Oliver Atom es Cristiano Ronaldo

Cristiano, inteligentemente, ubica su cuerpo de espaldas a la portería, pensando que ese balón que llega flotando desde el flanco derecho solo puede besar la red con un golpeo con la pierna. Y lo hace en formato chilena, cogiendo el balón muy alto, rememorando los goles que metía Oliver Atom en «Campeones» . Esos eran de dibujos animados. Anoche, era la vida real. El fútbol de verdad. Y ahí, el rey es Cristiano Ronaldo.

La reacción en el Allianz Stadium fue inmediata. Manos a la cabeza, bocas abiertas y los 40.000 espectadores en pie aplaudiendo una obra de arte pocas veces pintada en la historia del fútbol. Cristiano, tan asombrado como todos, devolvió la ovación con un gesto de reverencia al público turinés.

Era el decimocuarto gol del portugués en esta Champions. Setenta minutos antes, había materializado el decimotercero. Una fotocopia de hace diez meses, cuando en Cardiff el Real Madrid hizo tres de sus cuatro goles con centros rasos desde la banda. Allí fueron Carvajal, Modric y Marcelo los asistentes. Anoche sería Isco, y el rematador el de siempre, Cristiano Ronaldo.

El futbolista luso ha marcado en todos los partidos de la competición y sigue engordando unos números continentales de leyenda: 119 tantos, 60 en fase de grupos y 59 en eliminatorias. Si solo se contaran sus dianas en los cruces, sería el tercer máximo realizador de la historia de la Champions, por detrás de Messi y Raúl. Épico.

Su doblete y su tanto de chilena, eclipsó el papel del resto de sus compañeros, algunos de ellos brillantes, como Isco. Excepto Cristiano y Sergio Ramos, estrella y capitán, ambos futbolistas intocables, Zidane ha gestionado a su Real Madrid con una concisa clara: todos los jugadores tendrán sus minutos y sus momentos de gloria. Así ha sido durante estos dos brillantes años y medio y así será hasta el último día que el técnico francés se ponga el traje y la corbata del Real Madrid: «Habrá jugadores que tengan más minutos, eso es inevitable, pero tengo 25 titulares. Espero que Isco no se sienta suplente, porque no es así. Es un futbolista muy importante».

El mensaje había que leerlo entre líneas. Fue precisamente el andaluz el que ocupara el puesto de cuarto centrocampista anoche en Turín . La sensación general es que no tiene minutos importantes, pero es todo lo contrario. Es el segundo jugador de la plantilla con más partidos jugados y excepto en el clásico de Liga del pasado mes de diciembre en el Bernabéu, ha participado en todos los encuentros de trazo grueso de esta temporada. Dejando de lado Cristiano, fuera de carta, fue el mejor de un Real Madrid que se marchó de Turín con pie y medio en las semifinales y un gol para la historia.