Cómo se prepara Ilia Topuria para el pesaje: así pierde entre 6 y 7 kilos de golpe

Para la que va a ser, de momento, la pelea de su vida, el hispanogeorgiano lleva semanas mirando la báscula. El peso pluma, su categoría, tiene un límite de peso máximo de 145 libras (65,8 kg), algo que para una persona de su altura, 1,70 metros, y una musculatura necesaria para ser un combatiente óptimo, no es sencillo. Por eso, antes del combate tiene que ajustar al máximo, hasta el punto de que no es suficiente con una estricta dieta.

Y es que, además de minimizar al máximo el consumo de carbohidratos y contar con un nutricionista que le ayude, aún tiene que secarse más aún. Literalmente: tiene que deshidratarse.

«Es como secar una uva, pesarla, y volver a hidratarla». Así lo resume, en palabras simples, David Rojas, nutricionista y asesor deportivo de los peleadores españoles Joel Álvarez (peso ligero) y Dani Barez (peso mosca).

«La primera fase de deshidratación es la reducción calórica. El atleta parte de un peso y tiene unas semanas para el evento. Con una condición física y un porcentaje de grasa concreto, el deportista reduce su aportación calórica como haría cualquier persona que quiere bajar de peso: comer un poco menos por día y el organismo va quemando grasa. Eso no es suficiente, porque mucha parte del peso está en el glucógeno, que es el hidrato de carbono que consumimos y que se almacena en el hígado y los músculos. Ese glucógeno arrastra su propio peso 3 veces en agua y sales minerales como sodio. Nuestros músculos son como garrafas de agua», explica el preparador.

Ese glucógeno es el que Topuria debe reducir al máximo. En total, se estima que entre la reducción calórica y un proceso de deshidratación rápido y extremo, el peleador puede perder entre 6 y 7 kilos de golpe.

Normalmente, los peleadores llegan a la semana del evento con unos 4 o 5 kilos por encima de su peso máximo requerido.

Perder el agua del cuerpo, además de por la orina, se puede hacer únicamente sudando. Y eso es lo que realizan los luchadores como Topuria en el día previo al pesaje.

«El proceso de deshidratación comienza quitando los hidratos de carbono para que el cuerpo deje de almacenar ese glucógeno y empiece a quemar el que tiene dentro. Una vez quitado este, aún queda mucha agua en el cuerpo y ese se tiene que retirar por un proceso de sudoración», explica Rojas.

Para hacerlo de manera efectiva, hay varios métodos, todos ellos con una ventana de tiempo de apenas unas horas:

Estas operaciones, especialmente las de la sauna y la de la bañera, se deben repetir hasta que se cubra el peso necesario a reducir pero solo durante unas horas: el riesgo de un posible paro cardíaco por deshidratación extrema es alto.

«No se puede estar deshidratado muchas horas. Sabiendo que no es algo positivo, ni bueno, ni saludable, los expertos en recorte de peso minimizamos el tiempo que el deportista está deshidratado», explica David Rojas.

Una vez realizado el pesaje, llega el proceso contrario: el de la rehidratación. En este caso, el cuerpo ayuda: es mucho más fácil recuperar el agua perdida.