La macabra lista de muertes de las artes marciales mixtas

Las MMA (del inglés 'mixed martial arts', artes marciales mixtas) es el deporte de contacto o combate, según se considere, que más rápido crecimiento ha experimentado en la última década.

Según Statista, empresa de estadísticas de mercado, la UFC (Ultimate Fighting Championship) pasó de una valoración de 2.000 millones en 2017 a los 4.500 de hoy. Por cada evento que se registra, se estima que la UFC recibe 15 millones. Los entrenamientos de artes marciales han ganado terreno claramente en el 'fitness' de los ciudadanos que buscan sentirse en forma física y mental.

Luchadores fallecidos

Victoria Lee

Murió el pasado 26 de diciembre, tenía 18 años y era una promesa de las artes marciales mixtas. Apodada 'El prodigio' por sus virtudes para el combate, la familia no dio a conocer la causa del fallecimiento.

Luis Ángel Salazar

Conocido en las MMA como 'El príncipe aéreo', perdió la vida en 2020 durante un combate al sufrir un infarto después de recibir numerosos golpes. Era mexicano y tenía 26 años.

Justin Thornton

Falleció en octubre de 2021 después de un mes ingresado al no superar las lesiones tras un KO brutal en una pelea. Practicaba boxeo sin guantes, modalidad que mezcla MMA con boxeo.

Mateus Fernandes

El luchador brasileño perdió la vida horas después de un combate aficionado que tuvo lugar en 2019 en Manaos. Fernandes recibió una cadena de fuertes golpes de su contrincante.

Joao Carvalho

El portugués de peso welter, 28 años, dijo sentirse mal después de una pelea un sábado de abril de 2016 en Dublín. El árbitro había parado el combate y el luchador murió al lunes siguiente.

Booto Guylian

Era luchador profesional y murió en Sudáfrica en 2014 a los 29 años. Sufrió una lesión grave en la cabeza, de la que no se pudo recuperar. Perdió sus dos peleas profesionales por KO técnico.

Stephan Bonnar

Fue uno de los luchadores emblemáticos, ensalzado después de su combate contra Forrest Griffin en 2005. Falleció en diciembre de 2022 a los 45 años al no superar un fallo cardíaco.

Pedro Aguayo

Hijo del luchador mexicano 'Perro' Aguayo, falleció en 2015 en el octágono a los 35 años en una pelea en Tijuana por un fuerte golpe en el cuello. Se le intentó reanimar y no llegó vivo al hospital.

Y, sobre todo, la estrella de las MMA, el irlandés Conor McGregor, ha sido el deportista mejor pagado durante los últimos años según la revista Forbes, señal de la afluencia del dinero. Cobra 180 millones de salario, por encima de Messi, Mbappé, Lebron James o Lewis Hamilton. Gana seis millones por minuto de acción en el escenario.

Numerosas publicaciones atribuyen el origen de las artes marciales mixtas a dos palabras pavorosas que retratan una modalidad de lucha originaria de Brasil en los años 1920: 'Vale Tudo' (Vale todo). Los luchadores podían aplicar cualquier técnica de ataque o defensa procedente de las artes marciales o los deportes de contacto, y también pelear en el suelo. Las únicas restricciones parecían extraídas de una película gore, la explotación de lo visceral o la violencia gráfica extrema: no meter los dedos en los ojos o la boca y no morder al adversario.

Se puede considerar que el 'Vale Tudo' ha evolucionado hacia un deporte que satisface a sus practicantes y seguidores pero trata de prevenir lesiones graves, permanentes o muertes. En la actual normativa de las MMA está prohibido entre otras cosas golpear la espina dorsal o la parte posterior de la cabeza, golpear con la cabeza de forma intencionada, dar patadas en la cabeza de un oponente que está tirado, aplicar rodillazos en la cabeza en el suelo, pisar la cara en el piso, meter el dedo en los ojos, poner un dedo en cualquier orificio del contrincante, morder, golpear en los genitales, sujetar la tráquea o la clavícula y lastimar las articulaciones más pequeñas.

Las reglas no eluden el drama. La muerte de Victoria Lee, tan joven, la complicación cardíaca de una leyenda retirada como Stephan Bonnard o la desaparición de David Koening con resultado de muerte durante este invierno han puesto el foco en uno de los deportes de moda, que atrae a las televisiones, a los medios de comunicación, a los aficionados y al dinero.

