El primer oro en la piscina

En Budapest, la capital del Danubio, los españoles nadaron como peces en el agua. Había ciertas dudas sobre los pescados españoles, pero ayer demostraron que no tienen por qué ser menos que las sirenas de la sincronizada.

Rafa Muñoz fue el gran protagonista. El torpedo nacional, en una prueba con tan poco margen de error como los 50 mariposa, dio un recital. Ganó con una marca de 23.17, por delante del francés Frederick Bousquet (23.41) y el ruso Evgeny Korotyshkin (23.43). Antes de la salida, se santiguó. Cuando sonó el pistoletazo de salida, saltó como un resorte. Al final, tocó el muro situado a medio centenar de metros y gritó de rabia al saberse campeón.

Lo había pasado mal el nadador cordobés. Su juicio ante el Panel Antidopaje de la FINA le tuvo en ascuas hasta la semana pasada. No sabía si iba a obtener el perdón por sus faltas de no dar cuenta de su paradero de cara a posibles controles antidopaje, pero, aun a pesar de ello, se entrenó a sabiendas de que lo tenía todo para ganar. No estaba Milorad Cavic, que le había derrotado hace dos años en Eindhoven, donde él fue bronce, y que en Roma 2009 puso en jaque al mismísimo Michael Phelps.

Otro que tampoco estaba era el bañador mágico Jaked: al español se le acusaba de apoyar todo su éxito en el traje de marras. Con él, había logrado el récord mundial (22.43), pero ayer demostró que el que nada es el hombre. Prueben a lanzar un poco de poliuretano al agua y verán cuán buena es su flotabilidad, pero cuán mala su inercia. A torso descubierto, ayer hizo 23.17, pero el día antes había establecido la mejor marca del año en 23.15. El viernes y el sábado intentará repetir el triunfo en los 100 mariposa.

Da Rocha, dulce bronce

A Duane da Rocha también se la esperaba como agua de mayo —de agosto, en este caso—. El lunes había conseguido, de forma inesperada, la mejor marca de los 200 metros espalda en las semifinales. Ganar el oro era difícil. La británica Elizabeth Simmonds hizo un tiempo de 2:07.04, por el 2:10.46 de la española, pero eso le valió para abrazar el bronce, tras una carrera consistente —era cuarta al paso por los 100 metros— y rematada con una buena parte final.

Los demás, anodinos

El resto de la jornada fue más anodina para los intereses españoles. Aschwin Wildeboer compitió en la final de los 100 espalda, pero, igual que en las semifinales, no le funcionaron las hélices. Sólo pudo ser séptimo (54.38), a un mundo de Lacourt, nuevo récord europeo (52.11). Sin tiempo para descansar, el catalán empezará hoy con las pruebas de 50 espalda.

Jennifer Benítez también disputó la final de trampolín de un metro, pero sólo pudo ser duodécima (226,75 puntos). Otros quedaron eliminados antes de tiempo, como Marco Rivera (1.500 libres), Marina García (100 braza), Alan Cabello y Carlos Vives (ambos en 200 estilos).

Hoy empezarán a competir otras dos esperanzas de medalla como Erika Villaécija, en los 800 libre, y Javier Illana, en la prueba de trampolín de un metro, aunque donde se le espera con ansia es en la de tres metros. Mireia Belmonte, eliminada el lunes en los 400 estilos, tendrá una nueva oportunidad, esta vez en los 200 estilos, su segunda prueba, pues también hará los 200 mariposa el sábado.