‘42 segundos’, la hazaña de película de la selección española de waterpolo en Barcelona 92

El filme arranca con una selección española de waterpolo poco preparada y necesitada de un golpe de efecto para participar en los Juegos, que serán en casa. Los jugadores, que tienen todos los números para perder, deben mejorar con un nuevo entrenador que tiene fama de duro y cuenta con unas cuestionadas técnicas de trabajo. «Es un drama deportivo con una historia que parece escrita», indica Álvaro Cervantes , que interpreta a Manel Estiarte , capitán de la selección española de waterpolo durante 23 años. Junto con Jaime Lorente , que es Pedro García Aguado , ambos protagonizan una relación entre dos jugadores con formas radicalmente distintas de entender el deporte. «Nos ha ayudado muchísimo ver cómo se relacionan entre ellos. Viven como en una especie de relación congelada en el tiempo. Aunque no se ven mucho, uno puede descubrir todo lo que han vivido y pasado. Ha sido un regalo», reconoció Lorente tras comer con Manel y Pedro y conocer su forma de entenderse.

La relación entre ambos deportistas comienza llena de prejuicios: Manel es muy exigente y diligente con el entrenamiento y el deporte, para Pedro parece que el waterpolo es una forma de diversión. Ambos se enfrentan a un camino en el que deben mostrar su fragilidad para comprenderse mutuamente. Álvaro reconoció que reflejar esta relación en la película ha sido un auténtico reto: «Lo más importante para ellos es dejar de juzgar al otro. Lo que más interesa de la película es que ellos reconocen su herida y comienzan a acoger al otro gracias a ella. Estamos orgullosos porque creo que hemos sabido contar esto».

A lo largo de la película el espectador descubre que el esfuerzo del deportista no es solo físico, sino mental. «Lo que más me ha llamado la atención es la importancia de trabajar la mente y la lucha que los deportistas tienen consigo mismos», explicó Álvaro. Para Jaime, esta lucha también está en el mundo de la interpretación: «La fragilidad, la inseguridad… todo lo que tenga que ver con la exposición pública , como es nuestro caso, está muy dentro tanto en el cine como en el deporte».

La unión entre la cantera catalana y madrileña de jugadores genera conflictos, pero al mismo tiempo se convierte en una oportunidad para unir al equipo y enfrentarse a la temible Italia en los Juegos Olímpicos . Para ello, los actores tuvieron que entrenar más de cinco meses antes de empezar a grabar. «Nuestros juegos olímpicos eran el rodaje de la película. Teníamos una presión muy fuerte porque sabíamos que si no jugábamos de un modo creíble, la gente no se iba a creer la película», explicó Jaime. El director no ha utilizado a dobles para grabar las escenas más técnicas y los actores han tenido que prepararse con una alimentación específica de rápida digestión para grabar muchas horas. «Teníamos que estar a la altura. Seguramente un jugador de waterpolo verá alguna cosa, pero aún así hemos trabajado para que un deportista se vea reflejado en el propio juego», comentó Álvaro. Para ambos, era fundamental que tanto Manel como Pedro estuvieran orgullosos de la película, y ellos mismos confirman que así ha sido.