Real Madrid 5 - Borussia Dortmund 2

Vinicius lidera otra remontada europea de un Madrid en modo Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Una nefasta primera mitad de los blancos acabó con 0-2 y pitos. Tras el descanso, un triplete del brasileño coronó otra épica noche en el Bernabéu

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Vinicius celebra su tercer gol ante el Borussia Reuters

Un Madrid en modo Dr. Jekyl y Mr. Hyde, y con Vinicius en plan Balón de Oro, con un triplete, regaló otra épica noche de Champions a su gente. De 0-2 del descanso al 5-2 final.

Ancelotti volvió a darle una vuelta ... de tuerca más al sistema de su equipo. Por primera vez en la temporada, juntó al tridente de ataque, más Bellingham, en un 4-3-3, con el inglés de interior derecha, Valverde de ancla y Modric de interior izquierda. El problema es que el sistema da igual cuando la actitud de los jugadores es la de guardar el pan bimbo en la nevera.

No es admisible que el equipo tire la primera media hora al retrete y tenga que encajar dos goles para que los jugadores dejen el matasuegras y se tomen en serio el partido. O, al menos, corran. Normal la preocupación que hay en la planta noble sobre esa estadística que señala al Madrid como uno de los grandes equipos de Europa, y de España, que menos kilómetros hace. Compromiso, lo llama Ancelotti.

Lucas salió en la foto del 0-1 y del 0-2. Eso no le responsabilizaba del mal partido de su equipo, pero el Madrid tiene un problema evidente si no acude al mercado a fichar a un lateral derecho. Sustituir durante ocho meses a Carvajal con un extremo reconvertido es un 'piedra, papel o tijera'. Y eso no es culpa de Lucas.

En el minuto 30, el gallego perdió un balón en la frontal del área. Robo que acabó con la pelota en el pie de Guirassy. El franco-guineano le ganó el cuerpo a cuerpo a Rudiger con medio pestañeo y esperó el movimiento de Malen para darle un balón de gol con una especie de cola de vaca en formato pase. El neerlandés, solo ante Courtois, le batió con el interior de su pie derecho.

Cuatro minutos después, Malen mutó de goleador a asistente, y desde banda derecha puso el esférico en el segundo palo, a dónde llegó Gittens mirando por el retrovisor a Lucas, dormido en la marca y lento en la reacción.

El 0-2 sacó la rabia del campeón. En el 35, Bellingham, solo en la frontal del área pequeña, remató suave a las manos de Kobel. En el 36, el inglés estrelló el balón en el larguero, y luego en el palo. Segundos antes, Rodrygo había mandado también la pelota a la madera. Tres ocasiones que, perfectamente, podían haber puesto el 2-2, como pudo hacer el Borussia el 0-3 si Courtois no hubiera elevado su brazo derecho a la escuadra en un misil de Brandt justo antes del descanso.

Un tsunami

Ese arreón final de orgullo evitó una pitada al equipo, que se marchó a los vestuarios con tímidos silbidos. El público de Europa siempre ha sido más condescendiente, y ahí se empezó a construir la remontada.

Bueno, en la habitual caldera del Bernabéu cuando toca remontar en la Champions, y en el grave error de Sahin, que se vistió de madridista, como en 2011, y sacó del campo a Gittens para poner una línea de cinco. No lo sabía, pero acababa de firmar su sentencia de muerte.

Poner el autobús en el Bernabéu a falta de cuarenta minutos es tan inútil como una cartilla bancaria. Lucas y Vinicius, con dos disparos atajados por Kobel, avisaron del tsunami que se le venía encima al Borussia.

En el 60, Mbappé centró desde banda derecha para que Rudiger la pusiera con su cabeza en la red. El alemán lo celebró con las rodillas en alto, como si estuviera haciendo una de esas coberturas que excitan al Bernabéu. 107 segundos después, más un minuto extra de intriga, llegó el 2-2. Un pase al espacio de Modric para Mbappé lo convirtió Schlotterbeck en una asistencia a Vinicius, que solo la tuvo que empujar a la portería. El asistente levantó la bandera, por fuera de juego de Kylian. No lo era. Lo arregló el VAR.

Al guion de la remontada le faltaba el tanto definitivo y el milagro previo de Courtois. Ambas cosas sucedieron en el 80 y el 81. Thibaut le sacó con los pies un disparo con veneno de Grob. En la jugada siguiente, Lucas se puso de nuevo en la foto, esta vez para reventar la escuadra de Kobel. Vinicius, en el 87, con otro trallazo, y en el 92, con un zurdazo, echó la llave al partido.

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