Un Marc Márquez imperial logra en San Marino su segunda victoria consecutiva

La tónica fue la esperada en las primeras vueltas. A pesar del triunfo de Jorge Martín en la carrera al esprint, quien tenía más ritmo era Pecco Bagnaia, que mejoró la salida con respecto al sábado y tomó las riendas en Misano, el circuito que tiene como su jardín de casa, y se impuso con superioridad con distancias de hasta tres segundos con respecto a Franco Morbidelli.

Pero todo saltó por los aires a la sexta vuelta. Apareció la lluvia, trastocó las estrategias, se sacaron las motos con neumáticos de agua, comenzaron los paseos por los garajes para apostar por la seguridad en un trazado mojado, y los tiempos se desdibujaron. Bagnaia perdió la distancia y la firmeza, por detrás aprovecharon los más osados y se despistaron los más precavidos. Las ventajas quedaron reducidas a centímetros en un pelotón de ocho pilotos, ausente Pedro Acosta porque acosó a Bastianini con tanta presión que, una vez cogida la posición de podio, acabó por los suelos de la adrenalina; desaparecido Jorge Martín por un error en el cálculo del cambio de moto, que lo obligó a perder una vuelta entera, y toda la distancia que tenía con el carrerón del sábado.

Y en el lío, el más listo, el que ha recuperado la confianza en sí mismo y contempla que también se ha trasladado a la moto. Un Marc Márquez que se aprovechó de los nervios de Bagnaia para meterse por dentro y coger la cabeza en la vuelta 18. Acabada la sequía de triunfos en Aragón, después de 1.043 días sin ganar, el ilerdense ha recuperado la sonrisa y ya es el protagonista de las grandes remontadas de siempre. Si el sábado logró quedar quinto tras salir noveno en parrilla, todavía se ha exhibido más en este domingo de nubes y locura.

Victoria incontestable en cuanto puso la directa, porque le costó deshacerse de Bagnaia, pero a falta de catorce vueltas cogió medio segundo de distancia. Detrás del duelo italo-español, más de un segundo de colchón sobre Bastianini y Miller, que pelearon por la tercera plaza del podio.

A mitad de carrera, con más seguridad que arrojo, más acoplado a esta moto tranquila que ha conseguido domar a su gusto, aumentó la distancia, la velocidad, el ritmo, la diferencia con respecto a Bagnaia, que claudicó asumiendo la mayor: este Márquez se parece cada vez más al que arrasó en su irrupción al Mundial. Después de no celebrar un triunfo en más de mil días, Márquez consigue dos en apenas seis.

Jorge Martín, decimoquinto, perdió la ventaja ganada el sábado por ese error en el cambio de motos, pero se mantiene líder del campeonato, con 311 puntos. Recorta muchísimo Bagnaia con esta segunda plaza, a dos puntos (309). Da un salto de confianza y calidad Márquez, tercero con 250 puntos, con siete grandes premios por disputarse.

«No puedo pedir más porque cuando Marc está en forma es muy difícil seguirle el ritmo», aceptaba Bagnaia. «Lo más importante era la velocidad después de la lluvia. Me ha dado la posibilidad de liderar y cuando he cogido la cabeza he intentado encontrar el ritmo que tenía en los entrenamientos. Cuando crucé la meta me sentía supercontento. Desde el cielo, un tal Gresini ha dicho 'un par de gotitas', y hemos aprovechado», se expresó Márquez.