EL SEGUNDO PALO

Asencio y el silencio de los corderos

«Si hay cien, mil o diez mil personas que le desean la muerte a un jugador es por la sencilla razón de que pueden hacerlo, y si pueden hacerlo es porque sus actos no tienen consecuencias»

Todos contra el Madrid

Asencio, tras el Madrid-Atlético REUTERS

Hay que ver cómo lo tensiona todo Mourinho. Al entrenador de la Real Sociedad le preguntaron por los cánticos contra Asencio y dijo que «si habían existido»... los condenaba. ¿Cómo que si habían existido? ¿Dónde estaba este hombre? En Anoeta parece que no, a ... lo mejor en Babia. El árbitro tuvo que parar el encuentro y, al final del partido, Ancelotti reconoció que se había visto obligado a sustituir en el descanso al sensacional defensa central porque el chico estaba devastado. Imanol acabó la frase mostrándose muy orgulloso por el comportamiento de la afición. Pero luego nos preocupan los problemas de salud mental: ¡Tururú!

Abogado de pleitos pobres, Oyarzabal dijo que había otras maneras de condenar a alguien por lo que pudiera haber hecho que desearle la muerte: muchísimas gracias Mikel por dar la cara con tanto arrojo por un compañero de profesión, gracias por defender que la justicia la impongan los jueces y no los ortodoncistas o la Compañía Nacional de Teatro Clásico. El otro día, también sobre Raúl, un periodista dijo que había sido el mejor partido de un imputado que había visto en mucho tiempo y el resto de colegas le rieron la gracieta. Cómo sería la cosa para que incluso el gesto imitando a un mono dirigido contra Vinicius pasase desapercibido. El iletrado parecía muy molesto por algo, quizás con una acción del juego, y su incomprensión de la sociedad que nos rodea le llevó a erigirse en miembro del Ku Klux Klan. Como aquel otro botarate del Camp Nou, este tonto a las 3 también está perfectamente localizado: no pasará nada.

El fútbol español se ha convertido en un pozo de inmundicia. Si hay cien, mil o diez mil personas que le desean la muerte a un jugador es por la sencilla razón de que pueden hacerlo, y si pueden hacerlo es porque sus actos no tienen consecuencias, y si esos comportamientos vandálicos carecen de castigo es porque, como bien dijo Vini en su día, algo no funciona. Y yo no tengo la fuerza moral suficiente para pedirle al Real Madrid, enfrentado a LaLiga, el CTA, los Comités, la Federación y la UEFA, que lidere también esta batalla retirando a sus jugadores del campo porque los cobardes volverían a dejarle solo. Me abruma ese atronador silencio de los corderos caminito del matadero.

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