Las caras de sus compañeros presagiaban lo peor. Esa imagen ha supuesto la mayor preocupación de la parroquia madridista. Los primeros diagnósticos indicaban que el dolor se debía a un esguince de rodilla. Y el misterio se ha resuelto, el susto ha quedado en una pequeña lesión. El club blanco lo ha confirmado a través de sus redes sociales en la víspera a la final de la Supercopa de Europa.
«Tras las pruebas realizadas hoy a nuestro jugador Eduardo Camavinga se le ha diagnosticado un esguince del ligamento colateral interno en la rodilla izquierda. Pendiente de evolución», se lee en el breve parte médico difundido por el club.
Según los cálculos de recuperación, el internacional francés se perderá el comienzo de esta larga temporada y su técnico no podrá contar con él las próximas seis o siete semanas. Un revés con el que no contaba Ancelotti, pero que no le preocupa pues ya vivió un escenario parecido en la anterior temporada. Las lesiones de Alaba, Cuortois y Militao dejaron la plantilla reducida y con poco recambios, pero sin alzar la voz y confiando en sus jugadores, Carletto construyó un equipo de garantías que se alzó con la Laliga y con la Champions League.
Con la marcha de Kroos, se presumía que el francés sería el mayor beneficiado y disfrutaría de más minutos, pues aún no ha conseguido hacerse un hueco en el once inicial del italiano. Pero es un hombre de garantías como lo demostró en las semifinales del torneo europeo frente al Bayern.
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