Villar, la huida hacia adelante

Villar expuso que varios fiscales fueron manejados por el Gobierno para construir la operación Soulé en su contra: «Yo fui a la cárcel por un complot de fiscales, que fueron utilizados. Hay unas personas que quieren mi cabeza cortada, son unos linchadores».

El expresidente del fútbol español acusa a tres personas de ser los instigadores de la operación Soulé: «Miguel Cardenal (exsecretario de Estado para el Deporte), Javier Tebas, y al antiguo secretario general de la Federación, Jorge Pérez. «Nosotros somos inocentes; no hemos hecho nada», aseguró.

Villar advirtió que es la interferencia del Gobierno en la Federación Española la única razón de la amenaza de la FIFA de quedarnos fuera del Mundial. «Ningún Gobierno puede interferir en el trabajo de una Federación deportiva. Yo fui elegido legalmente y ahora no pueden suspenderse esas elecciones». Se le cuestionó varias veces que si dimitiera se acabaría esa amenaza de la FIFA, porque se convocarían elecciones. Se negó a dimitir: «No tengo por qué dimitir, me han echado ilegalmente, y el hecho de dimitir no evita la intervención del Gobierno en la Federación, que es el argumento de la FIFA. El Mundial corre serio peligro».

El expresidente de la Federación tuvo el mal gusto de mofarse del presidente del Gobierno español: «Ha dicho que España estará en el Mundial y que vamos a ganarlo. No pasa nada con la FIFA, según él. Si vuelvo a la presidencia lo primero que haré será fichar a Rajoy como ayudante de Lopetegui y además ganará más dinero que como presidente del Gobierno». Fue una respuesta maleducada y salida de tono porque Villar sabe bien que la declaración de Rajoy solo tenía el objetivo de tranquilizar a la nación y a la afición española.

Profundizó en su ataque al Gobierno al señalar a José Ramón Lete, presidente del Consejo Superior de Deporte, como el arma letal contra su presidencia: «Lete debería considerar la situación en la que ha colocado al fútbol español, así no se puede seguir. Es una situación muy grave». Villar denunció la pretensión de Lete: «Quiere que se anulen las elecciones a la Asamblea General al solicitar la revisión de la decisión del Tribunal Administrativo del Deporte y lo hace sin que la ley se lo permita usando el contenido de las escuchas olvidando que se trata de material probatorio. No ha solicitado autorización al juez para usarlas ni ha solicitado informe a la abogacía del Estado. Confío en que el Consejo de Estado informe negativamente y no lo permita».

Criticó a Luis Rubiales, que hoy es entrevistado en ABC, por su ambición desmedida por ocupar su cargo: «Rubiales me dio el apoyo de los votos de los jugadores hace unos meses, buscó votos para mí, me premió dos veces cuando él era presidente de AFE porque yo fui uno de los primeros futbolistas que trabajó por los derechos de los jugadores. Ahora, en cuanto se abrió el caso Soulé, movió hilos para ser presidente de la FEF».

El exdirigente del fútbol español analizó la rudeza de sus doce días en la cárcel: «No se lo deseo a nadie. Defecar ante tu compañero de celda no es nada agradable. Se pasa un calor espantoso en verano y ahora sufren mucho frío. Esos que dicen que las cárceles españolas son las mejores del mundo deberían vivir en ellas».

El exdirigente del fútbol español negó que él sea el culpable directo de la amenaza de la FIFA a la selección española. «Desmiento cualquier intervención ante la FIFA. La situación es grave para el fútbol español. Lo único que hace la FIFA es cumplir sus estatutos. El único responsable de que España se pueda quedar fuera del Mundial es el CSD».

Villar demostró una falta de autocrítica descarada, una postura que descubría su pérdida de la noción objetiva de su cargo. «Mi gestión ha sido maravillosa. Claro que he cometido fallos, muchos, pero en mi etapa se ha ganado todo lo que el fútbol español soñó. ¿Culpable yo? Somos inocentes. Todo estaba preparado».