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LinkedIn desenmascara la estrategia de Google para reducir su factura fiscal

El parlamento británico convocará de nuevo a Matt Brittin, responsable del gigante tecnolológico en Europa, para aclarar si mintió sobre la naturaleza de sus actividades en Reino Unido

borja bergareche

El parlamento británico tiene previsto convocar por segunda vez en pocos meses al máximo responsable de Google para Europa, Matt Brittin, y a la auditora Ernst&Young para interrogarles de nuevo sobre las prácticas fiscales del gigante tecnológico en el Reino Unido. Una investigación de la agencia Reuters ha sacado a la luz que, en contra de lo defendido por Brittin durante su comparecencia el pasado mes de noviembre ante la Comisión de Cuentas Públicas de la Cámara de los Comunes, el personal de Google en suelo británico sí realiza operaciones de venta.

Google defiende que no realiza ventas en Gran Bretaña, sino en Irlanda

A finales de 2011, la compañía con sede en Mountain View (California) empleaba a unas 1.300 personas en Gran Bretaña, de las cuales unas 720 se dedican a ofrecer «servicios de marketing» a Google Irlanda, la jurisdicción de fiscalidad baja en la que la empresa tecnológica reside su negocio internacional. Según el parlamento británico, Google tributa en Irlanda –donde el impuesto nominal de sociedades es del 12,5%– por el 92% de su negocio fuera de Estados Unidos .

Brittin se esforzó por defender que sus empleados británicos no se dedican a las ventas. Solo así se justificaría que Google pagara 18 millones al fisco británico entre 2006 y 2011 a pesar de generar 21.000 millones en ingresos en el Reino Unido, según los datos recopilados por Reuters. Sus críticos denuncian que la empresa transfiere mediante ingeniería fiscal la obligación de tributar por esos ingresos a Irlanda, con el objetivo de reducir su factura tributaria. «Nadie [en Reino Unido] está vendiendo o promoviendo los productos, aunque sí animan a la gente a que gasten dinero en Google. Nadie les compra a ellos», insistió Brittin en su comparecencia en noviembre [puedes consultar aquí la integridad de su comparecencia en inglés].

Google UK busca perfiles orientados a ventas

Un reportaje publicado la semana pasada pone en duda esta versión, tras analizar –además de entrevistar a clientes y exempleados– las descripciones de tareas que realiza la propia compañía en su página web o en sus ofertas de trabajo. Según Reuters, la propia web corporativa de Google UK informa de que «la mayoría de las oficinas fuera de Mountain View se centran en ingeniería o en ventas; nosotros hacemos las dos cosas». La frase no ha sido modificada. Además, varias ofertas de trabajo lanzadas en marzo y abril definen, entre las responsabilidades profesionales ofrecidas, «negociar acuerdos», «cerrar acuerdos estratégicos o de ingresos», «alcanzar objetivos de ventas trimestrales».

Además, Reuters ha revisado los perfiles de unos 150 empleados de Google UK en LinkedIn, la conocida red profesional, que describen cómo formulan estrategias de venta o dirigen equipos de ventas para su empresa. «Algunos empleados describen como alcanzan –o superan– los objetivos de ventas», recoge el reportaje. Incluso recogen un caso en el que el superior de un empleado británico de la empresa tecnológica refrenda sus habilidades para «captar clientes».

Hodge les convocará para «darles la oportunidad de explicarse»

La información ha llevado a Margaret Hodge, la influyente diputada que preside la Comisión de Cuentas Públicas de los Comunes, a anunciar que llamarán de nuevo a comparecer a Brittin y a sus auditores «este mes». «Tendremos que llamar rápidamente de nuevo a los ejecutivos de Google para darles una oportunidad de explicarse y asegurar que lo que nos dijeron la primera vez no fue una versión rebajada de la verdad», ha dicho Hodge.

