Valentina Petrillo, la atleta trans de la polémica: dos hijos, una transición tardía y un símbolo LGTBI en Italia

La ahora atleta italiana nació como Fabrizio el 2 de octubre de 1973 en Nápoles. Desde muy pequeño mostró pasión por el atletismo, por lo que comenzó a entrenar y competir en categorías infantiles.

Sin embargo, la vida le jugó una mala pasada cuando a los 14 años perdió gran parte de su visión como consecuencia de la enfermedad de Stargardt, una distrofia ocular que afecta a la mácula.

Petrillo dejó entonces de lado el atletismo y se centró en sus estudios, aunque el deporte nunca dejó de ser una constante en su vida. No en vano, en cuanto tuvo la oportunidad se unió a la selección italiana de fútbol sala adaptado.

Su paso por el fútbol, sin embargo, no le llenaba tanto como la pasión por la velocidad, por lo que alrededor de 2014 decidió volver a al tartán, logrando diversos éxitos aún en categoría masculina adaptada, entre ellos 11 títulos nacionales.

Si con 14 años la vida le puso en su camino una piedra que le obligó a cambiar por completo su percepción y rutinas, en 2019, con 46 años, Petrillo decidió realizar otro gran giro de guion, esta vez motu propio: comenzó a escuchar en serio a esa voz interior que le decía que no era Fabrizzio, sino Valentina.

El por entonces aún atleta masculino, casado y con dos hijos, se sentía mujer. Inició por tanto una transición tardía aunque a los médicos a los que les confío su camino les puso una condición: quería seguir siendo capaz de practicar deporte como lo había hecho hasta ahora.

Así, ya rebautizada como Valentina Petrillo, dio el salto a las categorías femeninas, convirtiéndose en la primera deportista trans italiana en competir en un torneo internacional oficial.

Una gesta que le ha aupado a símbolo LGTBI en su país y cuyo proceso cuenta con un documental propio, '5 nanomoles, el sueño olímpico de una mujer trans'.

El título, los nanomoles, hacen referencia a la unidad que mide la testosterona en el cuerpo.

El sueño, ser olímpica como mujer, ya se ha cumplido para Petrillo, que siempre manifestó que prefería «ser más lenta como mujer y ser feliz» que ganar como hombre y estar triste, aunque lo cierto es que dada su trayectoria en categorías femeninas no debe, de momento, preocuparse por la derrota.

Su paso a la final del Mundial y su billete olímpico es uno de los temas más calientes de la semana, con diversas personalidades del atletismo español poniéndose del lado de la española Melani Bergés, quien no podrá cumplir en 2024 el sueño de participar en el evento deportivo más importante del planeta.

El pasado mes de marzo, la Federación Internacional de Atletismo, la IAFF, dictaminó que cualquier persona trans que iniciara su transición después de la pubertad no podría competir en la categoría acorde a su sexo sentido sino al biológico, por lo que la indignación crece en el caso de Petrillo, quien casi a las puertas de los 50 se sentó ante su mujer y sus hijos y les confesó que quería ser mujer.