Ana Muñoz testifica que Rubiales paró una sanción a Busquets, lo que le permitió jugar ante el Madrid

Al azulgrana le podían caer hasta cuatro partidos por poner en duda la honestidad del colegiado que dirigió el Real Sociedad-Barça (14 diciembre 2019), lo que le habría privado de disputar el clásico ante el Real Madrid que se jugaba solo cuatro días después. Según Muñoz, Rubiales le dijo que abrir aquella puerta era «pegarse un tiro en el pie».

Según informaron en fuentes jurídicas a ABC, Muñoz explicó que la paralización del expediente a Busquets fue el detonante tras una serie de desencuentros, entre los que destacó la protección que Rubiales blindó a los distintos directivos de la Federación que empezaban a verse señalados por la justicia, como el vicepresidente Andreu Subies. Llevó su propuesta de ceses a una junta, pero se quedó sola.

Jurista de profesión, Muñoz es la primera testigo en esta causa que lleva abierta ya más de un año a partir de una serie de querellas contra Rubiales y unas diligencias de Anticorrupción entre otros asuntos, por la organización en Arabia Saudí de la Supercopa y la intermediación en el negocio de una empresa de Gerard Piqué, siendo jugador en activo.

Durante su declaración, que se interrumpió al cabo de dos horas y se retomó por media hora más, señaló que el comisionado externo para asuntos jurídicos de la Federación Tomás González Cueto la emplazó a una reunión con Rubiales el 26 de septiembre de 2019 y allí, le dijeron que estaban estudiando la posibilidad de celebrar la Supercopa fuera de España y que manejaban cuatro alternativas de sede, incluida Arabia Saudí.

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Ella expresó sus reservas con países que no respetan los derechos humanos. Lo que no sabía es que en esa fecha ya estaban firmados los contratos. De hecho, subrayó que nunca vio ninguno, pese a que los solicitó porque temía que hubiese un conflicto de intereses. Y de Piqué, se enteró en la junta directiva de noviembre de 2019 en la que Rubiales lo comunicó, pero tampoco le enseñaron ese contrato, aunque acudió al secretario general a reclamarlo.

Muñoz subrayó en este punto que no hay norma que imponga un tercero intermediario en estos acuerdos y que podía haberlo suscrito directamente la Federación. Nunca le pareció apropiado que un jugador en activo estableciese relaciones comerciales con la RFEF, pero el acuerdo tampoco pasó por integridad: no había código ético que así lo impusiera porque en esas fechas, aún se estaba elaborando.