¿Qué pasó con... Juan Lara?

Mañana es su cumpleaños. ¿Cómo lleva lo de soplar velas?

Con gratitud, aunque con un enfado monumental porque cada día que pasa está uno más viejo y más torpe, pero bueno, agradeciendo el hecho de cumplir años porque evidentemente es ganarle paso a la experiencia. Ahora me meto en menos fregaos físicos pero más fregaos mentales.

Es presidente de COCEMFE.

Sí, nos hemos dedicado al asociacionismo y llevo la federación provincial de asociaciones de personas con discapacidad física y orgánica. Tenemos 409 asociaciones miembros y nuestro volumen de actuación es en Sevilla y provincia. Estamos en todas las áreas donde se tratan la discapacidad, la accesibilidad universal o bien la defensa jurídica de los derechos de las personas con discapacidad.

¿Queda mucho por hacer en estos ámbitos?

Uf, no se lo puede ni imaginar. Andalucía es una de las comunidades mas retrasadas en el campo del asistente personal. Bilbao tiene 298 asistentes personales y toda Andalucía tiene trece a pesar de que la ley a marca claramente la definición del asistente personal y sus funciones. La discapacidad es el sector más vulnerable. Queremos aportar ese granito de lucha para que nuestros compañeros tengan una vida más normalizada y que se les reconozcan sus derechos.

¿Cuánto hace que no escucha el sonido de la red al encestar?

Hace relativamente poco. La verdad es que se echa muchísimo de menos la competitividad, la competición, los roces, los golpes y... ¿sabe qué es lo que más echo de menos? Hacer una falta, que no te la piten y se cabree el contrario. Salirte con la tuya y encima que le piten personal al otro es de lo más gratificante.

¿Qué le debe al baloncesto?

Aquí me pongo serio. Le debo lo que soy. Yo llevaba una carrera militar, se me cortó con 20 años y ahora tengo 55. Llevo más tiempo sentado que de pie, pero la gente me conoce y reconoce por los éxitos deportivos que hemos tenido y por la cantidad de amigos que hemos hecho en la carretera, porque antes se viajaba en autobús y eran muchísimas horas de convivencia con muchísima gente con lesiones variopintas: amputados, polio, espina bífida, lesión medular... El baloncesto me ha hecho lo que soy, me ha posicionado en un puesto de responsabilidad dentro de una federación pero conociendo la discapacidad desde la base. He viajado a mucho sitios. Cuando jugaba y llegaba el verano viajaba a dos países distintos. No sé si todo eso lo hubiera podido vivir de otra forma.

¿Hace mucho que no ve a su compañero Diego de Paz?

Lo tengo en un grupo de whatsapp y compartimos muchas cosas. Y cuando podemos, nos damos la lata. Porque él es del Sevilla y yo del Betis, así que nada más que tenemos la oportunidad no metemos una pullita, pero para saber que estamos ahí. Porque hemos vivido tantísimas cosas buenas juntos que de vez en cuando hay que refrescarlas. Es uno de los grandes deportistas de nuestra historia. Siendo de Sevilla, éramos muy risueños y muy alegres, pero también dábamos el callo.

¿Los Juegos de Atlanta o los de Barcelona?

Los dos fueron formidables. En Atlanta ganamos a Australia e Inglaterra, que luego fueron oro y plata, y perdimos en el cruce con los ingleses. Nos tocó jugar con Estados Unidos por el tercer y cuarto puesto y perdimos. Teníamos una selección increíble para haber obtenido una medalla. Nos la merecimos, pero nos quedamos con el diploma.