José Luis 'Magic' Martínez, leyenda del turf español: «Me voy sin remordimientos»

-¿Le ha resultado difícil tomar la decisión de dejar la competición?

-Siempre es difícil dejarlo, sobre todo cuando te dan buenas montas, pero es una decisión tomada desde la tranquilidad y la felicidad de haber disfrutado mucho de mi profesión. En la vida hay etapas y de la misma manera que empiezas, también te llega la hora de terminar. Me marcho contento con mis compañeros y con el cariño que siempre me han dado los aficionados. He disfrutado muchísimo con todos en esta última temporada de otoño, que ha sido muy buena para mí, y me voy con la conciencia tranquila, sabiendo que he dado todo por esta profesión, a la que he entregado todo mi cariño y mi pasión. Ha llegado el tiempo de despedirse y lo hago feliz y sin ningún remordimiento de nada. La vida de un deportista está llena de buenos y malos momentos, me quedo con todos ellos.

-¿Cuándo se dio cuenta de que lo suyo iba a ser montar en carreras?

-Empecé a los 13 años, me encantaban los animales y el deporte y mi abuelo me llevó a la escuela de aprendices que había en el hipódromo. Jamás había montado a caballo, pero me fui adaptando poco a poco. El 12 de octubre de 1986, con 16 años, disputé mi primera carrera y en febrero del año siguiente logré la primera victoria con Jávea, en el Hipódromo de Pineda de Sevilla.

-¿Cómo ha sido su día a día en estas tres décadas de carrera?

-Mi rutina diaria ha sido levantarme todos los días a las cinco de la mañana, ir al hipódromo y montar a tres caballos durante unas cinco horas. Después, ir al gimnasio durante una hora y media para hacer ejercicio de mantenimiento antes de marcharme a casa a comer y echarme una siesta de rigor. Por las tardes, estudiaba y preparaba las carreras de la jornada siguiente y luego ayudaba a las labores de casa.

-En febrero de 2008 sufrió una gravísima caída que le produjo lesiones en la espalda. Algunos le dijeron que podría andar, pero nunca montar a caballo. Al final, se operó de las vértebras y los pronósticos auguraban dos años de rehabilitación, pero en septiembre de ese mismo año reapareció. ¿Qué sintió?

-Tenía miedo de defraudar a los propietarios y los preparadores que confiaban en mí.

-Llegó a pensar en la retirada, pero pasó algo que le hizo replantearse el futuro. ¿Qué fue?

-El día que pensaba retirarme de forma secreta, gané las dos carreras que disputé y volví a sentirme jockey reforzado por las palabras que siempre me digo: «Si luchas puedes perder, pero si no luchas estás perdido».

-En marzo de 2013 fue invitado para montar a Plantagenet en el prestigioso mitin de Dubái, aunque ya allí, preparando la carrera, sufrió una grave alergia que lo obligó a regresar a Madrid. Estuvo hospitalizado 12 días, pero al salir regresó a Dubái y ganó la carrera con una monta excepcional.

-Me alegré muchísimo, pero sobre todo por el caballo, ese triunfo fue una labor de equipo. Por primera vez un equipo cien por cien español conseguía una hazaña tan importante, aquel éxito sirvió para dar un gran impulso a nuestro turf.

-En enero de 2017 celebró su victoria mil montando a Nemerina en el Hipódromo de Dos Hermanas de Sevilla. ¿Qué supuso para usted llegar a esta cifra y convertirse en el tercer jockey en conseguirlo tras dos mitos como Claudio Carudel y Román Martín?

-Lo que más me llena de ser el tercer jockey español que ha conseguido esa cifra de victorias es todo lo que he aprendido con Claudio Carudel y Román Martín, y sobre todo montando para ellos, fue un aprendizaje impagable. De hecho, el primer Gran Premio que gané fue con Cumbrales, gracias a la oportunidad que me dio Claudio.

-El Consejo Superior de Deportes le concedió en 2016 la Medalla de Bronce al Mérito Deportivo. ¿Qué supuso para usted ese reconocimiento a su carrera?

-Fue un reconocimiento al esfuerzo y a mi carrera deportiva después de 31 años compitiendo, pero también fue muy importante el reconocimiento que supuso para el mundo de las carreras de caballos en general.

-Ganó nueve veces la estadística, pasó cerca de 1.300 veces por ganadores, pero hay un Gran Premio que siempre se le ha resistido, Beamonte-OAKS español. ¿Se marcha frustrado por ello?

-Es una carrera preciosa. La verdad es que siempre he tenido muy mala suerte en ese Gran Premio a pesar de que siempre he tenido mucho feeling con las yeguas. En los dos últimos años fui segundo con Tarantela e Inés. Con Inés, precisamente, me hizo una grandísima ilusión ganar el Benítez de Lugo, batiendo a las mejores, Super Trip y Hardpia.

-¿Cuáles cree que han sido sus mejores cualidades como jockey?

-En carrera soy muy intuitivo, monto a favor del caballo y procuro no ir nunca en contra de la voluntad del animal. Hay que tener tacto y sensibilidad para leer bien la carrera, yo me centro en mi caballo sin esperar lo que vayan a hacer los demás.

-¿Ha obedecido siempre las órdenes del preparador o ha sabido improvisar según transcurría la carrera?

-Siempre he tenido la oportunidad de montar para preparadores que me conocen, que, por mi intuición en la pista, saben el punto fuerte que supone darme libertad para montar. Siguiendo estrictamente las órdenes del preparador, puede montar cualquiera.

-Su última gran victoria fue con Rodaballo en el Gran Premio Antonio Blasco, el pasado noviembre. Precisamente con él va a despedirse oficialmente de la competición en Dubái entre enero y febrero de 2023...

-Sí, corremos el 6 de enero en un Grupo II sobre 1.400 metros y, según se desarrolle, correremos otras 2 o 3 carreras más, todo depende del caballo y de Guillermo Arizcorreta, su preparador. Para no perder la forma hasta la última carrera de Rodaballo en Dubái, voy a seguir montando y, si me sale alguna oportunidad en Sevilla, también lo haré allí. Eso sí, mi última carrera será la que dispute con Rodaballo.

-Una vez que deje la competición, ¿qué tiene pensado hacer?

-No me voy a desvincular del mundo del caballo, que es mi vida. Seguiré montando, pero ya solo en los entrenamientos. Además, tengo un proyecto muy bonito con la Cuadra Mediterráneo y la Cuadra Centurión, con las que llevo trabajando varios años y quieren que siga con ellos ayudando a descubrir los caballos que ellos compran, con los 'foals' y 'yearlings', y aconsejando también a la hora de llevar a criar. He hecho cursos de coaching deportivo y ahora tendré más tiempo para ayudar a deportistas, algo que me llena mucho.