Severo Jurado: «A los Juegos Olímpicos se llega cuando se busca ser el mejor»

-¿Qué le llevó a dedicarse a la hípica?

-Me llega de familia, por parte materna, mi abuelo es un gran aficionado a los caballos y yo me he criado entre caballos, así que la hípica forma parte de mi vida desde pequeño.

-¿Y a la doma en particular?

-La doma llegó después con un poco más de edad y también por no ser el mejor en los estudios; tenía que decidir un poco mi futuro, y como lo de los caballos era algo que me gustaba y que estaba presente en mi vida pues elegí entre los caballos o seguir estudiando.

-¿Ha sido fácil dedicarse a ello?

-No es fácil. Es un mundo un poco complicado donde la gente se dedica a algo y lo tienen como un hobby.

-Usted no vive en Sevilla. ¿Hay que irse fuera para poder ser jinete profesional?

-No «hay que» pero si quieres ser el mejor tienes que irte a donde están los mejores y los mejores no están en Sevilla, están en el centro de Europa.

-¿Qué parte del trabajo es suya y qué parte de animal?

-Depende de cómo de bueno sea el caballo y cómo de bueno el jinete. Al final hay que llegar al cien por cien al hacer los ejercicios y compenetrarse al máximo. Hay veces que el jinete tiene que poner más de su parte porque el caballo no se concentra o le cuesta más hacer algo y hay veces que es el jinete el que no está concentrado, no está atento y no reacciona como debería pero el caballo por su buen hacer o por haberlo entrenado muchas veces salva un poco al jinete. No hay un porcentaje justo, la verdad sea dicha.

-¿Cuál es su rutina habitual de entrenamiento?

-A los caballos hay que mantenerlos, como deportistas que son, sanos, elásticos, fuertes y a medida que pasan los años irlos entrenando y hacer que la formación del animal vaya mejorando. El jinete tiene que estar en buena forma física, o por lo menos mínima, para poder realizar los ejercicios con los movimientos que requiere, Cuando hay movimientos de largo o de equilibrio te lo da el entrenamiento a diario, pero hay que estar medianamente bien.

-Cuando era niño, ¿soñaba con ir a unos Juegos Olímpicos?

-No, no es algo que lo haya pensado mucho. Siempre he querido ser un buen jinete, llegar adonde han llegado jinetes que yo admiro o que son grandes maestros, estar cerca de ellos, poder aprender de ellos y llegar a ser como ellos o mejor... eso sí lo he soñado. Pero lo de los Juegos es algo que te llega cuando se busca lo demás.

-¿Qué sintió al ser seleccionado para formar parte del equipo de Río 16?

-Una gran alegría por poder ser parte del equipo e ir a otro continente a competir. Unas Olimpiadas es una experiencia muy bonita y espero disfrutarlo.

-Es la primera vez que acude. ¿Qué espera de la experiencia más allá del aspecto deportivo?

-Aprender, van a estar los mejores. Voy a competir contra ellos, voy a intentar ponerle las cosas difíciles pero sobre todo aprender.

-¿Qué es lo más sacrificado de la vida del jinete?

-Para mí la distancia, tener que estar tan lejos de la familia. Te podría decir las horas y tal, pero eso no es sacrificado, es un poco voluntario

-¿Cuál ha sido el momento más duro de su carrera?

-No he tenido ningún momento especialmente duro

-¿Es aficionado a algún otro deporte?

-Me gusta hacer algo de deporte pero no tengo especial afición por ninguno en concreto.

-¿Quién ha sido su referente deportivo?

-No te puedo decir un nombre. Hay grandes jinetes con sus cosas buenas y malas, no tengo un ídolo.

-Si no hubiese sido deportista, ¿qué habría sido?

-No lo sé, algo vinculado con los caballos, o animales, como veterinario o algo así.