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Tokio 2020

Una ceremonia descafeinada

La dimisión del compositor Cornelius a cuatro días de la inauguración supone otro incendio que debe apagar el Comité Organizador de Tokio

Igor Barcia

Los organizadores de los Juegos de Tokio solo desean que arranquen las competiciones y que la atención mundial se centren en los logros deportivos de los participantes. Porque los días previos son una sucesión de noticias entre preocupantes y directamente negativas que no dan un ... respiro a los responsables. El último escándalo tiene que ver con el compositor de la ceremonia de apertura de los Juegos, Keigo Oyamada, más conocido como Cornelius. Su dimisión tras conocerse unos abusos de acoso escolar con alumnos discapacitados –tiene 52 años– al airearse unas entrevistas de 1994 y 1995 donde hablaba de ello sin aire de arrepentimiento han dejado claro que a día de hoy, para los organizadores de los Juegos, todo lo que puede salir mal, saldrá mal, teniendo en cuenta que son unas declaraciones de hace ¡26 años! las que se han llevado por delante a una de las estrellas del acto inaugural del viernes.

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