Una sexta parte de Alexia Putellas

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Laura Marta

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Desde que aterrizó el equipo en Palmerston, sus entrenamientos han sido contados y medidos. Al margen del grupo el lunes, por ejemplo, solo participó en una sesión de media hora; algo de pases y regates, nada de disparos a puerta.

Se contabilizan sus minutos en el campo porque el ligamento de la rodilla izquierda tiene todavía que asentarse tras nueve meses de lesión. Y hay una estrategia muy rígida en la exposición de Putellas ante el balón. Jugó 60 minutos ante Panamá y Dinamarca, pero ninguno ante Vietnam. «Es un trabajo minucioso más que delicado. Y en coordinación con lo que ha hecho en su club y lo que hacemos nosotros dentro en cada departamento: preparación física, fisioterapia, readaptaciones... En el caso de Alexia, cada minuto cuenta, y vamos a seguir lo que nos diga el cuerpo médico; y la recomendación era esa: que jugara y que cogiera sensaciones. Lo ha hecho, porque ha jugado minutos de mucha calidad», explicó Vilda. «Ella sigue su proceso y nosotros el nuestro, que es seguir poniendo todo de nuestra parte para ver a la mejor Alexia Putellas», prosiguió.

«Miro la foto y veo lo rápido que puede cambiar todo en un apoyo o un segundo. Ahora empieza una nueva etapa. Desde que tengo uso de razón, jamás he estado más de cinco días sin tocar un balón, entrenar o competir. Será todo un reto este proceso pero confío en recuperarme, retomar el camino y terminar lo que empecé», rezaba su mensaje cuando recibió la noticia de la rotura el pasado 5 de julio de 2022, a punto como estaba de liderar a España en la Eurocopa de Inglaterra.

Fueron nueve meses de ver fútbol por la televisión, de horas y horas de fisio y readaptaciones en esa rodilla izquierda que sufrió una de las lesiones que marcan no solo el físico sino también la mentalidad.

Se dan el doble de casos en mujeres que hombres en el fútbol y en el baloncesto; cuatro veces más en balonmano. Entre las que protagonizan este Mundial, también Cata Coll y Eva Navarro la han sufrido.

El factor determinante es que las mujeres tiene una estructura ósea más ancha en la cadera, por lo que la incidencia del fémur sobre la tibia y el peroné es mayor y en ángulo; un peligro en cada recepción de salto, en un cambio de sentido y en el contacto brusco con una rival.

Pero Putellas ya está en esa parte del camino de «retomar el camino». Hay minutos en el estreno y cuidados después. Y lo que hay es hambre y ganas de volver a ser quien era, o mejor. Para cumplir lo que dijo: terminar lo que empezó.