El confuso esguince de Camavinga

El trabajo realizado por Ancelotti y sus técnicos es, una vez más, impecable. Han logrado, de manera discreta pero eficaz, una puesta a punto óptima de la plantilla, que incluye aspectos relacionados con la preparación física y mental, tanto en lo que se refiere al entrenamiento visible como al invisible.

Jugadores como Carvajal han disputado este año el 76 por ciento de los partidos, dando un nivel muy superior a los años anteriores, lo que supone un meritazo también por parte del jugador. Como Vinicius, que ha jugado un 93 por ciento de los partidos, con un rendimiento excelente, y el propio Camavinga, que va a jugar este año el 96 por ciento de los partidos. Son la demostración de lo que sobre el rendimiento de un jugador puede hacer la labor de un buen técnico.

La lesión que Camavinga sufrió en el último partido disputado por el Madrid ante el Getafe, finalmente, ha quedado en un esguince ligamentoso. Término, tal vez, pretendidamente confuso, que no describe específicamente la lesión desde el punto de vista médico, pero que en el argot médico-periodístico viene a significar que no es una lesión que ponga en peligro la integridad de su rodilla.

La dosificación de la plantilla del Real Madrid, especialmente en los últimos partidos, ha sido muy inteligente. Se dice que el Madrid no rota. Los datos dicen lo contrario. En los últimos 13 compromisos el Madrid ha realizado una media de cinco cambios en sus alineaciones que, curiosamente, se corresponden con un descenso de la tasa de lesiones del equipo.

En los últimos 14 partidos, Ancelotti ha podido competir con la insignificante media de 1,7 bajas; eso sí, en los partidos importantes, como los disputados contra Barcelona o City, Ancelotti pone en la pizarra la alienación que se sabe de memoria.