Google reivindica su aportación y defiende que cumple con sus obligaciones tributarias

La diputada laborista se ha convertido en el «enemigo público número uno» de la evasión fiscal, después de calificar en un informe publicado en diciembre como «inmoral» lo que denomina como «agresividad fiscal» de empresas multinacionales como Amazon, Starbucks o Google. «Empresas globales con enormes operaciones en el Reino Unido y que les generan niveles de ingresos significativos están logrando pagar muy poco o nada en concepto de impuesto de sociedades, y es un escándalo y un insulto para las compañías e individuos británicos que pagan su parte justa», declaró Hodge durante la presentación del informe.

Google defiende que cumple con sus obligaciones tributarias. Pero estas denuncias han generado un movimiento de protesta pública en Gran Bretaña contra Starbucks, y la reciente entrega al primer ministro de una popular petición online contra Amazon, a la que la propia Hodge se adhería la semana pasada. Un portavoz de Google se ha apresurado a explicar que el personal de Google en Londres actúa en general como «consultores digitales», mientras que serían sus empleados en Dublín quienes «manejan los contratos de venta».

Pero una de las fuentes consultadas por Reuters, fundador de una agencia de publicidad con sede en la capital británica, explica sin embargo que «nunca te enterarías de la conexión con Dublín, salvo si miras cuidadosamente la dirección que figura en las facturas». «Aceptamos que la redacción de algunos de nuestros anuncios [de empleo] podría ser confusa y estamos trabajando para aclararlo», dicen desde Google, en relación a las informaciones destapadas por la agencia Reuters.

El G-8 y la UE cierran el cerco contra la evasión fiscal

El parlamento británico investiga también el papel que juegan las grandes empresas de auditoría en estas «agresivas» estrategias fiscales, y por eso llamarán a Ernst&Young, responsable de auditar las cuentas de Google en el Reino Unido. Este país ha hecho de la lucha contra la evasión fiscal una de los prioridades de su acción de gobierno y uno de los grandes ejes de la actual presidencia británica del G-8. Fruto de la presión conjunta en este sentido dentro de la UE de Alemania, Francia, Italia y España, los paraísos fiscales británicos –Islas Caimán, Islas Vírgenes, Bermudas, Isla de Man...– acaban de anunciar que compartirán información sobre cuentas bancarias para combatir la evasión fiscal.

En esta batalla global contra la evasión fiscal, el caso de Google es quizás el que mayores opiniones contrapuestas genera, dada la popularidad de sus productos y servicios. Así lo insinuaba Eric Schmidt, presidente ejecutivo del gigante tecnológico, en una reciente visita a Gran Bretaña. Cuando un periodista de BBC4 le pidió que justificara cómo era posible que la empresa pagara en 2011 solo 7,4 millones de euros en impuesto de sociedades con un volumen de negocio ese año en Reino Unido de 490 millones de euros, el «evangelista en jefe» de la compañía de Mountain View contestó que «esa cifra omite que hemos contratado a 2.000 personas e invertimos fuertemente en Gran Bretaña».

«Y jugamos un papel clave en la expansión del comercio electrónico de Gran Bretaña, que está animando mucho el crecimiento económico del país», dijo Schmidt. Antes de introducir la siguiente reflexión, compartida por muchos en el sector de la innovación y la tecnología, al hilo de las preguntas del periodista sobre la evasión fiscal: «Está describiendo cómo funcionan los impuestos a nivel global, y el caso es que así es como funcionan los impuestos en el mundo. Lo mismo aplica a compañías británicas que operan en Estados Unidos, por ejemplo, añadió.

Pero las arcas públicas vacías que ha traído la era de la austeridad en Europa lleva a los gobiernos –incluso al de un país defensor tradicionalmente de la innovación y el libre comercio como Gran Bretaña– a priorizar la recaudación fiscal y a taponar los desagües legales que permiten a muchas compañías internacionales, bien asesoradas por legiones de abogados y auditores, reducir considerablemente su factura tributaria.

LinkedIn desenmascara la estrategia de Google para reducir su factura fiscal

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