Ricardo Salgado, el último banquero luso
Ayer se presentó el libro en el que se relata el liderazgo de Ricardo Salgado en el Banco Espíritu Santo (BES) y el modo en el qie el banquero fue decisivo en importantes decisiones del país como la entrada de la troika
Belén rodrigo
La publicación del libro «El último banquero. Ascensión y caída de Ricardo Salgado» llega en el momento oportuno, en medio de toda la polémica surgida alrededor de los negocios de la familia Espíritu Santo y las dificultades financieras que atraviesa el grupo. Sus autoras, ... las periodistas María João Babo y María João Gago (del diario económico Jornal de Negocios), han tenido que acelerar el trabajo porque a comienzos de año entendieron que la historia de este banquero tenía los días contados. La salida de Salgado «fue una muerte anunciada», explican las autoras. El llamado banco de todos los regímenes que sobrevivió a la monarquía, a la dictadura y a la revolución «fue dramáticamente sacudido por la crisis y por una serie de escándalos que dictaron la caída de Salgado».
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Sobrino nieto del fundador, Salgado llegó al liderazgo del área financiera del grupo en 1991, poco antes de la privatización del BES, momento en el que la familia quería recuperar el banco después de perder casi todo en las nacionalizaciones de 1975. En 1992, cuando la familia tenía una posición relevante en el banco, Ricardo Salgado pasó a ser presidente ejecutivo del BES. Bajo su mando lo convirtió en el tercer banco del país y el banquero fue centralizando cada vez más poder, decidiendo en los negocios de la familia aunque son cinco las ramas que constituyen el clan. «Siempre vendieron en consenso familiar como la regla de oro y parecía que todas las decisiones tomadas eran unánimes», explica a ABC María João Gago, una de las autoras. En el momento en el que la disputa familiar se hace pública el grupo comienza a desmoronarse. «Es asustador como un nombre que abría puertas ahora puede ser tóxico», añade. En el libro se relatan los escándalos e intrigas en los que la familia Espíritu Santo estuvo envuelta. «Su nombre surgió asociado en algunos de los procesos judiciales más mediáticos del país.
Relaciones con el poder
La familia mantuvo siempre conexiones a la política y muchos de sus altos cargos ocuparon lugares de destaque en los diferentes gobiernos», explica el texto. Mantuvo una buena relación con todos los Ejecutivos aunque fue más próxima con José Sócrates. Entre sus amigos y aliados está Mario Soares, decisivo para el regreso de la familia a Portugal, o Francisco Pinto Balsemão, quien le llevó a reuniones del grupo Bilderberg. Fue sin duda un hombre influyente cuya opinión ha sido siempre muy tenida en cuenta. Por ejemplo, en abril de 2011, Salgado dijo al entonces primer ministro de Finanzas Teixeira dos Santos «es imperioso pedir ayuda, estamos en una situación grave». Fue entonces cuando el gobernante entendió que debía reaccionar y poco después se lanzó el pedido de ayuda al FMI.
Ya en lo que se refiere a los negocios, el BES fue decisivo en la internacionalización de Portugal Telecom para Brasil, en la OPA de Sonaecom sobre PT (que no se llevó a realizar) y ayudó a la aparición del grupo Ongoing de Nuno Vasconcellos.
Tras dos décadas al frente del banco, Ricardo Salgado se ha visto obligado a abdicar. «Fue el primer banquero de la familia a salir por su propio pie. En el banco que nunca dejaba caer a nadie, cayó el propio líder», afirman las autoras.
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