Alex Pereira, de alcohólico con 16 años a ser la estrella más grande de la UFC

Cómo era de esperar, los comienzos de Poatan (apodo de Pereira) no han sido nada fáciles. Este creció en una Favela de Sao Paulo (Brasil), donde a los 12 años decidió dejar los estudios y trabajar en un taller de neumáticos. Allí, las compañías no eran las mejores, por lo que empezó a beber con tan solo 13 años, generando una adicción. Con 16 ya bebía un litro diario de cachaça (ron brasileño). «Yo era un alcohólico, un alcohólico en toda regla», reveló el brasileño en una entrevista con Fabrício Werdum. Sin embargo, encontró redención en el kickboxing, donde se refugió y logró superar su alcoholismo. Aun con todo, esta no fue una batalla fácil. Incluso habiendo logrado ser campeón de Brasil, este seguía bebiendo.

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Jose Soriano

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Poco a poco logró salir totalmente, llegando a la mayor promotora del deporte, Glory. Aquí cosechó grandes triunfos, siendo campeón mundial en 2017. Pero lo que a futuro resultó más importante fue la rivalidad que comenzó con Israel Adesanya, al que ganó dos veces en kickboxing. Motivado por los triunfos del nigeriano en las MMA, este decidió comenzar a probar suerte en tal disciplina. Pese a ser sometido en su primer pleito, este acumuló tres victorias consecutivas, lo que sumado a su halo de haber derrotado a Adesanya hizo que la UFC lo fichara.

Otros tres triunfos, con dos nocauts, le bastaron a Poatan para recibir la chance por el trono del peso medio (185 libras). Pereira venía en un época en la que el nigeriano parecía invencible. Había ganado a todos los contendientes, pero el brasileño era su talón de Aquiles. Así, llegados al combate Alex Pereira noqueó en el último asalto a Adesanya, poniendo su marcador personal en 3-0 y habiendo ganado el cinturón con tan solo cuatro duelos en la UFC. Pereira había llegado para quedarse y su camino como estrella comenzaba a escribirse. Lastimosamente, en la revancha, el brasileño caería derrotado, lo que le hizo cambiarse de categoría.

En un peso más natural para él, Alex Pereira forjó, a base de nocauts, su nombre en la historia de la disciplina. Primero se llevó una ajustada decisión contra el excampeón Jan Błachowicz, hazaña que le daría el pase de enfrentar a Jiri Prochazka por el cinturón. El checo sería otra víctima del gancho de izquierda de Poatan, siendo finalizado en el segundo asalto. Así, Pereira se convirtió en el doble campeón que menos combates ha necesitado para hacerlo en la UFC (7). Pero esto no fue anda para lo que conseguiría en el 2024, periodo en el que fue nombrado peleador del año.

Comenzó la temporada noqueando a Jamahal Hill en el UFC 300 en abril. En apenas dos meses, en junio, haría lo propio con Jiri Prochazka. No contento con eso, en octubre acabó su año por todo lo alto con otra finalización sobre Khalil Rountree Jr. Este sábado, en el T-Mobile Arena de Las Vegas, Alex Pereira tratará de romper otro récord: Conseguir cuatro defensas del cinturón en menos de un año. Jon Jones ostenta dicho logro, al hacerlo en 364 días. De ganar ante Ankalaev, el brasileño lo habría conseguido en 329. No cabe duda de que el ruso va a ser el oponente más duro que va a enfrentar Poatan, aunque el poder que alberga su mano izquierda es capaz de convertirlo en ganador ante cualquiera.