El derbi de las diferencias

La cuestión de las bajas y del coronavirus centró una previa atípica incluyendo la consideración del día festivo y de la ausencia de ambiente para el duelo, como ya sucedió en aquel derbi de junio que se llevó el Sevilla en Nervión. Las diferencias marcan el primer vistazo por el potencial del que presumen ambos y por dónde ha tenido cada cual la cabeza en las horas previas a un choque así. Un equipo que encaja mucho contra otro que apenas lo hace. Una distancia económica que se ha incrementado. Unas aspiraciones distintas. Un camino nada parejo. Porque aunque Bravo y Canales vuelvan como referentes la debilidad bética necesita un trabajo que no se realiza en dos días. Una maduración que no ha alcanzado Pellegrini. Y todo se prueba frente a una máquina perfectamente sincronizada como es el Sevilla de Lopetegui, que únicamente tiene el pero de su falta de colmillo cuando la presa está herida, algo que en los derbis puede llegar a ser imperdonable.

Las cábalas que ofrece la composición de la alineación del Betis por lo ajustado del personal que tiene a su disposición Pellegrini, destacando la ausencia de un Joaquín que fue reservado para portar el brazalete en una fecha tan señalada y en la que tanto suele aportar, no se repiten en un Sevilla en el que la pieza ausente, Fernando, tiene a su alter ego en perfecto estado de revista, ya que Gudelj aparecerá en la misma zona y con encargo similar. Loren puede ser la gran novedad por decisión técnica en el once verdiblanco.

Pero los derbis sólo se ganan cuando la pelota comienza a rodar y ahí se destaparán todos los secretos y estrategias. Pellegrini quería un equipo más compacto para evitar las transiciones sevillistas y ya avisaba de que tenía bien estudiadas las debilidades de un rival que en la apertura del campo, velocidad e intensidad física puede ajusticiar a unos heliopolitanos que han dado muestras de evidente flaqueza ante rivales de la zona alta y encajado demasiados goles en una temporada en la que ha mostrado sobre todo desequilibrio. Lopetegui no quiere sorpresas aunque le incomoda el papel de favorito, algo que más que ser un elogio es una trampa para quien lo recibe, por la obligación que supone conseguir el resultado que nunca es fácil en esta categoría, como ya se está demostrando.

El encargado de impartir justicia es Carlos del Cerro Grande , conocido ya en estas citas en el Villamarín, donde ya ha pitado en tres ocasiones con el balance de dos triunfo sevillistas y un empate que supo a victoria a los béticos por ir 0-3 y acabar con 3-3. En el VAR, que suele guardarse su cuota de protagonismo, estará Hernández Hernández.