Los juegos de París 2024 se simulan en Madrid
ABC accede al laboratorio tecnológico del gigante digital Atos en el 'Silicon Valley' de la capital, donde se validan 150 aplicaciones críticas para el desarrollo de la cita olímpica en más de 250.000 horas de pruebas
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Madrid
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Iniciar sesiónBuena parte del éxito que puedan tener o no los Juegos Olímpicos de París 2024, al menos a nivel tecnológico, se decide estos días en Madrid. Allí se encuentra el Integration Testing Lab, el laboratorio donde el gigante digital Atos prueba más de ... 150 aplicaciones críticas imprescindibles para que en la cita olímpica todo fluya sin problemas. Desde el sistema de acreditaciones, pasando por el portal de voluntarios, la gestión de resultados o las operaciones de ciberseguridad, todo es testeado en una nave de 1.000 metros cuadrados ubicada en el barrio de Simancas, en el denominado 'Silicon Valley' madrileño.
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Atos lleva trabajando con el Comité Olímpico Internacional desde los Juegos de Barcelona 1992, y más de treinta años después se ha convertido en su principal proveedor tecnológico. «Hemos vivido con ellos la transformación digital, cuando no había internet y los resultados se repartían en papel», explica Angels Martín, mánager general de Atos para los eventos olímpicos, quien compara la gestión tecnológica de unos Juegos con la de montar una gran empresa de manera reiterativa. «Tenemos seis años para planificarla y hacerla crecer hasta tener 200.000 empleados; luego la lanzamos al mercado durante quince días y después la cerramos para siempre. Eso sí, durante ese tiempo tenemos 4.500 millones de clientes».
Tres Juegos a la vez
Los retos son inmensos, pero la experiencia es un grado. Eso es lo que llevó a los responsables de Atos a proponer al COI centralizar este tipo de operaciones de planificación y pruebas en un lugar específico y no tener que empezar de cero en cada una de las sedes. El laboratorio de Madrid comenzó a funcionar después de los Juegos de Río. «El hecho de haber podido centralizar todo permitió dar servicio a tres Juegos Olímpicos a la vez. Mientras se preparaba Tokio se pudo hacer el 'testing' de Pekín y empezar el diseño de París con las aplicaciones de acreditaciones y voluntarios», cuenta a ABC Nacho Moros, director de operaciones de Grandes Eventos. Curiosamente, la sede central de Atos se encuentra en Bezons, a orillas del río Sena y a escasos diez kilómetros de la futura Villa Olímpica de París. «Pero es aquí, en Madrid, donde se han puesto todos los medios tecnológicos, físicos y humanos para poder emular el entorno real de París 2024. Es el único sitio en el que se puede replicar cómo van a ser los Juegos», continúa Moros.
Cada aplicación que se prueba tiene unas características especiales. El portal de voluntarios es, a priori, el más sencillo de gestionar, aunque para París se ha desarrollado con inteligencia artificial para que cada candidato sea ubicado en el lugar más adecuado en función de su perfil. Llegaron 200.000 solicitudes de todos los rincones del planeta, de las cuales han sido admitidas 50.000.
Más complejo es el sistema de acreditaciones. Se expiden más de 500.000 y cada una de ellas debe pasar el filtro del Gobierno de Francia porque, entre otras cosas, servirá como visado de entrada al país durante el tiempo que duren los Juegos. Deportistas, entrenadores, jueces... Pero también camareros, operadores de cámara, conductores... Todas las personas que trabajan o están vinculadas de algún modo con los Juegos necesitan de una acreditación, y cada una de ellas cuenta con unos determinados privilegios para que nadie pueda acceder más allá de donde le corresponde.
500.000 ACREDITACIONES
La solicitud de toda persona relacionada con los juegos es validada en Madrid
Con todo, la joya de la corona en el laboratorio madrileño es el Sistema de Difusión Olímpica (ODS), desde donde se transmiten en tiempo real a través de múltiples canales los resultados de todos los eventos deportivos que componen el programa de los Juegos. «En el laboratorio hacemos tres cosas: probar, probar y probar», resume Moros al analizar el día a día del centro de operaciones de Madrid, en donde sus noventa trabajadores se distribuyen operativamente en celdas donde se replican cada uno de los deportes. «En cada uno de los habitáculos están todos los dispositivos que permiten emular el desarrollo de un deporte durante unos Juegos Olímpicos. Hay dispositivos que emulan la generación de datos; otros, la representación de esos datos; y los últimos, la forma en la que se distribuyen».
Por el laboratorio de Madrid pasan representantes de todas y cada una de las federaciones internacionales con representación olímpica, que son quienes validan que los sistemas que se van a usar cumplen con las reglas que se van a aplicar en los Juegos. Se hace especial hincapié con los nuevos deportes, como el 'breakdance', o las disciplinas modificadas, como la marcha en el atletismo o las modalidades de la vela. «No solo con las reglas estándar –dice Moros–, la clave es que se pruebe cada caso que puede suceder. Desde qué ocurre cuando hay una descalificación a cómo actuar si hay tres voluntarios que no se presentan en su sede a la hora indicada». También las televisiones o el resto de operadores tecnológicos tienen sus requerimientos para la representación y distribución de esos datos. «No podemos servir los resultados con una demora mayor al medio segundo».
Datos reales
Para las réplicas se utilizan grandes volúmenes de datos reales mejorados. «Usamos resultados históricos, y dependiendo del deporte tenemos la capacidad de generar nueva información. Suelen ser datos automatizados, salvo que tengamos que crear un escenario muy concreto y complejo, en donde los forzamos». Las pruebas se van haciendo deporte a deporte, hasta que en determinadas fechas se emulan todos a la vez. «Cogemos una semana de los Juegos y replicamos todas las competiciones. Así comprobamos cada sede, la carga de los sistemas y la consistencia de los datos. Sin esta instalación sería imposible probar todos los deportes a la vez«. Cuando llegue la ceremonia de inauguración habrán sido más de 250.000 horas de pruebas de toda índole.
En los test se hacen también simulacros de ataques informáticos, en lo que es la última pata del laboratorio, la referida a la ciberseguridad. Atos es la responsable de monitorear cada incidente que se produce en los Juegos. Y no es poca cosa. En Tokio 2020 se detectaron 4.400 millones, más de 800 por segundo. «No todos son ataques», especifica Angels Martín. «Un incidente es que algo raro ha pasado. Puede ser, simplemente, que alguien ha intentado entrar en la red con una contraseña incorrecta. Pero hay que filtrar cada uno de ellos».
«No ha habido nunca un impacto en cuestión de seguridad –concluye Martín–, pero cada vez hay más ataques y más sofisticados. Y el escenario geopolítico es más complejo«.
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