Rubiales renuncia a que sus hijas sean testigos en el juicio

El anuncio implica que ninguna de las jóvenes tendrán que acudir a la vista oral como testigos, puesto que la defensa de Rubiales que despliega la penalista Olga Tubau era la única que había solicitado esta prueba. Ambas, que viajaron con la expedición al Mundial de Sídney, estaban convocadas el 10 de febrero e iban a declarar por videoconferencia.

Se trata de Lucía y Ana, dos de las tres hijas de Rubiales que estaban sentadas en primera fila cuando el 25 de agosto de 2023 presidió una asamblea extraordinaria de la RFEF en la que se aferró al puesto y rechazó dimitir. En aquella intervención, les lanzó un mensaje directo en el contexto de su autodefensa frente al escándalo por el beso que había propinado a Hermoso en la entrega de trofeos del mundial.

«Quiero decir mirando a mis tres hijas que están ahí que hoy tienen que aprender una lección sobre lo que es la igualdad. La igualdad no es diferenciar cuando hay una opinión entre lo que dice el hombre y lo que dice la mujer. Hay que diferenciar entre la verdad y la mentira, y yo estoy diciendo la verdad. Hijas, aprendedlo, es una lección de vida. Vosotras sí sois feministas de verdad, no el falso feminismo que hay por ahí», dijo ante los asistentes.

«El falso feminismo no busca la justicia, la verdad, no le importan las personas», añadió, intentando minimizar así las protestas por su conducta durante la final.

Pero además, Ana y Lucía estaban en el vuelo que trajo de vuelta a España a las jugadoras de la selección y al resto de la expedición organizada por la RFEF. Fue a ellas a las que mentó Rubiales cuando en un pasillo del avión, intentó convencer a Hermoso de que grabase con él un vídeo exculpatorio cuando hiciesen escala en Doha. «Me pidió por favor que lo hiciera, que por sus dos hijas que estaban en el avión detrás llorando, le dije que lo sentía, pero no», declaró ella en la primera jornada del juicio.