Djokovic, nuevo número uno del mundo

Nadal se enfrenta en la segunda semifinal al británico Andy Murray , quien gozará sin duda del apoyo de la mayoría de las casi 15.000 localidades que tiene la pista central del club londinense, donde el Príncipe Andrés, la Princesa Beatriz o Pippa Middleton han disfrutado del espectáculo ofrecido en el partido entre el serbio y el francés, que han rodado por el suelo en espectaculares golpes en varios puntos del encuentro.

Djokovic , a sus 24 años, se corona habiendo sido el verdugo de Nadal por cuatro ocasiones este año, y llega a su primera final de Wimbledon habiendo perdido solo un partido en esta temporada , contra Federer en semifinales de Roland Garros. Los derechazos del francés, cruzados y en paralelo, indiscriminados, acorralaban a Djokovic al fondo de las pistas hasta sacarle de ella –y de quicio-. Pero el serbio –desesperado en ocasiones ante el poderío físico y la imprevisibilidad de su rival- ha sabido mantener la perspectiva del partido como un guepardo acechando la pista, ágil y paciente, corriendo todos los golpes y esperando las debilidades de su presa para atacarle.

Y las debilidades del francés han sido muchas. Demasiadas para entrar en el Olimpo de los mejores. Estaban en un revés inconsistente y en su propia genialidad, brutal y despiadada cuando recibía la bola al fondo de la pista armado de su portentoso “drive”, pero falto de estrategia más allá de ese juego, con subidas a la red sin sentido y, sobre todo, demasiados fallos para ganar a un aspirante a número 1.

Los dos jugadores han deleitado al público en cuatro largos sets plagados de plantes, quites y pases de ovación. Si Tsonga ha comenzado el partido rompiendo el servicio al serbio, Djokovic le ha dado la réplica arrancando el segundo set con un break. Pero mientras Tsonga se venía arriba y abajo con su juego desquiciado, el hasta hoy número dos del mundo ha mantenido su mira firme en la corona que ha arrebatado al español Rafael Nadal.