Un deporte que pone en alerta a la comunidad médica por las consecuencias que puede tener para la salud de sus practicantes. «La encefalopatía traumática crónica (ETC), aunque desconocida por la mayoría de los trabajadores en el sector del deporte, se ha convertido en una de las patologías más estudiadas en los últimos años debido al incremento de casos registrados y a su potencial riesgo para los atletas. Dicha patología, caracterizada por iniciar un proceso neurodegenerativo difícil de identificar con las pruebas de imagen convencionales y conocida por su complicado diagnóstico por su similitud con otras enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, ha sido ligada a los deportes de las fuerzas de contacto», escribe la psicóloga Marta Oliver en un estudio que realizó sobre la encefalopatía traumática crónica asociada a los deportes de contacto.

«El corazón puede pararse con los golpes. He revisado algunos casos y por las noticias publicadas sobre las muertes de los luchadores se entiende que hay traumatismos torácicos. Golpes bruscos que pueden provocar una alteración de las funciones del corazón. Es parecido a una reanimación cardiaca, se realiza una compresión para estimular al corazón», explica a ABC Ana de la Torre, especialista en medicina deportiva de la Clínica Cemtro.

Stephan Bonnard falleció el pasado 22 de diciembre al no haber podido superar una dificultad en la respuesta del corazón. Tenía 45 años y fue uno de los impulsores del auge de la UFC. Según los entendidos, su pelea con Forrest Griffin cambió la historia de este deporte y lo ayudó a convertirse en lo que ahora es.

No todos los episodios de las muertes se producen a consecuencia de los traumatismos. También existen los infartos. «Para estos casos sería imprescindible un reconocimiento previo del deportista que evite una muerte súbita. Aquí debería haber un control de las reglas -comenta la doctora De la Torre-. Para evitar que se golpeen determinadas zonas del cuerpo».

Otro suceso macabro ocurrió el 2 de enero. La policía de Missouri encontró el cuerpo sin vida de David Koening, un luchador norteamericano que llevaba dos años desaparecido, justo desde antes de la pandemia del Covid, cuando fue visto en un hotel de su localidad, Branson. Según declaró su madre a la policía, el deportista tenía problemas de adicción desde hacía tiempo.

El riesgo para los deportistas es perenne. Nunca desaparece el peligro de las secuelas producidas por los golpes repetidos en los combates. Lo analiza la neuróloga María José Mas. «Los traumatismos craneales pueden provocar una conmoción cerebral y producir cambios en las sustancias blanca y gris y alterar el normal flujo sanguíneo, la oxigenación y el consumo de glucosa cerebral. Y generar un deterioro en las funciones cerebrales a corto y medio plazo».

Según datos de la 'Guía del daño cerebral' del Centro Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC), en España el cinco por ciento de los traumatismos craneoencefálicos se deben a accidentes deportivos y de alto riesgo, en su mayoría entre personas jóvenes. No especifica si en este segmento se ha producido un incremento debido al crecimiento de los deportes de combate. El mismo informe describe que en Estados Unidos se registran cada año alrededor de 300.000 lesiones cerebrales traumáticas relacionadas con los deportes.

Precursora de este drama fue la película 'La verdad oculta', la historia protagonizada por Will Smith sobre el doctor Bennet Omalu, un científico que estudió los cerebros de los mejores jugadores de fútbol americano. El resultado de sus investigaciones descubrió que sufrían un mal común: la encefalopatía traumática crónica, la enfermedad causada por los golpes en la cabeza.

«En estos deportes de riesgo habría que realizar reconocimientos previos con mayor profundidad -sugiere la doctora Ana de la Torre, que trabaja habitualmente en el mundo del fútbol-. Si en un electro se ve una alteración, se puede efectuar más tarde una resonancia cardiológica o un ecocardiograma. Si algún atleta de las MMA sufre un traumatismo craneoencefálico, hay que realizar un seguimiento médico, que no haya pérdida de conocimiento, ni amnesia transitoria. Y si se aprecian síntomas de alarma, un TAC craneal».

Desde 2014, las MMA registran una secuencia de muertes derivadas de las peleas que lo transforman en un espectáculo de consecuencias fúnebres. «Una vertiente son los traumatismos repetidos -profundiza la especialista en medicina deportiva-. Ahí sí se ha estudiado que dañan el cerebro. A nivel profesional está reconocida la enfermedad de la alteración cerebral por traumatismo repetido. A veces afectan más las repeticiones que un trauma único. En estos deportes hay que estar más vigilantes porque tienen miles de traumatismos a lo largo de su vida».

«Cada deporte posee su singularidad. Los futbolistas sufren con el tiempo artrosis y desgaste de articulaciones tanto en rodillas como en tobillos por los impactos recibidos. Los deportes de contacto padecen impactos en la cabeza, que son mucho más importantes para la vida», concluye De la Torre.