entrevista
Sandro Rosell: «En la Operación Cataluña me metieron en la cárcel por ser presidente del Barça»
Máximo mandatario del Barça (2010-2014), su vida dio un vuelco cuando fue encarcelado de manera preventiva por un supuesto caso de lavado de dinero: 645 días en prisión para acabar siendo absuelto, un castigo que Rosell atribuye a la guerra sucia contra el independentismo
Sandro Rosell, indemnizado con 232.500 euros por los 645 días que pasó en prisión provisional
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—Usted reclamaba casi 30 millones de euros de indemnización por la prisión preventiva y le han dado 232.500 euros. ¿Cómo lo valora?
—Desde un punto de vista económico, mal, pero aquí el tema no es el dinero. Para mí es mucho más ... importante el valor de una victoria moral, que al final es que el juzgado que decidió meterme en la cárcel, que fue la Audiencia Nacional, es el mismo juzgado que enmienda el error y que además te indemniza. La indemnización no deja de ser la demostración más clara de que se ha cometido un error, si no, no te pagarían un dinero.
—Pero es una cantidad irrisoria para dos años de vida…
—El dinero no importa porque al final dos años de vida tienen valor infinito, no tienen precio. Y especialmente cuando a mí me meten en la cárcel con 53 años hasta los 55, que son dos años de vida en una edad maravillosa. Es una victoria moral muy importante para mí y para mi familia porque al final demuestra todo lo que nosotros defendimos, que era nuestra inocencia. Dicho esto, lo que sí que me sabe mal es que estos 232.000 euros, que es mucho dinero para muchísima gente, para mí también, por supuesto, es que lo tengan que pagar todos los españoles, de sus impuestos, cuando el error ha sido cometido por una señora que era juez, que es juez, que es magistrada hoy del Supremo. Yo tengo el convencimiento de que o fue por un error por ser inútil o por ser corrupta. Y entonces, claro, ¿por qué todos los españoles tenemos que pagar con nuestros impuestos los errores de una persona que cometa un error queriendo o no?
—¿Quiere que esos 232.000 euros los pague la juez Lamela?
—Sí. Si tú eres un arquitecto, haces unos planos, construyes un puente y se cae la gente que pasa por encima y alguien está dos años en un hospital porque se ha roto los brazos, las piernas, se lo ha roto todo, ¿si esta persona reclama lo pagarán todos los españoles? No. Lo pagará la constructora, o lo pagará la empresa aseguradora de la constructora, o lo pagará el arquitecto, o lo pagará un seguro del arquitecto si lo tuviera, pero no lo pagará el pueblo. Entonces mi pregunta es, ¿qué diferencia hay? Al final son profesiones, ¿no? Y por lo tanto yo estoy con mis abogados trabajando y viendo si tengo alguna posibilidad de conseguir que quien pague sea ella personalmente con su patrimonio. Y que pague estos 232.000 euros, o más, porque yo voy a reclamar a las instancias superiores todo lo que yo dejé de ingresar por culpa de la decisión de esta señora inútil o corrupta.
—Es una tercera parte solamente de lo que se gastó en su defensa…
—Además, pero esto ya es un tema material, es un tema económico en el que no quiero entrar porque cuando hablas de dinero hay gente que puede decirte que es muy poco y hay gente que te puede decir que es mucho. Entonces puedes ofender a mucha gente. No es el tema, el tema es el fondo, no es el número, la cifra… Yo hubiera estado feliz desde un punto de vista de valor, de una victoria moral, aunque me hubieran dado un euro.
—¿Pero le basta con esa victoria moral?
—No, absolutamente no. Por eso voy a seguir luchando.

—¿Y cómo va a luchar?
