Bautista cumple su parte

Tenía que hacerlo para que el equipo nacional corroborara que el primer partido y el de dobles solo habían sido unos resbalones. Y aunque volvió a sufrirse más de la cuenta, Bautista igualó una eliminatoria que se había puesto cuesta arriba el viernes y todavía más difícil el sábado con el dobles.

Algo impensable hace apenas unos días. «Teníamos la idea de que perderíamos 5-0 contra España. Con Nadal y sin Nadal. Incluso cuando Skugor ganó a Carreño, todos pensábamos, bueno, pues 4-1. Hoy en cambio…», explica Igor Majdis para ABC, guía turístico local. En un país de balonmano, waterpolo y baloncesto, el tenis apenas tiene relevancia. Pero de una tarde para otra, Franko Skugor pasó de ser un semidesconocido a aparecer en todas las televisiones. Un héroe nacional porque había puesto a Croacia por delante en el marcador de la Davis y contra España. Y el sábado, los doblistas Draganja y Mektic habían conseguido elevar la moral hasta rozar la fantasía: el equipo croata estaba a un punto de eliminar a España.

Skugor, 198 centímetros desde los pies a la cabeza, fue recibido como un héroe en la pista de Gradski, ocupadas todas las butacas por fin porque la noticia había despertado el interés y el orgullo patrio. El empuje se notó desde el inicio. Cada saque errado, cada punto fallado de Roberto Bautista se convertía en una fiesta. Croacia comenzó eufórica, pero al castellonense no se le notó un ápice de nerviosismo . Ni en sus pasos hacia la pista ni en sus golpes. Seguro y sereno, movió al gigantón croata con evidente superioridad y aplacó las esperanzas rivales en apenas media hora (6-1).

La grada siguió confiando. Los gritos de «Franko, Franko» se multiplicaron con el eco del pequeño y gris pabellón de Osijek y el número 223 del mundo encontró en sus centímetros una buenísima herramienta para agradar a su público. En el segundo set se mantuvo siempre por delante. Tanto quería meterse en la pista para aprovechar su envergadura que hasta le pitaron una falta de pie en uno de sus servicios. Bautista también encontró en esa altura una forma de hacerle sufrir y trató de cortar sus golpes y hacer agacharse al croata.

Poco a poco, el español empezó a ver que necesitaba romper la dinámica y mientras aseguraba con facilidad su servicio, se adelantó para encontrar el break. Bautista se trabajó las opciones en casi todos los juegos: tres bolas en el tercero, dos en el quinto, otras dos en el noveno, y dos más en el undécimo. Pero Skugor se fue salvando y haciendo bueno porque el castellonense no acabó de rematar , demasiado blando en algunas intervenciones que requerían de más impulso, y presionado en otras por los drives que se jugó el croata.

El tie break evidenció esas ganas de ganar de Skugor, asumido el croata que tenía que ir a por todas porque nada tenía que perder. Y ganó un set. Otra vez escalofríos en el banquillo español porque permitían volver a ilusionarse al rival, y al país. Pero Bautista volvió a recuperar el plan de su misión. En el tercer set solo tardó cuatro juegos en encontrar lo que no halló en todo el set anterior: una rotura. Le bastó para desinflar a Skugor , y también para mantener sus servicios y restaurar la calma en el banquillo. En solo 34 minutos, España volvía a estar por delante 2-1.

Con el aplomo que otorga la experiencia, Bautista continuó con su guion también en el cuarto set: mover al rival, hacerle retroceder y agacharse, debilitar su drive, hacerle dudar con su servicio. Incluso aguantó un nuevo tirón de Skugor en el tercer juego, cuando intentó romperle el servicio. Al castellonense no le subió el pulso para negarle la esperanza. Tampoco cuando atacó con saña el saque de su rival. Break en el séptimo y a por la victoria. Pero Skugor reclamó su cuota de protagonismo con drives a todo o nada. Le salió todo y cuando Bautista sacaba para ganar el set se encontró con la primera rotura del croata en todo el partido. De nuevo un desenlace de set propi de la Davis: el tie break.

Todavía hubo tiempo para encontrar más temblores, pues los dos saques de Bautista los ganó Skugor para situarse 1-3. El más tranquilo de todo el banquillo español era el protagonista del cuarto punto, así que volvió a sacar su buen servicio para disponer de la primera bola de partido. Pero los 198 centímetros de Skugor obligaron a tener que buscar otra opción porque su derecha ganadora llevaba una potencia de 140 kilómetros por hora .

A la segunda, con su saque, Bautista completó el plan, cumplió su parte del trato de la remontada y saltó al aire para rubricarlo. España ponía las tablas en el marcador, la eliminatoria se decidiría en el quinto partido. Y se apostaba todo a Pablo Carreño.