Sinner, la amenaza sutil

Al italiano siempre le ha faltado ese punto de físico y de largo aliento para atender con garantías la contienda de un Grand Slam, pero se ha aplicado de lo lindo, que ya dio buenas muestras de mejora corporal desde mitad de 2023 -64 victorias, cuatro títulos (Montpellier, Masters 1.000 de Canadá, Pekín y Viena), final de la Copa de Maestros y líder del país para llevarse la Copa Davis- y que amenaza con dar el salto definitivo en Melbourne. Su entrenador, Darren Cahill, dice que está preparado.

Sinner, que se bregó en los Alpes como esquiador con muy buenas perspectivas -fue campeón nacional júnior-, ha trabajado mucho su forma física. No solo para gana músculo, sino consistencia y resistencia, y evitar que la propia masa muscular le reporte lesiones, pues es un jugador de 188 centímetros con una estructura corporal muy fina y delgada. En cuanto al tenis, ha optado por maximizar las alturas, las direcciones y la fluidez para minimizar la ausencia de fuerza que tienen rivales como Alcaraz y Rublev, por ejemplo. Además, hay un buen servicio y mucha variación de golpes, con subidas a la red y dejadas.

Noticia Relacionada

La increíble gesta de Yastremska

Javier Corcuera

La tenista ucraniana, cuya carrera se vio truncada en 2021 por un positivo por esteroides, se cita con la historia al clasificarse a las semifinales del Open de Australia

«Creo que lo más importante que tengo es el feeling con la pelota. Y cuando siento que tengo esa buena sensibilidad, el tiro es bastante fluido y la pelota sale solo. Pero obviamente requiere mucha práctica. Cuando tienes un poco más de fuerza, es un poco más fácil. Y cuando estás preparado físicamente, jugar al tenis se vuelve más divertido porque llegas a una pelota que a veces no crees que llegarás y el juego continúa», explicaba estos días sobre la clave de su éxito.

También ha moldeado su mentalidad, tan realista para asumir hace un año y medio que igual no estaba capacitado todavía para ganar un gran torneo, como lo está ahora convencido de que quiere enfrentarse a Djokovic en Melbourne, con toda su alargada sombra de récords en esta pista (33 victorias, como Mónica Seles, y diez títulos). Asume la responsabilidad con pocas palabras -y menos emociones todavía en la pista-, pero con hechos indiscutibles; es el único semifinalista sin haber perdido un solo set: Zandschulp (6-4, 7-5 y 6-3), De Jong (6-2, 6-2 y 6-2), Báez (6-0, 6-1 y 6-3), Khachanov (6-4, 7-5 y 6-3) y Rublev (6-4, 7-6 (5) y 6-3).

Muestra su cara más fría y calculadora en la pista, apenas un puño cerrado cuando logra superar dificultades o inclina un buen juego a su favor; la más profesional de puertas para afuera: ni un mal gesto nunca, ni ante el público ni ante la prensa. En el día a día, trabajo y trabajo. Y confianza en que de ahí sacará sus mejores momentos. «El talento es una cosa, pero luego hay trabajo, precisión y dedicación», asume como un mantra. Sinner está listo para los Grand Slams.