—Para mí, primero, crematísticamente y hablando de la parte material, buscando que me resarzan de todo lo que esto me representó. Pero también, y más importante para mí, es llegar a saber quién ordenó a esta señora meterme en la cárcel. Porque, obviamente, esta señora no me metió en la cárcel por nada personal, porque yo no la conocía de nada. No creo que sea porque me viera por la televisión y dijera: «este tío me cae mal». No creo que fuera por esto. Seguramente fue porque alguien le dijo, le ordenó o le sugirió, a cambio de una promoción de la Audiencia Nacional al Supremo, como así fue, de que si me mantenía dos años en la cárcel de manera injusta, pues ella la tendría. Pero quiero saber quién se lo ordenó y por qué. Y voy a seguir hasta saberlo. Y no voy a parar hasta saberlo o intentar saberlo. Ya sé que me costará mucho porque hay unas barreras increíbles dentro de lo que es el Estado para que te cuenten la verdad. Pero no voy a parar, voy a intentar seguir y voy a reunirme, verme y hablar con quien haga falta, con las ratas del sistema corrupto español, me voy a reunir con las cloacas, porque quiero saber quién apretó el botón rojo.
Sobre Pérez Dolset, Leire Díez y la guerra contra la UCO
«Cualquier persona que quiera ayudar a limpiar la porquería del Estado, yo al menos, la atenderé, escucharé y, si puedo, ayudaré»
—¿Interpondrá un recurso al Tribunal Supremo?
—Correcto, aún no está interpuesto, pero se está preparando.
—Pero ahí está ahora la juez Lamela…
—Sí… El sistema es perverso porque al final ellos mismos se juzgan a ellos mismos. Es complicado y perverso, la verdad es que todo esto tendríamos que revisarlo.
—Se ha dirigido a la juez Lamela como inútil o corrupta. ¿Para usted qué es?
—No lo sé. O una u otra. Es obvio. Porque tú no puedes meter en la cárcel a dos personas sin pruebas, sin documentos, sin hechos, con papeles falsos... Un juez, si tiene experiencia, ya sabe si viene la policía corrupta con el fiscal corrupto y la juez corrupta, ya lo sabes. De hecho, enseguida supimos que dentro de la Audiencia Nacional la gente sabía que nuestro caso era un montaje, tanto como que ya empezaron a hacernos ofertas de pactos, porque era una manera de no reconocer el error. El error querido o sin querer. Es una u otra. Esto es evidente. Lo que me preocupa a mí es que, siendo tan evidente, siga siendo magistrada y haciendo sentencias cada día. Lo que me ha hecho a mí, lo puede estar haciendo cada día con otros. Y yo porque, gracias a Dios, en este caso, tengo el altavoz de contarlo. Pero imagínate la gente que lo sufre sin altavoz y que no tendrá nunca manera de explicarlo y que lo sufrirá y que quedará ahí.
—¿Sería capaz de perdonarla?
—No. No hay perdón.
—¿Aunque reconociese que se ha equivocado?
—No hay perdón. Tajante, no hay perdón. Me da igual. Y soy católico, ¿eh? Pero el día que explicaron el perdón en catequesis, aquel día no fui a clase.
—¿Ha perdido la fe en el sistema?
—En el sistema no, en los que aplican el sistema sí. Yo siempre digo que el 90% de nuestros funcionarios, que en teoría nos tienen que dar servicio a los ciudadanos, que somos los que pagamos los impuestos y que pagamos la fiesta, creo que son honestos, que de verdad se creen la función pública, especialmente los educadores, los profesores, los médicos, los bomberos, los funcionarios de cárcel… Se lo puedo decir por experiencia propia, pero hay un porcentaje que no, que van a aprovecharse del cargo y que van a aprovecharse del poder que tienen y abusan de él. Y esto hay que erradicarlo inmediatamente, porque el 10% le hace un daño terrible al otro 90%. O sea, el 90 son cojonudos, son gente maravillosa, gente que trabaja para nosotros, que se ganan su salario, pero este 10% les hace un daño terrible al otro 90 y este 10% hay que erradicarlo inmediatamente, porque tienen mucho más altavoz cuando hacen algo malo que lo bueno que han hecho el otro 90%.
—Habla de saber quién apretó el botón rojo. ¿Qué sospechas tiene?
