Tenis

La nueva cuenta de Djokovic tras el borrón de 2022

Enfocado en el nuevo curso y recibido con los brazos abiertos, el serbio trata de olvidar su abrupta salida de Australia del año pasado, una deportación que fue «difícil de digerir»

Novak Djokovic, durante su participación en el ATP 250 de Adelaida EP

Nada como el cambio de año para empezar de cero y olvidar todo lo malo que pasó en el anterior. Así lo ha vivido Novak Djokovic, que celebra el inicio de la temporada tenística en Australia, tierra que le fue tan esquiva hace ... 365 días. El 4 de enero de 2022 anunciaba su llegada a Melbourne. A partir de ahí, su hoja de ruta pasó de entrenamientos para preparar el Grand Slam a declaraciones, arrestos y deportaciones por causa de la pandemia.

Por aquel entonces, las diferentes variantes del Covid-19 volvían a modificar la vida del planeta, menos en Australia, que había cerrado sus fronteras y a sus habitantes con una de las políticas sanitarias más estrictas y habían conseguido anular las infecciones. La mayor de todas: «Ningún extranjero podía aterrizar en el continente si no estaba vacunado contra el coronavirus». Sin embargo, el serbio, que nunca ha escondido que ni se ha vacunado ni lo hará, viajó convencido de que poseía un certificado médico que, aseguraba o le aseguraron, le hacía cumplir el requisito de la exención para la dosis.

Argumentó el ganador de 21 Grand Slams que había pasado el virus en unas fechas recientes (además de la primera vez que se infectó, en junio, en el Adria Tour que organizó, y donde salieron contagiados también Grigor Dimitrov, Borna Coric y Viktor Troicki), por lo que podía aferrarse a la norma que desaconsejaba la vacunación con restos de virus en el cuerpo.

Sin embargo, las autoridades australianas no dieron por válido el argumento, toda vez que aparecieron instantáneas del serbio en actos públicos y sin mascarilla por esas mismas fechas del contagio y que tuvo que corroborar: «Había pactado una entrevista con 'L'Èquipe' y me sentí obligado a hacerla para no dejar tirado al periodista, pero mantuve distancia social y mascarilla en todo momento, excepto durante las fotografías».

Las autoridades locales también encontraron irregularidades en la pregunta de si había viajado a otros países en las dos semanas anteriores a volar a Australia. Djokovic negó la mayor, aunque tuvo que desdecirse porque estuvo entrenándose en España (Marbella) durante los días previos. «La declaración sobre mi viaje fue completada por mi equipo en mi nombre -como les dije a los funcionarios de inmigración a mi llegada- y mi agente se disculpa sinceramente por el error administrativo al marcar la casilla incorrecta», indicó el serbio.

Después de días de interrogatorios y con todas esas pruebas en la mano, la Fuerza Fronteriza Australiana fue tajante: «Novak Djokovic no proporcionó las pruebas adecuadas para cumplir con los requisitos de entrada en Australia y, por tanto, su visado fue cancelado».

El serbio, recluido en un centro de detención temporal, recurrió a sus abogados y apeló la decisión. Pero el recurso no llegó a prosperar a su favor, pues el Tribunal Federal dictaminó que su presencia en el país representaba «una amenaza para la salud nacional y el orden público».

Un calvario que costó asumir, pero que ya está superado, feliz el serbio de vuelta en tierras australianas después de que el gobierno local le levantara el castigo de tres años de cierre de puertas que pesaba sobre él. «Lo que pasó no fue fácil de digerir durante un tiempo», explicaba estos días, visa en vigor y recibido con honores de campeón.

No por nada es quien más títulos ha conquistado en estas tierras, con nueve coronas en el Abierto de Australia. «Es una de esas cosas que te acompañarán el resto de tu vida. Nunca había experimentado algo así y espero no volver a repetirlo nunca. Pero es una valiosa experiencia que permanecerá ahí».

Prohibición en EE.UU.

Tan asumido lo tiene que acepta que, aunque Australia sí le ha abierto las puertas, en Estados Unidos permanecen cerradas para él. El aumento de casos ha impuesto la vacunación completa a todo extranjero hasta, al menos, el 10 de abril, por lo que se perdería, por segundo año consecutivo, los Masters 1.000 de Indian Wells (6-19 de marzo) y Miami (29-2). «Mira, si es oficial, entonces ya está. Quiero decir, ¿qué puedo hacer? Nada. Sabéis mi posición. Es la que es. Espero participar, pero si no puedo, no puedo», indicó el serbio.

Pero ya solo habla de tenis, centrado en el objetivo de recuperar el año y el ranking perdido, pues en 2022 apenas pudo disputar doce torneos, aunque ganó cinco de ellos: Masters 1.000 de Roma, Wimbledon, Tel Aviv, Nur-Sultán y la Copa de Maestros. «Lo que pasó no cambiará lo que he vivido en Australia durante mi carrera. Fue decepcionante dejar el país de esa manera, aquí he tenido un éxito tremendo en mi carrera, pero espero tener otro verano estupendo».

Para ello se prepara en los torneos previos, como la Liga Mundial, en la que hizo pareja con Paula Badosa, y el ATP 250 de Adelaida, en el que compite en el cuadro individual y de dobles. Viene renovado de energía y de equipo, pues suma a Claudio Zimaglia al banco que dirige Goran Ivanisevic. Y también de ambición, fijado el punto de mira en ese décimo Abierto de Australia con el que empataría con Rafael Nadal a 22 Grand Slams.

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