Atletismo
Se retira Bruno Hortelano, el mejor velocista español
Campeón de Europa de 200 metros en 2016, lo deja a los 33 años con los récords nacionales de 100, 200 y 400

«Para los que han seguido mi carrera deportiva, ¡Gracias y hasta luego! Después de 15 años en el deporte internacional, he colgado mis zapatillas. Me retiro». Así comienza la carta de despedida con la que Bruno Hortelano anuncia su adiós al atletismo. Lo deja ... a los 33 años el mejor velocista español de la historia. Ahí están sus récords nacionales de 100 (10.06), 200 (20.04) y 400 (44.69). El primero lo consiguió en 2016, poco después de proclamarse campeón de Europa de los 200 metros en Amsterdam, su mayor logro. Y poco antes de sufrir un grave accidente de tráfico que condicionó el resto de su carrera.
Hortelano pasó 21 meses fuera de las pistas. Regresó y volvió a ganar en 2018, donde logró sus otras dos plusmarcas. Pero las secuelas del accidente le pasaron una dura factura física. No logró clasificarse para los Juegos de Tokio y tampoco para los de París. Ahí ya avisó de que el desenlace de su carrera deportiva estaba cerca.
«Mi carrera deportiva ha visto muchos éxitos, cada cual motivándome a seguir luchando, y también ha visto muchas derrotas, de las cuales traté de aprender todo lo que pude para mejorar», cuenta Hortelano en su larga carta de despedida, en la que prefiere centrarse en el futuro como padre de familia. «Paso página del deporte para dar lo mejor de mí a lo que en los últimos años se ha convertido en lo primero y fundamental en mi vida: mi mujer y nuestros niños. Evelyne. Nico. Chloe. Vega».
«Me voy con el tanque vacío (he dado todo lo que he podido dar al atletismo), y con el corazón lleno. Sí, he disfrutado como un niño volando en las pistas, pero los días más enriquecedores y mágicos los he vivido con Evelyne y nuestros niños», asegura Hortelano, admitiendo que la verdadera felicidad la ha conseguido formando un hogar, y no con el atletismo: «He soñado con victorias y récords desde la infancia, pero nada me enamora tanto como una sonrisa y una mirada de amor y ternura de mi mujer, de mi mejor amiga. He podido gritar en triunfo ganando carreras, pero nada me da mayor plenitud emocional que la risa descontrolada compartida en familia. He soñado ambiciosamente en el deporte y he invitado a soñar, pero visualizar la creación de nuestra familia y llevarlo a cabo con todo nuestro amor no tiene comparación. He sido atleta y así me he considerado, pero lo que me da definición y significado por encima de todo lo demás, son ellos, mi núcleo, sin lugar a duda, como hombre, marido y padre. Lo que más valor tiene en la vida, pocas veces se encontrará allá fuera en el mundo o alejado en el futuro. He descubierto mi mayor tesoro en mi familia».
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