—Bueno, yo creo que todo esto, obviamente, viene a raíz de la Operación Cataluña. Concretamente, Alicia Sánchez Camacho realiza una lista de gente catalana a perseguir para evitar la independencia de Cataluña, que fue lo que se llamó la 'Operación Cataluña' y además de Artur Mas, de Xavier Trias y otros, me ponen a mí… Es verdad que en ese momento los tres, el presidente de la Generalitat, el alcalde de Barcelona y el presidente del Barça son las personas con más altavoz de Cataluña. Y tenían que frenarlas. Pero también es verdad que después muchísimas otras personas también entraron dentro de esta lista. Bueno, de hecho, aún hay gente que está procesada por este tema porque la amnistía aún no se ha aplicado porque hay jueces que no quieren aplicarla. Pero yo creo que en mi caso concreto se juntaron dos cosas. Una era la parte política de la Operación Cataluña y otra era un tema empresarial que ya veremos si se descubre y que puso más leña en el fuego.
—¿A qué se refiere?
—A gente que, por lo que sea, no le gustó algunas decisiones que yo tomé como presidente del Barça. Entonces se sumaron los poderes políticos con los poderes empresariales para ir contra mí. Pero como no tengo pruebas, aún no puedo decir quién es. No puedo decirlo, así como en la parte política hay pruebas por un tubo, grabaciones, declaraciones, y es evidente, la parte empresarial que les digo aún no las tengo, pero supongo que algún día las encontraré.
Casi dos años en prisión preventiva
«La juez Lamela es una inútil o una corrupta. No hay perdón para ella. Soy católico, ¿eh?, pero el día que enseñaron el perdón, ese día no fui a clase»
—¿Todo esto le pasó por ser presidente del Barça? Porque el anterior presidente, Joan Laporta, sí que era netamente independentista y así lo expresaba…
—Sí, absolutamente por ser presidente del Barça, porque yo soy profundamente catalanista, pero del tema independentista… Hay muchas cosas del independentismo que no me gustan y otras que sí, pero muchas que no. Pero sí, catalanista lo soy profundamente.
—¿Le ha empujado esto más hacia el independentismo?
—Ni sí, ni no, porque es que yo, sinceramente, soy profundamente catalanista, pero no soy político, entonces en este tema soy más espectador que actor.
—A toro lo pasado ¿ser presidente del Barça o presentarse a las elecciones ha sido la peor decisión que pudo tomar?
—Mire, ser presidente del Barça ha sido lo mejor y lo peor que me ha pasado en mi vida.
—¿Sí? ¿No se arrepiente?
—No, si me dijera: «¿volverías a presentarte sabiendo que te van a meter dos años en la cárcel de manera injusta por ser presidente del Barça?», volvería a serlo. Pero dicho esto, ser presidente del Barça es lo mejor y lo peor que me ha pasado en mi vida.
—En su vida reciente aparece también el comisario Villarejo...
—Pepe.
—¿Le llama Pepe?
—Sí, le entrevisté en una radio aquí en Cataluña, en RAC1, y a partir de ahí he coincidido con él más veces. Sí, me hablo con él. A pesar de que, de alguna manera, no directamente, porque ya me lo dijo, que mis informes falsos los crearon dentro de la corrupción del Estado. Pero él me dijo que él personalmente no lo había hecho y yo lo creo.
—¿Y qué más le dijo?
—Me dijo: «Yo a usted no le tenía 'paquete', yo no le tenía nada en contra, pero bueno, para la operación Cataluña pues era un objetivo». La verdad es que cuando he estado con él me lo he creído, que es verdad que él personalmente no hizo nada contra mí. Es más, he leído informes del Ministerio del Interior donde él mismo decía que no tenían que perseguirme porque no era un objetivo claro de la Operación Cataluña, pero igualmente fueron a por mí. Y la verdad es que sí, me he encontrado con él después de que en el fondo piensas 'ha sido mi verdugo y yo he sido la víctima'. Pero realmente fue al revés, en cierto momento dijo 'no hay que perseguir más a este tío, que este no tiene nada que ver con todo esto'. Pero siguieron…
—Villarejo aseguró en una emisora catalana que Laporta y Martorell (exdirector general de los Mossos d'Esquadra y jefe de seguridad del Barça) colaboraron con el CNI español pasando información de una presunta desviación de fondos del Barça hacia la clase independentista ¿Qué hay de eso?
