Tres razones para callar

Vilda y sus elegidas han arrancado su andadura mundialista como nunca lo habían hecho en una competición de enjundia: ganando y sin dejar dudas. Que Costa Rica no es Estados Unidos lo podemos comprar. Cabría recordar, en todo caso, que también se ganó hace no demasiado a las norteamericanas. Pero, más allá de cuestiones aledañas, para ir avanzando tienes que ganar. Y ya, si dejas buenas sensaciones, miel sobre hojuelas. Tampoco se trata de acuñar argumentos para los descreídos pero negarles a estas futbolistas lo que se han ganado en el campo, con una fase de clasificación impoluta en la que han ganado sus ocho encuentros, han marcado 53 goles y no han encajado ni uno, sonaría francamente raro.

El 3-0 a Costa Rica, en menos de 10 minutos, ha sido categórico. A España le ha valido con una sola marcha. En la primera parte, con la Balón de Oro y la máxima goleadora nacional en el banquillo. No ha necesitado más. Escruta, interpreta y ejecuta mejor que muchas de las rivales a las que se va a enfrentar en esta cita mundialista. Si lo aprovecha, va a ser divertido comprobar cuántos se van a subir al carro del éxito.

Queda mucha competición y, a medida que se vaya avanzando, se hablará más de esta selección. Al tiempo. Un ejemplo: no está claro lo que le pasa a Alexia Putellas, a pesar de sus minutos de hoy. Y como las exigencias del momento requieran su presencia en el campo desde el primer minuto ya tenemos tema. Recomendaría a quienes corresponda que no esperen a mañana y expliquen hoy para cuánto está la jugadora. La verdad. Como suene.

Por cierto, tenía que decirlo: hay quien afirma que el fútbol femenino, ni es fútbol, ni es femenino. Allá ellos. A mí, mientras ganen, me sobran cenizos. Que pase el siguiente. O sea, Zambia.