Djokovic, el deportista indómito de 2020

Hasta esta sonrojante metedura de pata, Nole acumulaba en la pista un año perfecto. La pandemia no fue capaz de frenar su vertiginoso tenis, y ahí estaban sus 26 victorias en 26 partidos. Pleno de triunfos y otros tres títulos a añadir a un deslumbrante palmarés. Su octavo Abierto de Australia , su segundo Masters 1.000 de Cincinnati y el quinto ATP 500 de Dubái. En Flushing Meadows, aspiraba a sumar su Grand Slam número 18 y situarse a solo uno de Nadal (19) y a dos de Federer (20), pero traspasó el límite de lo permitido y su salida de tono le costó muy cara, en todos los sentidos.

El tenista de Belgrado no sumará ningún punto y deja la puerta abierta a que Nadal pueda remontarle los 1.010 que hay de diferencia entre ambos, desperdiciando tontamente una ocasión de oro para sellar matemáticamente su número uno lo que resta de la temporada. Además, su descalificación por violar el código de conducta está tipificada en el reglamento con la eliminación de todos los premios económicos ganados en el torneo hasta ese momento. En este caso, Djokovic dejará de ingresar 250.000 dólares y tendrá que hacer frente a una multa, según anunció la Asociación de Tenis de Estados Unidos: « Novak Djokovic ha sido descalificado por sus acciones antideportivas y podría estar sujeto a futuras sanciones. Además, perderá todos los puntos de clasificación obtenidos en el US Open y será multado con el premio en metálico», anunció la USTA en un comunicado oficial.

Del serbio, que decidió no atender a los medios tras su eliminación en el US Open , ya solo se supo por sus disculpas a través de su cuenta de Instagram: «Toda esta situación me ha dejado realmente triste y vacío. Lamento mucho haber causado daño. Fue involuntario, pero equivocado. Necesito volver a mi interior y trabajar sobre esta decepción para convertir todo ello en una lección para mi crecimiento y evolución como jugador y ser humano. Pido disculpas al torneo US Open, y a todos los patrocinadores por mi comportamiento. Estoy muy agradecido a mi equipo y mi familia por ser mi gran apoyo, y a mis seguidores por estar siempre conmigo. Gracias y lo siento mucho».

El feo adiós en Nueva York es la última polémica de Nole en un 2020 rebelde. Desde el estallido del coronavirus en el mes de marzo, Djokovic es una fuente de noticias y la mayoría negativas. En abril, durante el pico de la pandemia que mantuvo a toda Europa confinada durante dos meses, él aseguró en un charla telemática que era totalmente contrario a la vacuna del Covid-19: «Tengo mi opinión personal, pero es cierto que me opongo y no quisiera ser obligado a vacunarme para poder viajar. Si es así, tendré que tomar una decisión».

En junio, cuando la curva de contagios se aplanaba, Djokovic organizó el Adria Tour , un torneo de exhibición en el que se admitió público, no hubo protocolo sanitario alguno, no se obligó al uso de mascarillas y, aun así, participaron algunos de los mejores tenistas del circuito. Para mayor imprudencia, los propios jugadores organizaron una fiesta nocturna de la que la gran mayoría salió contagiado, como el mismo Novak y su mujer Jelena. Sus disculpas fueron tibias: «Organizamos el torneo en el momento en que el virus se debilitó. Desafortunadamente, este virus todavía está presente y es una nueva realidad que todavía estamos aprendiendo a enfrentar y vivir. Espero que las cosas mejoren con el tiempo para que todos podamos reanudar la vida como era».

Su penúltimo escándalo, horas antes del inicio de US Open, fue el anuncio de la creación de la Asociación de Jugadores Profesionales de Tenis (PTPA), una organización que le haga la competencia a la ATP para conseguir mejores condiciones y premios de los que actualmente presenta el circuito. Y el domingo pasado, el ya famoso pelotazo. Así es Novak Djokovic, el tenista indómito.