Terol, el trabajo como éxito

Es un producto genuino de la Cuna de Campeones , la escuela de formación de pilotos que la Comunidad Valenciana, el circuito Ricardo Tormo y Jorge Martínez Aspar lideraron desde que se construyó el trazado de Cheste. Nicolás Terol encontró en este coliseo del motor el lugar de su futuro. Le encantaban las motos. Disfrutaba con las victorias de Crivillé . Y se presentó al “examen final” de la Cuna de Campeones. Aspar lo seleccionó. Trabajó con el director alcireño durante varios años. Ascendió al Campeonato de España y al Mundial de 125. Tardaba en cuajar. Jorge Martínez Salvadores le concedió buen material de Aprilia y Nico no lo aprovechaba. Sencillamente, todavía no estaba formado para triunfar. Su progresión fue lenta. Era un trabajador de la moto. Necesitaba kilómetros, experiencia . Y el director tuvo que buscarse otros pilotos que pujaran por el título.

A Terol le vino bien. Fichó por escuderías menos potentes y supo lo que era sudar para conseguir algún resultado. Se curtió. Sufrió. Lo pasó mal. Y sintió su propia evolución . Jack and Jones le fichó. Realizó dos temporadas excelentes. Aspiró a la corona. Jorge lo recuperó. Nicolás estaba hecho. En su punto. El año pasado se tuvo que conformar con el subcampeonato por culpa de una grave lesión de vértebras y por la explosión de Márquez. Esas dolencias le hicieron aún más fuerte. Ahora ha conquistado ese laurel que ha perseguido durante ocho años . Es el premio a un trabajo constante. Al alcoyano nadie le podrá decir que no se entrenó demasiado, que no probó cosas, que no se preparó mental y físicamente para ganar. Vive solo para ello. Zarco se cayó ante un rival “stajanovista”.