— Sí, es verdad, lo dijo. Y entonces, como todo el mundo dice ahora, cuando Pepe Villarejo habla, depende de lo que dice le das la razón si te interesa o no se la das si no te interesa. Depende de si te interesa o no pasa a ser alguien que dice la verdad o que dice mentiras. Yo creo, sinceramente, después de conocerle y en su situación actual, que probablemente dice más verdades que mentiras. O todo verdades. Lo que sí que pasó aquel día es que él dijo que efectivamente bajo la presidencia de Laporta a mí me habían investigado y que además habían colaborado con el CNI para dar informes míos para intentar meterme en la cárcel o perjudicarme o procesarme o lo que fuere. Pero inmediatamente el presidente Laporta reaccionó diciendo que le pondría una querella al señor Villarejo por decir cosas que no eran ciertas. Pero yo nunca vi la querella.
—¿Y eso qué le hace pensar?
—Pues que igual Villarejo tenía razón, ¿no? Y después pienso, 'ostras, igual fui un burro de volver a creerme a Jan'.
—¿Y se lo creyó?
—En el fondo, en ese momento me lo creí y pensé que efectivamente le iba a poner una querella. Al no ponérsela pensé, a lo mejor quién tiene razón es Villarejo. Porque yo con Jan (Laporta) siempre he tenido esta relación de amor y desamor, que siempre he querido creerle, pero después resulta que no era exactamente como él decía. En este caso, no era exactamente como él decía, porque me dijo que no era verdad y que pondría una querella y no he visto nunca una querella contra Villarejo por estas declaraciones. Si no la pone es que quizá en el CNI hay algún informe que dice lo contrario, no lo sé.
—¿Y lo ha hablado con él?
—No, no lo he hablado. No lo he hablado porque si es verdad me daría mucha pena, mucha lástima por todo lo que hemos vivido juntos y si es mentira… pues el tiempo dirá.
—¿Es más fácil ser presidente del Madrid?
—Supongo que sí.
—¿Tanta diferencia hay entre lo que se cuece en el palco del Barça y en el del Bernabéu?
—Cuatro veces, porque en el palco del Barça hay 140 asientos y en el palco del Madrid hay 500, cuatro veces más.
—¿España y Cataluña se dirigen desde estos dos palcos? ¿Se toman desde ahí decisiones importantes para España?
—Seguramente sí. Yo le puedo decir que mientras yo fui presidente intenté que no. Si se tomaron, yo no era consciente, pero probablemente sí. Si usted mira cualquier telediario de España o de Cataluña, de los 30 minutos que dura el 20% está dedicado al Madrid y al Barça. Al final, las informaciones periodísticas que dan cada televisión seguramente te marca quién manda y qué interesa. Si lo miras por minutos de telediario, la respuesta es sí. Al final, el fútbol y sobre todo el Barça y el Madrid no dejan de ser el ocio del pueblo.
—Ya, pero no me regatee. Yo le estoy preguntando, a nivel político, ¿se decide el futuro de España y de Cataluña? ¿Cosas como las que lee han pasado a usted, se deciden en estos palcos?
—No, cosas como las mías no. Se deciden en la corrupción del Estado.
—Usted asegura que quiere ir hasta el final, pero todas las demandas que se han puesto por otros damnificados de la Operación Cataluña se han archivado de manera directa. ¿Tiene alguna esperanza de que esto fructifique o tenga recorrido judicial?
—Es muy difícil porque hay un corporativismo enorme dentro de la judicatura, como en cualquier profesión. Costará muchísimo, ya lo sé, pero no voy a parar. Por lo menos intentaré que haya una denuncia pública. Sobre todo para que sepamos todos los españoles dónde estamos, dónde vivimos, y dónde movernos. Creo que me va a costar mucho. Si empato este partido, ya me daré por satisfecho.
—¿Su inclusión en el caso Negreira a qué la atribuye?
— En el caso Negreira yo les puedo decir que sé que yo no estaba y, entonces, en la última curva alguien llamó desde Madrid y le obligaron a ponerme a mí en el caso.
—¿Pero sin motivo alguno?
—Llevo seis casos. Yo creo que debo ser probablemente del Estado español la persona con más casos de acusaciones de oficio de la Fiscalía, en los cuales los seis los hemos ganado en los tribunales. Al final, así como les decía antes que hay una juez corrupta y/o inútil, hay muchos jueces justos. Gracias a Dios, ¿eh? Gracias a Dios la mayoría de los jueces son justos y honestos. Y entonces estos seis casos que me abrió de oficio la Fiscalía Española, los hemos ganado todos. Me imagino que la Fiscalía dijo 'hay que pillarlo por algún lado, hay que meterle donde sea, hay que ir a por él, porque no puede ser que un ciudadano tenga la razón delante de la corrupción del Estado'.
