Verdasco rompe la maldición ante Nadal

El madrileño salió a por todas., ignorando las voces que le repetían el número 13 una y otra vez: "No pienso en eso cuando juego, sino en dónde voy a tirar la siguiente pelota para que no me haga daño. Pero en momentos claves sí puedes estar mejor si ya has ganado alguna vez a tu rival", confesaba Verdasco en la rueda de prensa del miércoles. De amarillo y rojo en su camiseta, de fuego fue su mano en el primer juego del partido. Intenso e igualado porque los rivales se conocían , compañeros de Copa Davis, enemigos hoy, el duelo se intensificó por momentos. El primer juego era un reto mental, que se llevó Verdasco remontando dos bolas de break.

Porque la confianza jugó de su lado. Al otro, Nadal, incombustible como siempre, pero dubitativo como nunca . El primer break en su contra lo cerró con una doble falta. Los nervios, mezclados en el aire con los gritos de ánimo.

Verdasco se mantuvo muy solvente todo el primer set, aun perdiendo la ventaja del break que volvió a recuperar y cerró el set (6-3) porque supo ser sutil cuando se necesitaba y agresivo cuando se requería . Para el recuerdo del primer set, el golpe de calor que sufrió una espectadora por la que tuvo que pararse el encuentro unos minutos.

Impulsado por los aires de confianza, Verdasco continuó con su derecha y su saque imponiendo su ley, pero un despiste le costó tan caro como el segundo set. Rompió por fin Nadal la gran racha que llevaba el madrileño en el cuarto juego y la confianza cambió de zurdo. Recuperado del susto, el balear quiso centrarse, y aunque lejos de lo que fue contra Davydenko, supo llevar el juego a su terreno y minar la moral de un Verdasco que cosechó tres dobles faltas consecutivas dejando escapar una ventaja de 40-0 con 4-1 abajo.

Sin demasiada brillantez, Nadal pudo cerrar el segundo capítulo y encarar con calma el tercero. Lejos de la contundencia del primer set, Verdasco y Nadal acumularon errores, pero era el balear quien conquistaba los puntos importantes. Con 5-2 a favor, el partido parecía sentenciado, pero el orgullo tiró de Verdasco, espoleado por las voces que le susurraban el número 13. Poco a poco, saque a saque, el madrileño remontó juego a juego. Hasta darle la vuelta al marcador. Tanto, que en la segunda bola de partido que tuvo, el madrileño se coronó en casa. Resplandeciente el amarillo y el rojo de su camiseta sobre el azul mar del Mutua Madrid Open. Trece derrotas ante Nadal. El número 14 tendrá que esperar.