AENA .