—Hay un empresario, Pérez Dolset, que está coordinando una red de supuestos damnificados por la guerra sucia. ¿Hasta qué punto esta red está coordinada? ¿Usted formaría parte de esta red? ¿Cómo funciona?
—Bueno, funciona por teléfono. O sea, es muy sencillo. Simplemente que Javier Pérez Dolset estuvo en la cárcel en la época que estuve yo en Soto del Real. Yo no me acordaba de él, sinceramente. Pero después cuando yo salí absuelto y ya estaba en mi casa me llamó a través de mi abogado: «Oye, hay un señor en Madrid que quiere conocerte, que quiere hablar contigo, que se llama Javier Pérez Dolset, que él considera que también ha sufrido algo parecido a lo tuyo, con los mismos personajes». Le conocí, hablé con él. Aquí cada uno habla de su libro, cada uno va a defender su caso, pero sí que es verdad que las informaciones de cada uno ayudan a los demás. Muchas veces en la corrupción del Estado, los personajes son los mismos, con lo cual demuestra que no íbamos tan equivocados en denunciar esta corrupción sistemática del Estado. A partir de ahí nos vamos conociendo mucha gente que ha sufrido esta corrupción del Estado. Pero no hay una asociación montada, no hay un NIF, no hay una empresa, pero sí que intercambiamos información para que cada uno ayude al caso del otro.
—¿Hasta qué punto es lícito combatir la guerra sucia y las cloacas del Estado con métodos cuestionables como buscar trapos sucios en la UCO, sobornos al fiscal Grinda…?
—Todo lo que sea investigar y buscar la verdad me parece maravilloso. Sea quien sea. Sea Javier Pérez Dolset, sea alguien del PSOE, sea alguien del PP, sea alguien de Vox, sea alguien de Junts, me da igual, me da igual. A cualquier persona que quiera ayudar a limpiar la porquería del Estado, nosotros, o yo al menos, lo atenderé, lo escucharé y si puedo ayudar, ayudaré. No sé qué hay de malo en eso. O sea, sería el colmo...
—Se habla de sobornos…
—No puedo decirlo porque yo no he ofrecido ningún soborno a nadie, pero lo que sí me parece maravilloso es que cualquier persona intente buscar la verdad de la porquería que existe en el Estado y que ayude a limpiarlo. Solo faltaría que las personas que intentan hacer esto al final sean los malos. No, no, a ver, cuidado. Los malos son los que han usado los resortes del Estado para hacer daño a los ciudadanos del Estado. Y si después un ciudadano del Estado los descubre, encima… 'Te hemos pillado'. O sea, ya sería el colmo, ¿no? Entonces, yo el tema este no lo sé, no tengo ni idea, por lo tanto no puedo hablar de este tema, pero lo que sí digo es que cualquiera que ayude a limpiar las cloacas del Estado, nosotros ahí estaremos a ayudar, todo lo que podamos.
—¿Conoce a Leire Díez?
—Sí, la conozco. A mí me la presentó Javier Pérez Dolset y me explicó que esta señora estaba haciendo un estudio o una investigación del tema de los hidrocarburos y también ahí encontró los mismos personajes que nosotros. Y entonces dije 'me interesa que nos cuente qué es lo que ella sabe'. Y fuimos haciendo un puzle y resulta que siempre cuadra lo mismo. Si ella o quien sea ha usado otras armas, no lo sé. Aquí ya no entro ni salgo porque no lo sé. Pero todo lo que sea ayudar a limpiar la corrupción del Estado, me parece maravilloso. Sea quien sea, y sea el partido que sea, y si lo ha ordenado Pedro Sánchez, maravilloso. Y si lo ha ordenado Feijó, maravilloso. Y si lo ha ordenado Abascal, maravilloso. Y si lo ha ordenado Puigdemont, maravilloso también. Todos los que ordenen limpiar el Estado, me parece maravilloso.
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