Bale quiere ser titular en el clásico

Masacrado por las lesiones (Kaká, que se retira, sabe lo que es eso) , el galés ha demostrado al presidente, al entrenador y al equipo una fuerza moral ejemplar. Molesto por sus roturas, dolido por no poder ayudar al plantel, «Gareth» se centró durante tres meses en volver al fútbol mejor que nunca. En Abu Dhabi fue decisivo con sus quilates de clase. Su reaparición estelar inyectó más ilusión al grupo. «Tiene el gen del Real Madrid, ha luchado con denuedo para salir adelante y ganar títulos, porque solo piensa en eso, los títulos, y sabe que está en el equipo ideal para conseguirlos», destacaba ayer un colaborador de Zidane. Eran palabras que ponían el broche a una situación difícil para el técnico: Bale le ha explicado que se encuentra en condiciones de ser titular en el clásico. El británico quiere jugar en el once inicial y recuperar la BBC en un partido que puede definir la Liga. El responsable de la plantilla vuelve a tener el problema que las lesiones le evitaron durante dos años. Isco siente de nuevo una presión que conoce bien.

El campeón de Liga se juega en noventa minutos sus aspiraciones a renovar el título y el responsable del Real Madrid debe decidir con esmero táctico quienes serán los protagonistas frente al Barcelona. La elección es complicada.

La lógica dicta que Isco debe mantener el puesto como cuarto centrocampista del esquema titular porque ha sido con él cuando el Madrid ha conquistado esta serie de títulos.

El 4-4-2 que el malacitano define es la mejor estrategia para Zidane. Es un esquema más equilibrado. El jugador se ha ganado el respeto del francés. Pero el entrenador admite que Bale aporta una calidad que nadie posee en su plantilla .

El extremo que lleva el dorsal de Gento sentenció el encuentro frente el Al Jazira y realizó jugadas que marcaron la diferencia. Impone velocidad al contragolpe, tiene remate y centra con la precisión que Cristiano echaba de menos. Esas virtudes, distintas, pueden ser letales ante el Barcelona.

Si Zidane opta por recuperar la BBC, la proyección ofensiva del 4-3-3, con el aumento de la rapidez del juego que Bale incorpora, tendrá en contrapartida la debilidad de la línea media y del sistema defensivo en su conjunto, pues los tres atacantes son los futbolistas que menos presionan del plantel. El galés hace más labor destructiva que nunca, pero no llega al nivel de Isco, que corre por todo el centro del campo. La decisión del preparador es peliaguda.

Hay una tercera opción que Zidane no aplicó hasta ahora: mantener el 4-4-2 con Bale como segundo punta, en detrimento de Benzema. El técnico nunca sentó a su compatriota inicialmente ante un encuentro importante. Su fe en «Karim» es ciega, absoluta . Trabaja para Cristiano, no para él mismo, y eso el espectador no lo valora. El aficionado solo valora que el Real Madrid debe ganar al Barcelona como sea y Bale jugará, antes o después, porque marca un ritmo de crucero que nadie tiene en el equipo . Y mientras, Villar jugando con la eliminación de España y de los clubes español del fútbol europeo y mundial .