España reduce un 10% su dependencia de ventas a la Eurozona desde 2007
Durante este periodolas exportaciones se han disparado a África y Asia
javier tahiri
De poco sirve vender cuando nadie compra y ante esta tesitura, la Eurozona no parece un destino propicio para buscar clientes. En una crisis en la que la moneda única ha servido de pieza de presa perfecta , España ha orientado sus ventas hacia destinos ... alternativos. De esta forma, la dependencia de las exportaciones españolas a la Eurozona respecto al total se ha reducido en casi un 10% desde que comenzó la crisis en 2007. Si entonces las ventas a los socios de la moneda común representaban un 57% del total de las exportaciones, entre enero y mayo de 2013, el dato fue del 48%.
Esta evolución se ha acrecentado en los cinco primeros meses del año, si las exportaciones solo crecieron un 1,2% en la zona euro, en Asia cosecharon una subida de un 20%, en África un 21,5% mientras que en potencias emergentes como Brasil o China el porcentaje al alza fue del 43,6% y del 17% respectivamente. «En los próximos años, el 90% del crecimiento se producirá fuera de la UE. Es por ello que tenemos que capturar parte de ese crecimiento. Una parte con las exportaciones y otra con las inversiones en el exterior», señaló hace unos meses el secretario de Estado de Comercio, Jaime García Legaz .
Los datos confirman una tendencia que viene de largo. Si bien la eurozona continúa como el principal destino de las ventas españolas al exterior, el peso ha ido a la baja en los últimos años. En el año 2000, un 60,4% de las exportaciones iban a los países con moneda única, mientras que la Unión Europea compraba el 73,37% del total. Ambos porcentajes han bajado casi diez puntos desde entonces, según reflejan los datos de mayo de balanza comercial .
La menor dependencia se refleja en las relaciones comerciales con los países de nuestro entorno. Nuestro principal socio comercial es, con diferencia, Francia, que ha pasado de concentrar un 18% de las ventas en 2007 al 16%, en 2012. Esta bajada también se ha repetido en los otros mayores destinos europeos: Alemania (de 10,75% a 10,45%) e Italia (8,9% en 2007 a 7,4% el pasado año). En los tres casos, al igual que frente a toda la UE, también se han reducido las importaciones, lo que disminuye la dependencia comercial con el continente.
En cuanto al saldo comercial de España con la Unión Europea continuó creciendo hasta los 2.189,1 millones de euros (1.289,3 millones en mayo 2012). En cuanto a las ventas a la eurozona, el superávit comercial se situó en 1.339,0 millones de euros (907,5 millones en mayo 2012).
Las regiones donde las empresas de nuestro país refuerzan su presencia son Asia (con un aumento del 6% del total de las exportaciones al 9%) y África (del 4,35% al 7,2%). En Iberoamérica también ha aumentado este dato, al pasar del 5,2% del total que representaban en 2007 al 6,2% del total.
Nuevos horizontes
Parte de esta diversificación comercial ha venido provocada por la crisis de los países de la Eurozona, por lo que es previsible que aumenten las exportaciones cuando se confirme la recuperación continental. Sin embargo, una parte de la reducción de la dependencia comercial de Europa, es estructural ya que la bajada continental la ha compensado el repunte en otras zonas a pesar de la depresión continental. Las ventas al exterior no han dejado de aumentar desde el inicio de la crisis. Entre 2007 y 2012, las ventas al exterior crecieron un 20%: mientras en 2007 contribuían con un 26% del Producto Interior Bruto, en 2012 cerraron con un aporte del 33% de la riqueza nacional.
Así, en 2013 España se ha convertido en la segunda potencia exportadora de la UE, sólo por detrás de Alemania (40% del PIB en ventas al exterior) y por encima de Francia, Reino Unido e Italia en peso exportador sobre el PIB.
Cerca del equilibrio
El pasado mes de mayo, la balanza comercial española rozó el equilibrio, en buena parte por la depresión del consumo que ha conllevado una caída de las importaciones del 12% entre 2007 y 2012. Sin embargo, desde Comercio insisten en que también se está produciendo un efecto «sustitución» de productos comprados al extranjero por bienes nacionales. Mientras durante el primer trimestre de 2013, la demanda interna se redujo un 0,8%, las importaciones durante el mismo período lo hicieron un 6,9%.
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