Fútbol / Mundial femenino
Teresa Abelleira: «Los de fuera que sigan comiendo pipas, que digan lo que quieran»
La posición de Patri Guijarro en el motín de Las Rozas ha vuelto a esta gallega del Real Madrid en indiscutible de la selección. Países Bajos es el siguiente asalto
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La guardia pretoriana de Vilda
Enviada especial a Wellington
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Iniciar sesiónSe habla de Alexia, de Aitana, de Misa, de Jenni, pero hay una guía en España que habla alto y claro en este Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Sin gritar, que no le hace falta, con el balón en los ... pies y una batuta en cada bota. Es donde mejor se desenvuelve y donde se convierte en pura energía. Mientras encuentra su sitio en el Real Madrid, donde también ha dado un salto de madurez, Teresa Abelleira (Pontevedra, 2000) ejerce de líder del centro del campo en esta selección, con valentía, ideas muy claras, seguridad y golazos que ya son parte de los mejores de esta Copa del Mundo. Entre sus sueños futbolísticos, claro, llegar lo más lejos posible en este torneo. Por el momento, esta próxima madrugada (3 de la mañana en España) juega contra Países Bajos por un puesto en las semifinales.
—¿Cómo está?
—Muy bien, muy contenta por ese pase a cuartos y con ganas de jugarlo.
—¿Qué es lo que más está disfrutando?
—Todo. Es una sensación de que no me hacía una idea, sino de vivir el día a día y de cuando llegase el momento, disfrutarlo. En la Eurocopa aprendí de los consejos de las más veteranas que hay que disfrutarlo, que pasa muy rápido. No quiero llegar a esa edad sin la sensación de haberlo disfrutado y seguí ese consejo desde ya.
—En su posición en el club suele estar acompañada, pero aquí lidera sola, ¿cómo se vive esa presión y responsabilidad?
—Bien. Es algo que veníamos entrenando durante la preparación. Entre los consejos e indicaciones del seleccionador y las compañeras que me acompañan en el centro del campo está que esté un poquito más adelante, y lo llevo muy bien. Todas somos supersolidarias, estamos haciendo que esa posición se cubra bien.
—Jorge Vilda dijo de usted que tiene un potencial enorme y que está haciendo partidazos, ¿nota que lo está haciendo muy bien?
—Lo agradezco, pero siempre digo que esto es un juego de equipo. Quizá sí lo esté haciendo bien y dando seguridad, soy mucho de que, cuando tengo confianza y me la dan, rindo mejor. En ese sentido, agradezco a todo el equipo y al seleccionador que estemos arropados para que pueda salir bien.
—¿Con quién se entiende mejor en el campo?
—Con muchas jugadoras. Para sacar el balón con Irene Paredes me estoy entendiendo superbién. Con Aitana, Jenni, Alexia son jugadoras que nos gusta tener el balón de toque y en ese sentido estoy supercómoda con ellas.
—¿En su posición se castiga mucho dudar en una decisión?
—Sí. Hay que asegurar mucho el balón y cuando la pierdes o te la roban estás más expuesta, pero encantada de asumir esa responsabilidad. Sé que también en caso de fallar hay jugadoras por detrás que me van a borrar ese error.
—¿Pasa página pronto de los posibles errores?
—Sí, esto es un juego de errores. Cometes muchos, y no te puedes quedar en el error porque la lías. Hay que seguir e ir a por el siguiente balón y volver a coger sensaciones buenas.
—¿Grita o prefiere dirigir el juego de otra manera?
—Más que gritar sí que hablamos entre todas, ayudarnos. Esa posición es el ancla entre la línea de atrás y la línea de adelante. Pero es un juego colectivo, todas nos tenemos que ayudar, hablar y aconsejar.
—Se fue del Dépor, donde fue capitana, al Real Madrid. ¿Qué le aporta la competencia que hay en su posición en el club blanco?
—Mucho. Porque estaba cómoda en el Dépor y necesitaba salir de la zona de confort. Eso me dio ese plus que me faltaba de entrenar cada día, hacer esfuerzos fuera para estar siempre a buen nivel y mentalizada de que hay que estar preparada siempre aunque no estés jugando.
—Hubo posibilidades también de ir al Barcelona, ¿no?
—Bueno, eso del Barcelona fue un pequeño interés, pero el interés real fue más del Real Madrid y ahí estoy.
—¿Se exagera mucho desde fuera que haya mala relación entre el Madrid y el Barcelona?
—A mí no me gusta leer mucho lo que se dice, pero desde dentro puedo decir que hay muy buena relación entre todas. Da igual del Madrid o del Barcelona o del equipo que sea, estamos las 23 unidas.
—¿Por qué es la única que tira desde lejos?
—Igual soy la que estoy más lejos para chutar, pero otras lo tienen que hacer desde dentro.
—¿Cómo le va el corazón cuando va a lanzar el balón?
—Es una sensación de no te lo piensas, confías en que puede entrar y tiras con todo: el corazón, la pierna y con todo.
—¿Está ese gol que marcó ante Zambia en su top tres? ¿Cuántas veces lo ha visto?
