Burger King se muda a Canadá con la compra de Tim Hortons

La compra de la cadena canadiense, por 8.600 millones, dará lugar a la tercera mayor compañía del sector

Burger King se muda a Canadá con la compra de Tim Hortons reuters

Javier Ansorena

La calle principal de un pueblo cualquiera de EE.UU. es una carretera con restaurantes de comida rápida. Entre ellos, no suele faltar un Burger King. En Canadá, ocurre lo mismo con los locales de café y donuts Tim Hortons. Ahora, se unen para crear ... un gigante del sector. Después de dos días de rumores, Burger King anunció ayer sus planes para comprar la compañía canadiense por 11.400 millones de dólares (más de 8.600 millones de euros). El conglomerado resultante sería mastodóntico: un imperio de 18.000 restaurantes en cien países, con unos ingresos combinados de cerca de 23.000 millones de dólares (17.400 millones de euros). La compra convertiría a la compañía en la tercera más grande del sector, por detrás de McDonalds y Yum! Brands, que controla a KFC, Pizza Hut y Taco Bell.

La operación no está exenta de controversia. La compañía resultante estaría localizada en Canadá, por lo que se puede sospechar una motivación fiscal detrás de la compra. Canadá ofrece un sistema impositivo más atractivo que EE.UU. y no sería la primera empresa que aprovecha una compra de una compañía extranjera para situar su sede en un país con menos impuestos. Ha ocurrido en casos como la farmacéutica AbbVie, que adquirió la británica Shire; o la empresa de tecnología sanitaria Medtronic, que hizo lo mismo con la irlandesa Covidien. Ambas operaciones, que rondaban los 50.000 millones de dólares, fueron mucho más voluminosas que la de Burger King.

Oposición en EE.UU.

Todo indica que la cadena especializada en hamburguesas no se ahorrará una cantidad sustancial de impuestos con la operación, según aseguraron fuentes de la compañía a «The New York Times». Pero ya ha habido voces políticas en contra. Sherrod Brown, senador demócrata por Ohio, ha animado a los estadounidenses a que no acudan a Burger King, y que opten por otras cadenas de comida rápida, como Wendy’s o White Castle (casualmente, ambas están radicadas en Ohio). Otro demócrata, el también senador Carl Levin (Michigan), ha alertado que la oposición de la opinión pública podría pesar más que cualquier beneficio fiscal. Dentro de EE.UU. hay un factor que juega a favor de Burger King: la participación de Warren Buffett. Su firma de inversión, Berkshire Hathaway, ha financiado el 25% de la operación, 3.000 millones de dólares, a cambio de acciones preferentes.

La elección de Canadá como sede podría tener que ver más con contentar a los reguladores canadienses. Tim Hortons es una de las banderas del tejido empresarial del país, omnipresente en todo su territorio con más de 3.600 locales. Fundada en 1964 por Tim Horton, un ídolo en los años 50 y 60 del «hockey» sobre hielo, el deporte nacional de Canadá. El consejero delegado de Burger King, Daniel Schwartz, será el máximo responsable de la empresa resultante, mientras que su homólogo en Tim Hortons, Marc Caira, será el vicepresidente. Burger King y Tim Hortons operarán como empresas independientes, y Buffett no participará de la gestión del conglomerado.

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