Nadal supera el descaro de Thiem

Un tenista diferente, osado, todavía con marcas de acné que intenta quitarse a base de victorias (ante Wawrinka) y de acercarse a los grandes. Así es Dominic Thiem , y así quiso presentarse desde el inicio: con grandes golpes de derecha mezclados con errores de bulto. Esa irregularidad es la que todavía tiene que afinar, porque de tenis tiene de sobra. Esa irregularidad es la que aprovechó todo un experimentado en estos escenarios como Rafa Nadal para ir, poco a poco, defendiéndose de los misiles austriacos y dándole la vuelta al punto, hacia esas derechas tan suyas que tantas alegrías le está dando en París desde su estreno .

El marcador suena a contundente. Sin embargo, Nadal también sufrió altibajos con los que puso en jaque su capacidad de reacción. Apenas pudo presentar batalla con el primer servicio, lo perdió dos veces, una en el primero y otra en el tercer set. Tampoco sus drives alcanzaban la profundidad necesaria para que Thiem tuviera que esconder sus armas. Pero se convirtió en un gato en la red. Allí se refugió cuando desde el fondo no podía alcanzar el punto. Y la experiencia jugó a su favor.

«Es, con toda seguridad, una futura estrella, lo hace todo bien, tiene golpes muy fuertes y juega muy bien desde el fondo de la pista», alabó Nadal sobre su rival, que jugó el cuarto partido a cinco sets de su carrera. El austriaco lo intentó, dio espectáculo levantó al público con buenos golpes. Ha dejado una huella en la Philippe Chatrier, que sigue siendo territorio Nadal: «Esta vitoria es importante porque Dominic es un rival muy duro y porque noto que mi tenis mejora partido a partido».