—Top tres, top dos, o uno… no sé, no sé. Algunas, pero no tantas.
—Si le digo Inglaterra-España de la Eurocopa, ¿qué recuerdos le vienen?
—Aprendizaje. Fue ilusión porque fue mi debut en un gran torneo, pero mucha gente me pregunta si tuve nervios, pero no, lo disfruté desde el primer día. Estaba supermentalizada en que los nervios no me comieran el disfrutarlo y el poder hacerlo bien. Personalmente me funcionó. Y es lo que cojo de ese partido.
—Hizo un partidazo. No fue el equipo lo mismo después de su cambio.
—Bueno, no creo que España se viniera abajo con mi cambio. Fue un palo duro que costó asimilar –perdió España 2-1 con goles en el 84 y el 96–, pero hoy estamos aquí más reforzadas.
—Estuvo en la prelista para la Eurocopa, luego no fue; luego la llamaron. ¿Cómo vive un futbolista esa incertidumbre?
—No es fácil. Pero hay una palabra que me encanta: 'equilibrio'. Cuando Jorge Vilda no me llamó para esas 23 no me vine abajo, no dejaba de ser la misma de un día para otro. Y cuando me llamó a los dos días, era la misma persona, la misma futbolista. Si vienen esas oportunidades, encararlas, aprender y disfrutarlas.
—¿Cómo son las charlas de Jorge Vilda, grita mucho?
—No le pega el gritar. Obviamente, cuando hay que dar un grito y dar un toque de atención lo da, pero es un tipo calmado y da las indicaciones calmado.
—¿Cómo fue ese levantarse de Japón a Suiza?
—Yo lo decía, Japón igual nos vino hasta bien. Si venía una derrota, que fuera ahora, no puede ser más adelante. Ya llegó y ya no se pueden perder más partidos. La derrota la hicimos buena porque se vio que el equipo reaccionó ante Suiza. Quiero pensar que hasta nos vino bien.
—¿Ha escuchado mucho el nombre de Patri Guijarro desde la lista?
—Algo lo escucho, pero bueno…
—¿Qué les diría a quienes dicen que está aquí por su ausencia?
—Nada. Quien quiera pensar que estoy por eso que lo piense, otros pensarán que es por méritos propios. Yo me centro en trabajar, en dar mi mejor versión para ayudar al equipo, para ayudar a España. Estamos aquí para representar a un país seamos las que seamos y estamos muy ilusionadas y estamos trabajando a tope para llegar a lo más alto. Es verdad que fueron meses duros, pero si hay que pasar meses duros para estar hoy aquí más reforzadas, bienvenidos sean.
—Ricky Rubio ha parado temporalmente por salud mental, ¿se machaca mucho al deportista y gratis?
—Sí. Cada vez estamos más expuestas, recibes comentarios de más gente. También quiero pensar que si el fútbol va creciendo, más expuestas estaremos, más críticas recibiremos y más preparadas tenemos que estar. Y como yo digo, los de fuera que coman pipas, que digan lo que quieran.
—Jenni Hermoso dijo que hay gente que espera el fallo de España. ¿Qué piensa usted?
—Sí, estoy de acuerdo con ella, pero yo me centro en quien está feliz con nosotras, la gente que está día a día. Que sigan comiendo pipas.
—El fútbol femenino ha normalizado algo que debería ser más normal todavía, las relaciones de pareja homosexuales. ¿Por qué no pasa en el fútbol masculino?
—No te podría dar una sola razón. Quizá el fútbol femenino en general siempre fue criticado en la sociedad desde hace mucho tiempo. Las mujeres nos exponemos a más presión social por muchas cosas y quizá eso nos haga más fuertes, más liberales. No sé cuál es la razón, pero espero que vaya cambiando, que la gente se pueda expresar como es, que es como más bonito y como más felices seremos todos. Cuando alguien con más exposición social saca temas que son un poco tabúes, la gente se ve más representada y eso también es bueno.
—¿Quién apostó más durante su carrera deportiva?
—Mucha gente. Este es un camino del que yo salgo beneficiada, pero hay mucha gente detrás. Desde mi primer entrenador hasta el último que tuve. De todos pude sacar algo, todos confiaron en mí.
—Usted tiene un padre entrenador, Milo, y un hermano mayor que también es futbolista, ¿no tenía escapatoria?
—De pequeña hacía muchos deportes, pero el fútbol era el que más me gustaba, el que más mamé desde la cuna. Y el que mejor se me daba.
—¿Qué ídolos futbolísticos tiene?
—Andrea Pirlo, Alexia.
—¿Qué no olvida nunca poner en la maleta?
—Dos pulseras, son como amuletos.
—En una escala del 1 al 10, ¿cuál sería su nivel de competitividad?
—Un 8.
—¿Un lugar para desconectar?
—Mi casa.
—¿En quién se apoya cuando las cosas no van tan bien?
—Este año, sobre todo, mi madre me apoyó un montón. Las llamadas en lágrimas que tuve con ella, pero valieron la pena. Pudieron venir y es increíble vivirlo con ellos.
—¿Nueva Zelanda o Galicia?
—Galicia. Mil veces más.
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