Fermín lidera la remontada ante Marruecos y España ya está en la final

Son los Leones del Atlas un equipo construido a base de diásporas francesas, belgas... y españolas. Porque cuatro de sus titulares han nacido o se han criado en España, incluido un Achraf Hakimi, estrella mundial y natural de Getafe, que no se quería perder esta cita bajo ningún concepto. Los extremos Ilias (Villarreal) y Ez Abde (Betis), además del guardameta Munir, con pasado en el Numancia y el Málaga, entre otros, son otros de los puntales de este aguerrido bloque liderado desde el banquillo por Tarik Sektioui.

A 800 kilómetros de París, el partido se disputó en un Vélodrome de Marsella teñido por completo de rojo. El escenario, repleto de aficionados magrebíes –la retransmisión televisiva cifró su presencia en 60.000 por apenas medio centenar de españoles– parecía Casablanca, Rabat o Tánger. La ciudad asomada al Mediterráneo congrega el segundo mayor asentamiento marroquí en Francia, por detrás de París. Se calcula que cerca de la mitad de su población, unas 400.000 personas, tiene origen norafricano. Impulsados por sus incondicionales, los mismos que provocaron en el estreno ante Argentina que el partido se suspendiera durante una hora y media tras invadir el terreno de juego, los Leones del Atlas dominaron durante la primera parte.

Sin mucha claridad pero sí con mayor pundonor, Marruecos llevó la iniciativa en un inicio accidentado. Aimar Oroz soltó un manotazo a Ilias Akhomach y dos faltas más que evitables de Fermín cerca del área generaron un peligro innecesario en la portería de Arnau Tenas. Una España atropellada que incluso se llevó por delante al árbitro en una acción de Marc Pubill. El lateral del Almería no pudo evitar su inercia y derribó al uzbeko Ilgiz Tantashev, sustituido antes del cuarto de hora por el sueco Glenn Nyberg. Muchas interrupciones y pocas ocasiones, más allá de un potente disparo lejano de Fermín que desvió sin aparentes problemas Munir.

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Hasta que en el minuto 33 Pablo Barrios cometió la imprudencia de no mirar atrás al despejar un balón dentro del área. Amir Richardson, un 'tallo' que se estira hasta los 195 centímetros, alargó el tentáculo que tiene por pierna y se adelantó al mediocentro del Atlético, que pateó su pierna derecha. El sueco fue al VAR... y penalti para delirio local. Rahimi, delantero que juega en la liga emiratí, convirtió desde los once metros después de que Achraf vacilase un poco a su compañero en el PSG Arnau Tenas. El máximo goleador de los Juegos con seis dianas engañó al de Vic y le dedicó un baile en su cara. Una fea acción que se saldó con una pequeña trifulca y amarilla para ambos de manera incomprensible.

Tocaba remar cuando llegaban los peores minutos de los de Santi Denia. Se llegó a un tiempo de descuento eterno de doce minutos (lesión del árbitro, gol, trifulca, pausa de hidratación) y ahí España despertó. Rozó el gol Baena, inconmensurable en labores defensivas al retrasar su posición en las Olimpiadas, con un disparo al palo y con un postrero intento. La Rojita encerraba así al combinado africano y el colegiado mandó a los protagonistas a vestuarios cuando mejor estaba. Con la reanudación la selección salió con esa misma entrega dispuesta a obrar la remontada. Y Fermín, quién si no, puso la primera piedra. Aprovechó un rechace de la zaga marroquí fruto de una gran jugada de Bernabé, recién entrado en lugar del desafortunado Barrios, para cazar el balón y ponerla rasa junto al poste imposible para Munir.

Era el minuto 66 y España se volcó en busca del segundo mientras Marruecos fiaba sus opciones a salir al contraataque. En uno de ellos Richardson casi se convierte en héroe al soltar un latigazo desde la frontal que besó, por fuera, el poste de Arnau. El habilidoso Ben Seghir también rozó el gol con otro chut lejano. Entraba el partido en ese terreno previo a la prórroga en el que ningún equipo quiere asumir riesgos. Los tomó sin embargo Marruecos a cinco minutos del final en defensa al no vigilar la entrada por el carril derecho de Juanlu, otra de las incorporaciones en la segunda mitad. Sergio Gómez se buscó un hueco en el córner, encontró a Fermín y este cedió al lateral del Sevilla, que se vistió de Jesús Navas para internarse en el área y cruzar su disparo para hacer imposible la estirada de Munir.

La delegación española se garantiza gracias a La Rojita una medalla más en París. ¿Plata u oro? En Tokio el equipo dirigido por Luis de la Fuente se llevó la primera al caer ante Brasil con Miranda y Eric García, de nuevo presentes. La final será el viernes a las 18 horas en el Parque de los Príncipes, donde España comenzó a gestar su sueño al ganar a Uzbekistán en su estreno el pasado 24 de julio. El oponente se conocerá esta misma noche. A partir de las nueve se miden Francia y Egipto.