El segundo palo
Bale, ¿por qué nos abandonaste?
«Querría saber qué conduce a alguien como él a dilapidar su don o a esconderlo por desidia. Podría haber sido un placer y sin embargo acabó en pesadilla»
El meteoro galés
La piel
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Iniciar sesiónAntes que nada aportaré un par de claves sin las cuales sería más difícil entender este artículo. La primera es que el día que Gareth Frank Bale fue presentado como nuevo jugador del Real Madrid yo lloré. Literal. Lloré como un crío porque ... me pareció muy generoso por parte de este galés al que después colgaron el cartelito de abúlico que plantara cara a ese auténtico tiburón blanco llamado Daniel Levy amenazándolo ni más ni menos que con colgar las botas si no le dejaba cumplir su sueño de niño consistente en jugar en mi equipo, que acabó siendo el suyo durante nueve temporadas.
La segunda clave es que yo sí puedo criticar a Bale porque, y parafraseando a medias a Franklin Delano Roosevelt cuando se refirió a Tacho Somoza, si Bale hubiera sido un vago como se asegura, habría sido mi vago en cualquiera de los casos. Y yo ante cualquier antimadridista, por mi Bale ma-to.
De modo que espero que el amable lector entienda que este desgarrador pero necesario ejercicio de introspección que me pide ABC precisamente el día en el que el futbolista por el que lloré ha decidido colgar las botas vaya a resultarme dolorosísimo. Si me abro en canal es por usted, es por usted que me recuesto en el diván e inicio un camino que me llevará a un lugar triste, silencioso, frío y oscuro: ¿Será acaso el despacho de Ceferin?
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Bale, la leyenda que acabó desquiciando al Madrid
Pablo Lodeiro Fernández
Lo que yo no podré perdonarle jamás a mi Bale es que atesorando como atesora en la uña del dedo gordo de su pie izquierdo más calidad que el noventa y nueve por ciento de los jugadores profesionales y pudiendo por lo tanto haber ingresado con solvencia en el parnaso de los futbolistas más trascendentales del Real Madrid, al final vaya a pasar sin embargo a la historia como alguien más preocupado por mejorar su 'approach' que por serle verdaderamente útil a su equipo.
Me muero por preguntarle por qué nos privó tan pronto y de un modo tan displicente de su talento, por qué no nos quiso más y por qué no nos trató un pelín mejor, por qué pareció mirarnos siempre por encima del hombro, o al menos esa fue mi impresión. Querría saber qué conduce a alguien como él a dilapidar su don o, lo que es aún peor, a esconderlo quizás por desidia. Podría haber sido un placer y sin embargo acabó en pesadilla. ¿Por qué nos abandonaste, Gareth Bale, por qué?
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