Fútbol
Bale, la leyenda que acabó desquiciando al Madrid
El delantero dice adiós al fútbol con 33 años, tras 22 títulos en 17 temporadas y con una interminable lista de genialidades y polémicas
Los mejores momentos de la carrera de Bale
Gareth Bale: héroe, villano y mito. 'In that order'
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Iniciar sesiónComenzó como lateral de fondo, pura raza británica de ida y vuelta, para luego convertirse en un delantero monstruoso en el Real Madrid y, tras ganarlo todo, rematar su estancia en el fútbol de élite cercado por las críticas, sin jugar, y ascendiendo al prolífico ... Olimpo del fútbol galés, todo al mismo tiempo. Gareth Bale, a los 33 años, anunció este lunes mediante un sentido comunicado su retirada de los terrenos de juego. Un talento irrepetible y una personalidad sinuosa, que a ratos destilaba una indiferencia monumental y en otros un compromiso sin parangón. Pese a todo, su legado y calidad son incuestionables. La vitrina del de Cardiff se cierra casi sin huecos que completar tras levantar cinco Champions League con los blancos (el futbolista británico que más veces ha ganado el trofeo) y relanzar a la selección galesa en la última década, con la que alcanzó las semifinales de la Eurocopa en 2016 y a la que devolvió a un Mundial (Qatar 2022) tras 64 años de ausencia. «Es el momento de dar el siguiente paso de mi vida. Un tiempo de cambio y transición, una oportunidad para una nueva aventura».
En total, 22 títulos en 17 temporadas, 226 goles en 665 partidos y un buen puñado de instantáneas para colorear las última páginas de la historia del fútbol. Porque Bale, pese a ser señalado por invisibilidad o falta de compromiso en el día a día, siempre apareció cuando se necesitaba una pierna firme para agujerar la red.
La primera gran imagen de su carrera la tomó el 20 de octubre de 2010, en un partido de Champions contra el Inter de Milán, donde, pese a la derrota con el Tottenham (4-3), maravilló a Europa con tres goles, cada uno de mejor factura que el anterior, y una exhibición física que dejó pulverizado a Maicon, el mejor lateral derecho del momento. Harry Redknapp, su entrenador por aquel entonces, no mostró sorpresa tras la portentosa actuación del galés: «Le veo destrozar defensas cada fin de semana». Con los del norte de Londres, club al que había llegado en 2007 desde el Southampton, fue cogiendo jerarquía y, como todo buen futbolista que se precie, abandonó las limitaciones de la banda para acabar como segundo punta, posición en la que fascinó a todo un país. La Premier vibraba cada fin de semana con las cabalgadas del galés y con su batería de cañonazos a la portería rival. Un jugador que respondía, por sus características, al tipo de futbolista que encandila a los aficionados anglosajones. Sin embargo, los títulos no llegaban y en 2013 apareció el Real Madrid con 100 millones de euros.
Luces y sombras en Madrid
La carrera de Bale no se entiende sin el Real Madrid. En las nueve temporadas en las que militó en el club blanco (de 2013 a 2022, salvo la 2020-21, en la que jugó cedido en el Tottenham), ambos siguieron la pauta habitual de toda relación sentimental. De éxtasis inicial al desencanto, el enfado, pasando por unos años intermedios maravillosos. El galés fue el complemento perfecto para Cristiano Ronaldo y Benzema, la pieza que faltaba del puzzle, y desde bien pronto fue protagonista en el renacer del equipo tras la tiranía del Barça de Guardiola. En su primera temporada se metió de lleno en la historia del club al anotar en la final de Copa ante los azulgranas el gol decisivo en los últimos minutos (Bartra sigue corriendo detrás de él) y ante el Atlético de Madrid, el 1-2 en la prórroga, en la final de la Champions de Lisboa.
— Gareth Bale (@GarethBale11) January 9, 2023
Su desempeño en el Real Madrid siguió la progresión esperada, tanto que incluso se llegó a cuestionar, cuando Benítez ocupó el banquillo del Bernabéu, si tenía que ser él o Cristiano la punta de lanza del equipo. Fue entonces cuando la situación comenzó a torcerse. Las lesiones y su relación con la grada empezaron a enrarecer el ambiente, algo que no le privó de seguir dando alegrías al equipo, como tras su doblete, gol de chilena incluido, ante el Liverpool en la final de Champions de 2018 en Kiev.
Pese al triunfo, su suplencia en Ucrania acabó por colmar el vaso y desató su particular guerra fría contra la institución. Llegaron las bromas en el banquillo y el ya mítico 'Gales, golf y Madrid. En ese orden'. El pasado verano abrió la puerta de atrás y cruzó el Atlántico hacia la liga estadounidense (Los Angeles Football Club) con el único objetivo de llegar en buena forma al Mundial. Un final agridulce para un futbolista como no ha habido dos en la historia. El Madrid, eso sí, no se olvidó de él. «El club quiere mostrar su agradecimiento, su admiración y su cariño a una gran leyenda de nuestro club y del fútbol mundial», esgrimieron los blancos en un comunicado.
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