Copa del Rey

Ontiñena, el pueblo de 520 vecinos que juega y engrandece la Copa: «Me llamaron loco, pero aquí estamos»

La localidad oscense rebaja el récord de Becerril de Campos (700 habitantes) y se convierte en el municipio español más pequeño en participar en esta competición

«Que nadie nos despierte de este sueño»: Deportiva Minera, el equipo de una pedanía de 1.500 habitantes que sorprende en el fútbol español

Real Madrid - Manchester City: horario, canal de televisión y dónde ver online el partido de Champions League hoy

El equipo posa para ABC Ontiñena CF

Al abrir la puerta y entrar en el local con la ayuda de su bastón, María dice «buenos días», pide tres barras de pan, un paquete de arroz, sal, vinagre y de manera atropellada lanza la pregunta tan alto como le permiten sus ya casi ... 80 años. «Irás al partido, ¿no?». La de Raquel es la única tienda de alimentación que sigue dando servicio a Ontiñena, localidad oscense de 520 habitantes en la que, desde hace días, el fútbol y el equipo del pueblo terminan apareciendo, de una manera u otra, en todas las conversaciones. No hay casa donde no se hable de esa cita. «Será un día increíble», responde Raquel mientras prepara el pedido para su vecina.

Entrega de regalo a Chaka por el nacimiento de su hijo Ontiñena CF

La eliminatoria contra Las Palmas, un visitante de Primera división, tiene en vilo a un municipio en el que tomar café aún es posible en dos bares. Propiedad de Ángel, uno de los directivos del Ontiñena CF, la 'Taberna Aragonia' es cada viernes el punto habitual de reunión de la plantilla después de los entrenamientos. También en las jornadas de celebración. El encuentro ante los canarios es aquí prácticamente un monotema, delante y detrás de la barra. «Sin haber jugado ya hemos hecho historia, no hay nadie como nosotros», exclama orgulloso un cliente cargado de razón. Ontiñena se convertirá el jueves en el municipio más pequeño en disputar un partido de la Copa del Rey. Un récord que perderá Becerril de Campos (Palencia), cuyos 700 habitantes disfrutaron en 2019 de un inolvidable cruce ante la Real Sociedad.

Ontiñena, pueblo aragonés de la comarca del Bajo Cinca, colindante con Monegros, pudo cambiar radicalmente su historia en 2008 al ser elegido por los promotores de Gran Scala para convertirlo en Las Vegas de Europa. Un faraónico proyecto que incluía 32 casinos, 70 hoteles, 18 parques temáticos, museos, campos de golf, un centro comercial y hasta un hipódromo. Un canto de sirena que cayó en saco roto. Agricultura y ganadería son ahora los motores de un municipio que en 2014 abrió las puertas al futuro con la llegada del regadío. Hugo Lax, presidente del equipo de fútbol desde hace un año, es dueño de una de las granjas levantadas en la zona. «Aquí todo el mundo arrima el hombro, en el club somos doce directivos, pero si un día necesitamos que alguien nos ayude con algo, no hay problema», explica.

David Salas, guardameta y héroe en la tanda de penaltis para lograr la clasificación en la eliminatoria previa contra el CD Baztán, también vive de la agricultura y la ganadería. «Solo dos jugadores residen en Ontiñena, el resto son de pueblos de alrededor, donde el fútbol ha muerto. Mantener vivo un club en municipios tan pequeños resulta muy costoso, hay que hacer verdaderos milagros y sacrificios, y no todos resisten», afirma el dirigente, ilusionado ante la visita de Las Palmas, aunque el partido se celebrará en la vecina localidad de Monzón porque el Estadio de El Balsal no reúne los requisitos federativos.

Ocho de los doce directivos tienen su casa en Ontiñena. No es el caso de David Cregenzán, presidente hasta hace un año y alma mater de un club con más de 75 años de vida que disfruta del mejor momento de su historia, aunque en 2019 caminó por la cornisa de la desaparición. «Aquel año cogí el equipo en Segunda Regional, la última categoría. Había descendido por motivos deportivos, y también administrativos al no poder presentarse al último partido con el mínimo de 8 jugadores. Me encontré con 85 euros en la cuenta bancaria, la situación no era catastrófica, era lo siguiente», recuerda.

Padre de dos niños, Cregenzán, que ahora reside en Huesca, tuvo que adelantar 2.000 euros de su bolsillo para pagar las fichas y montar un equipo que mantuviera a Ontiñena en la competición. Aquellos fueron unos días muy difíciles. «Los jugadores que había no se querían quedar. Formé una nueva directiva, con personas de mi total confianza. Reclutar a los jugadores me costó muchísimas horas de llamadas, de visitas presenciales para convencerlos». Apoyado en nuevos patrocinadores, trazó un plan sabiendo dónde quería llegar: ascender en cuatro años a Preferente, una categoría que el club solo había pisado en una ocasión. Una meta que adelantó un año y que dio paso a un nuevo objetivo, jugar la Copa del Rey. Un sueño que ahora ve cumplido. «Me llamaron loco, pero el tiempo me ha dado la razón».

Paella para preparar el partido contra Las Palmas Ontiñena CF

Cuando llegó había 70, ahora casi la mitad de los habitantes del pueblo son socios, una barbaridad. «Cogí el equipo con 85 euros y lo dejaré con 50.000 euros gracias a los ingresos de la Copa», afirma feliz Cregenzán, para quien el duelo ante Las Palmas, antes de que llegue el día de su adiós, será el broche de oro a su gestión para mantener el latido del equipo de un pueblo. El fútbol de los pequeños, el de los más grandes.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios