Tenis

Andy Murray y el Abierto de Australia: una historia para olvidar

En su última participación en el Grand Slam anunció su retirada; dos años después, su regreso es casi imposible por un positivo en coronavirus. En Melbourne ha perdido cinco finales

AFP

Salvo sorpresa mayúscula, Andy Murray no estará en el Abierto de Australia. El tenista escocés había sido invitado por la organización del torneo, pero un positivo por coronavirus el pasado jueves le impidió viajar como lo han hecho el resto de tenistas, ... de acuerdo al protocolo establecido. Un contratiempo para el que fuera número uno del mundo que, a juzgar por su experiencia en este Grand Slam, no debería sorprender a nadie, ya que ha sido allí donde Murray ha vivido alguno de los momentos más amargos de su carrera. Tras un infructuoso 2020 , Australia aparecía en el horizonte como una oportunidad, pero esta tendrá que esperar por culpa de un virus que ha cambiado el mundo.

Hay que viajar a 2019 para fechar su última participación en el primer Grand Slam del año. En aquella edición, sin embargo, Murray fue más protagonista por lo que sucedió fuera de la pista que lo que pasó dentro, donde cayó eliminado en primera ronda ante Roberto Bautista. Días antes de aquella derrota, el escocés compareció entre lágrimas en rueda de prensa para adelantar su retirada como consecuencia del calvario al que le tenía sometido una lesión de cadera . «Creo que hay posibilidades de que el Abierto de Australia sea mi último gran torneo», dijo entonces. Un anuncio que conmovió al mundo del tenis y que siguió con un paso por el quirófano un mes y medio después. La operación fue un éxito y, finalmente, no hubo adiós definitivo.

Seguiría compitiendo al ralentí durante 2019, jugando (y ganando) Queens junto a Feliciano López, cayendo a la primera en Cincinnati y consiguiendo sus primeras victorias individuales en Mallorca. Hasta que en octubre las lágrimas volvieron a hacer acto de presencia, aunque por un motivo bien distinto: más de treinta meses después de su última conquista, Murray se proclamó campeón del ATP 250 de Amberes . «No esperaba estar en esta situación, así que solo puedo decir que estoy muy contento. Orgulloso de estar aquí después de todos estos meses tan difíciles», dijo. Una victoria que, más allá de sumarse a su currículo, supuso un antes y un después para un tenista que llegó a darlo todo por perdido. Pero contra todo pronóstico, un nuevo revés sacudió su carrera… y el tenis en general.

La pandemia de coronavirus estalló y puso en jaque al circuito ATP. Murray no estrenó su 2020 hasta agosto, cuando llegó a dieciseisavos del Masters de Cincinnati, donde fue superado por Milos Raonic. Más tarde, ni en el US Open ni en Roland Garros encontró su mejor tenis y cerró así otro año complicado. La nota dulce llegó a finales de diciembre, cuando recibió la invitación de la organización del Abierto de Australia. Dos años después de aquella despedida en rueda de prensa que al final no fue tal, Murray podría volver al Gran Slam, un torneo que, deportivamente hablando, se le ha resistido desde hace más de una década.

Cinco finales perdidas

El campeón de Wimbledon 2013 y 2016 y US Open 2012, ha sucumbido hasta en cinco ocasiones en la final de Australia. Su principal verdugo ha sido Novak Djokovic, quien se ha impuesto en cuatro ocasiones (2011, 2012, 2013 y 2016), aunque la nefasta cuenta la inició Roger Federer en 2010. Aquel lejano día el suizo exhibió un tenis excelso y no dio opción a su rival. «Fue difícil para mí perder porque pensé que iba a ganar», confesaría luego Murray.

Años más tarde sería incapaz de frenar el vendaval de Djokovic. Ni siquiera en 2013 , cuando empezó ganando el primer set, o en 2015 , cuando puso contra las cuerdas a un Nole mermado por una lesión, logró hacerse con el título. En 2016 volvió a vérselas con el gran tenis del serbio, muy superior al que mostró durante el torneo. Un cúmulo de sinsabores que no hacían de Australia una plaza de gran recuerdo para Murray. Por eso, su regreso en 2021 , más allá de que su raqueta no parece poder volver a llevarle a una final, tenía algo de revancha .

En los próximos días se sabrá si Murray está o no descartado para la cita. Las primeras informaciones tras su positivo hablaban de que el tenista era optimista, encontrándose en buen estado y aislado desde el primer momento. Sin embargo, un comunicado de la organización del torneo sonó a sentencia: «Desafortunadamente, esto significa [su positivo]que no podrá subirse a los vuelos chárter oficiales del Abierto de Australia ni cumplir la cuarentena con el resto de jugadores. Los aficionados del torneo aman a Andy y sabemos cuánto le gusta jugar aquí y lo duro que ha trabajado para tener esta oportunidad».

Aun así, declaraciones posteriores parecen no cerrarle la puerta del todo, aunque con su historial de lesiones no parezca oportuno forzar su participación, tal y como comentó Todd Woodbridge , extenista australiano: «Veo muy muy poco probable que pueda jugar, casi imposible […] Ha pasado una odisea enorme para volver a jugar y no creo que lo ponga todo en riesgo ahora». Pase lo que pase, no será el último varapalo que supera el escocés.

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